El perfil del covid persistente: una mujer de 43 años con síntomas durante seis meses

Una encuesta ha permitido registrar hasta 200 síntomas ► Los más frecuentes son el cansancio, el malestar general, los dolores de cabeza y el bajo estado de ánimo
Un test de detección del coronavirus. ADP
photo_camera Un test de detección del coronavirus. ARCHIVO

Una mujer de 43 años sin patologías previas que lleva más de 185 días con síntomas persistentes del covid-19 tras haberse contagiado en la primera ola de la pandemia. Ese es el perfil más frecuente de los enfermos de covid persistente, atendiendo a una encuesta promovida por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y los colectivos de afectados Long Covid Acts entre el 13 de julio y el 14 de octubre de este año. 

En esos tres meses contestaron al sondeo 2.120 personas, de las que 1.834 son enfermos que presentan síntomas compatibles de covid-19 persistente o de larga duración, y el 79% son mujeres. La mitad de los enfermos tiene entre 36 y 50 años, y viven en Madrid (35%) y Cataluña (30%). 

A pesar de que al inicio de la pandemia existía una evidente problemática a la hora de acceder a las pruebas, la persistencia de síntomas en esta encuesta no muestra diferencias estadísticamente significativas entre aquellos que tuvieron acceso a los test y los que no. 

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El sondeo ha servido para registrar hasta 200 síntomas persistentes que fluctúan en el tiempo, con una media de 36 por persona que, a su vez, son los más incapacitantes en el desempeño de las labores diarias. Los síntomas más frecuentes son cansancio/astenia (95,9%); malestar general (95,47%); dolores de cabeza (86,53%); bajo estado de ánimo (86,21%); dolores musculares o mialgias (82,77%) y falta de aire o disnea (79,28%). 

Otros síntomas también muy frecuentes son dolores articulares, falta de concentración/déficit atención, dolor de espalda, presión en el pecho, ansiedad, febrícula, tos, fallos de memoria, dolor en el cuello/en las cervicales, diarrea, dolor torácico palpitaciones, mareos y hormigueos en las extremidades o parestesias. 

En cuanto a la afectación de los órganos, la mitad de los encuestados tiene siete áreas afectadas. Las más frecuentes son las relacionadas con los síntomas generales (95%), las alteraciones neurológicas (86%), los problemas psicológicos/emocionales (86%), del aparato locomotor (82%), respiratorios (79%), las alteraciones digestivas (70%), cardiovasculares (69%), otorrinolaringológicas (65%), oftalmológicas (56%), dermatológicas (56%), alteraciones de la coagulación (38%) y nefrourológicas (25%).

EXPERIENCIA DEL PACIENTE. Las preguntas de la encuesta relativas a la experiencia del paciente sobre su estado de salud revelan que el 50 por ciento lo puntúa entre 0-5 en una escala de 0 a 10. En cuanto al empeoramiento, la mitad lo sitúa entre el siete y el diez, y son la misma proporción los que localizan su nivel de incapacidad actual entre un 5 y un 10, que sería la máxima.

Más del 70% de los afectados se ven incapacitados para trabajar fuera de casa

Esto se traduce en una incapacidad notable a la hora de realizar actividades de la vida diaria por parte de los afectados de covid persistente. Por ejemplo, al 30,4% de los encuestados le supone un esfuerzo o les resulta imposible el aseo personal; al 68%, la realización de las actividades de casa; al 72,5% trabajar fuera de casa; el 70,1% tienen dificultades para atender a las obligaciones familiares diarias y al 74,65% le supone un esfuerzo o imposible el ocio con los amigos y otras personas. 

Así las cosas, la vicepresidenta de la SEMG, Pilar Rodríguez Ledo, califica de "esencial" la investigación de la enfermedad y la profundización en sus causas para poder actuar sobre la misma y no solamente sobre los síntomas. En este sentido, destaca que se barajan dos hipótesis posibles para explicar el covid resistente: que el virus pueda persistir fuera de los lugares donde habitualmente se busca, ya que la PCR solo examina la zona orofaríngea; y que el virus haya producido una cascada inflamatoria crónica, creando una afectación inmunológica. 

"Siento que mi vida se ha reducido a los mínimos"
La paciente Anna Kemp lamenta el "abandono institucional" y aboga por un registro de los afectados. "Nos sentimos olvidados, invisibles, las instituciones están desaparecidas; no sumamos en las estadísticas porque no somos ni recuperados ni muertos, pero necesitamos figurar en ellas y que se involucren las instituciones, porque va a convertirse en un problema estatal", subraya.

"Nos enfrentamos a una enfermedad desconocida, no reconocida y muy incapacitante que afecta a jóvenes sin patologías previas en el pico de su actividad laboral", advierte. 

Anna Kemp, que está enferma desde el 18 de marzo y es miembro del colectivo de afectado, sigue sufriendo problemas pulmonares y cansancio extremo. Asegura encontrarse peor que en el mes de mayo, incapaz de andar medio kilómetro en media ahora: "Siento que mi vida se ha reducido a los mínimos". 

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