A medida que se aproxima el verano, todo nuestro entorno comienza a recordarnos la importancia de usar protector solar. No obstante, proteger nuestra piel del sol es un hábito que debemos mantener los 365 días del año. Y es que, si bien el sol tiene efectos positivos en nuestra salud –como la producción de vitamina D o la mejora del estado anímico–, una excesiva exposición a la radiación ultravioleta también tiene consecuencias muy negativas.
Dentro de la radiación ultravioleta cabe diferenciar entre rayos UVA y rayos UVB. Estos últimos son los responsables de la mayoría de los cánceres de piel, mientras que los UVA producen el aumento de las arrugas en la piel, acelerando el envejecimiento.
Para paliar los efectos adversos del sol es vital aplicar un protector adecuado a nuestro caso. En este sentido, debemos tener en cuenta las siglas FPS (Factor de Protección Solar), así como el número que encontramos al lado de estas siglas (15, 30, 50…). Estas cifras nos indican el incremento de tiempo que el protector solar nos protegerá de los rayos UVB antes de que se enrojezca nuestra piel si lo comparamos con el tiempo que tardaría si no usásemos protección. Esto es, si la piel de una persona se enrojece normalmente tras 10 minutos de exposición al sol, usando una crema con SPF 30 tardaría 300 minutos.
Consejos para un correcto uso del protector solar
Ahora bien, así como es importante utilizar una crema que nos proteja correctamente, con un FPS adecuado, también es fundamental aplicarla correctamente para que cumpla con su función. Además de la recomendación de evitar el contacto con el sol en las horas centrales del día, aquí te damos algunas otras indicaciones para un correcto uso de la protección solar:
- Aplicar una cantidad suficiente, de forma generosa y uniforme. Se recomiendan unos 30 ml de producto por todo el cuerpo en cada aplicación.
- Proteger toda la piel expuesta al sol. Hay que tener en cuenta zonas que suelen quedar olvidadas como el empeine del pie, las orejas, el dorso de las manos, la zona posterior de las rodillas, etc.
- Hidratar especialmente las zonas más sensibles: como tatuajes o cicatrices.
- Intentar aplicarlo unos 30 minutos antes de exponerse al sol. Podemos hacerlo antes de salir de casa, por ejemplo, ya que aplicarse la crema correctamente lleva unos minutos y es más recomendable hacerlo cómodamente en casa que directamente en el lugar donde vayamos a tomar el sol.
- Repetir su aplicación cada dos horas o incluso de forma más frecuente si sudamos en exceso.
- Volver a aplicar protector después de bañarse. En este punto surge una duda: ¿puedo aplicarlo sobre la piel mojada? Algunas cremas solares más actuales sí que permiten su aplicación con la piel mojada, pero siempre es recomendable leer las indicaciones de nuestro producto para ver si es su caso.
- Usar protector aunque ya estés bronceado/a. Estar bronceado nunca debe ser entendido como un indicador de protección y siempre, independientemente de tu tono de piel, debes protegerte de la radiación solar.
- Respetar la fecha de caducidad del producto. La fecha de caducidad de tu protector aparecerá en el recipiente del mismo, pero cabe recordar que, una vez abiertos, van perdiendo efectividad, por lo que es recomendable cambiarlos cada cierto tiempo. Según algunos dermatólogos, el protector debe cambiarse cada año.
¿Puedo usar el mismo protector solar para todo el cuerpo?
Puede ser que nuestro protector no sirva para todo el cuerpo. Por ejemplo, la zona de los labios, expuesta de manera constante al sol, es una de las grandes olvidadas y también debe protegerse. Para los labios no deberíamos usar el mismo protector que para el cuerpo, sino que se recomienda echar mano de un bálsamo labial con un FPS de, por lo menos, factor 15.
Por otra parte, para las personas con poco pelo o que lo tengan muy fino no es aconsejable aplicar protector en el cuero cabelludo. Es más recomendable cubrir la zona con un sombrero o una gorra.
Para la cara, en principio, puede valernos el mismo protector que para el cuerpo. Los productos de cuerpo, por regla general, sirven también para el rostro, a no ser que se indique en el envase otra cosa.
Protección solar y maquillaje
Aunque utilicemos maquillaje en nuestro rostro, el protector solar no deja de ser necesario. Así, debemos aplicarlo después del cuidado de la piel (esto es, tras lavarse la cara y aplicar los tónicos, sérums o cremas de cuidado que usemos habitualmente) y antes de aplicar el maquillaje. En la actualidad ya existen formulaciones de crema solar que permiten hidratar y dar color a la piel, así como otras con activos anti-envejecimiento que permiten su uso durante todo el año. Aún así, si decidimos usar nuestras cremas de cuidado de la piel habituales, sin protección, después debe aplicarse el protector solar. Finalmente, irá el maquillaje.