Rafael Bengoa: "Al saber que Ómicron es menos severa se ha sido complaciente"

Observa laxitud a la hora de tomar medidas frente a esta nueva ola. Defiende que se necesita orden y homogeneidad en las medidas que se aplican. Este exconsejero de Sanidad de Euskadi alaba que Galicia ofrezca test gratis y cree que debiera hacerse en todas las comunidades.
Rafael Bengoa. EP
photo_camera Rafael Bengoa. AEP

EXPERTO EN salud pública, este exdirector de Sistemas de Salud de la Organización Mundial de la Salud ha aconsejado a distintos gobiernos y colectivos sobre abordaje de la cronicidad. Ha sido asesor de la Secretaría de Estado de Estados Unidos durante la presidencia de Obama en la reforma sanitaria y de la Xunta sobre Atención Primaria. En esta entrevista habla sobre la gestión de la actual ola.

A estas alturas de la pandemia, en un país como España en el que la tasa de vacunación es tan elevada, ¿se está primando la economía frente a la salud?
Es tarea de políticos buscar ese equilibrio. Desde que se sabe que la variante Ómicron es menos severa clínicamente se ha entrado en una fase algo complaciente con las decisiones que habría que tomar sobre restricciones. Entre las que han tomado los Países Bajos (confinamiento casi total) y las nuestras había margen de maniobra para controlar más la sexta ola que nos embiste en estos momentos.

Teniendo en cuenta que la variante Ómicron es más contagiosa y que, incluso en una población vacunada, si la transmisión se dispara pueden subir mucho las hospitalizaciones, ¿habría que haber tomado decisiones antes y cuáles?
Hay que recordar que las medidas de restricción que tenemos hoy en España se diseñaron para una variante con una RO (índice de reproducción) de 3. La variante Ómicron tiene un índice mucho más alto, probablemente de 6-8. Esto quiere decir que una persona infectada por Ómicron de media infecta a 6-8 personas. Imagínese qué quiere decir eso en la cena de Navidad. En ese sentido al virus le interesa nuestra Navidad.

¿Cómo se elige el momento para actuar frente a una sociedad que quiere que se proteja su salud, pero cada vez lleva peor asumir restricciones de cualquier tipo?
Más que el momento es la uniformidad nacional en las decisiones la que aportaría más confianza a los ciudadanos. Los ciudadanos necesitan más orden del que hay. No era solo cuestión de restricciones sino de facilitar en toda España, por ejemplo, el acceso a la prueba rápida de antígenos. Aquellas comunidades autónomas como Galicia que han ofrecido test de antígenos a ciertos grupos de edad han acertado porque, aunque tienen algunos falsos negativos, estratégicamente son útiles en una pandemia; hubieran detectado muchos casos. España debería haber ofrecido esos tests gratuitamente para todo el país.

¿Son medidas como la mascarilla en exteriores una manera de fingir que se hace, otra muestra más del teatro pandémico?
Es una medida más de control, pero sola es insuficiente para tener un efecto sobre la trayectoria de la sexta ola.

La epidemia de la gripe española duró tres años. Esta pandemia lleva camino de imitarla o superar su duración. ¿Cómo se conjuga una gestión que ayude a limitar los efectos en la salud, evitar el colapso asistencial y mantener viva la economía?
Tenemos muchas más herramientas que en otras epidemias. Vacunas, antivirales, tests... todos eficaces. Las Navidades pasadas hubo muchas esperanzas de fin pandémico por la aparición de las vacunas. Este diciembre se ha instalado una mayor melancolía por la llegada de Ómicron. No debe ser así. Tenemos muchas herramientas y este tercer año pandémico será mejor que el segundo y ese ya fue mejor que el primero.

Si con las vacunas que tenemos actualmente uno se puede contagiar, ¿cuál es realmente el objetivo del pasaporte covid: limitar la transmisión mientras se mantiene la vida funcionando o acabar de convencer a algún reticente de que se vacune para poder seguir haciendo vida social?
Aunque te vuelvas a infectar siendo vacunada, la enfermedad que sufrirás será mucho más leve. Esa es la primera función de una vacuna. La vacuna es lo que más vidas ha salvado hasta ahora. Es fundamental acelerar la tercera dosis a todos por encima de 15-20 años. El pasaporte covid ha sido necesario, aunque en nuestro país la resistencia a ser vacunado ha sido menor.

¿Qué habría que hacer con Primaria para que pueda enfrentarse a la sobrecarga de la ola actual y de otras que vendrán?
Cualquier fortalecimiento de la atención primaria para poder detener olas como la actual servirá luego en la fase post pandémica para poder enfrentarse a la cronicidad creciente en nuestro país. Esto último es el mayor reto de nuestra sociedad de bienestar.

¿Qué habría que hacer ya mismo para evitar un enero y febrero complicados también en los hospitales?
Primero habría que comprender que, aunque no sea el momento más mortal de la epidemia, sí es el más complejo por la eficacia de Ómicron. Como ciudadanos evitar aquellos lugares o eventos donde hay demasiada gente, con demasiado contacto estrecho y con mala ventilación. Eso tendrá un impacto sobre la ola en enero. Para todos, aprender más entre olas y actuar sobre la bases de ese conocimiento.

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