"Exprimir" las nubes se convierte en un método para conseguir más lluvia

Los Emiratos Árabes Unidos buscan atraer a los mejores investigadores del mundo expertos en técnicas para estimular las nubes y aumentar la cantidad de lluvia
Un grupo de personas visita la sección instalada por Masdar, que forma parte de la Semana de la Sostenibilidad de Abu Dabi
photo_camera Un grupo de personas visita la sección instalada por Masdar, que forma parte de la Semana de la Sostenibilidad de Abu Dabi

Con 100 escasos milímetros de lluvia al año y una gran tasa de evaporación debido a las altas temperaturas, los Emiratos Árabes Unidos, EAU, andan sedientos de un recurso para ellos "mucho más importante" que el petróleo: el agua dulce, para abastecer a sus 9,5 millones de habitantes y casi tres de turistas.

En ese contexto, los Emiratos buscan atraer a los mejores investigadores del mundo expertos en técnicas para estimular las nubes para que les ayuden a incrementar la cantidad de lluvia que cae de las mismas.

Para ello han creado el Premio de Investigación para la Mejora de la Lluvia, dotado de cinco millones de dólares que en su primera edición se repartirán tres científicos ganadores: Musataka Murakami, investigador de la Universidad de Nagoya, Japón; Linda Zou, del Instituto de Ciencia y Tecnología Masdar en Abu Dabi, y Volker Wulfmeyer, director del Instituto de Ciencias Físicas y Meteorológicas de la Universidad de Hohonheim, Alemania. 

"EXPRIMIR" NUBES. Alya Al Mazroui, la responsable del programa, explica que los procesos para estimular las nubes requieren 72 horas de preparaciones y condiciones meteorológicas apropiadas.

Una vez dadas, los pilotos ascienden una media de 2.500 metros sobre la superficie para alcanzar las nubes, en las que inyectan llamaradas que contienen una mezcla de estas sales: cloruro de potasio, cloruro de sodio, y cloruro de calcio.

"Esas sales atraen vapor de agua, incrementado el tamaño de las gotas de agua que caen sobre la tierra", detalla Al Mazroui, quien insiste en que el experimento no daña el medio ambiente en tanto que solo se usan sales naturales y en ningún momento recurren a sustancias químicas peligrosas.

La operación es seguida, coordinada y documentada en tierra por otro equipo de científicos.

La investigadora sostiene que su mayor índice de éxito ha sido lograr un 35 % más de lluvia de la que hubiera caído de una nube de manera natural, frente al 50 % que se ha conseguido obtener en Australia, otro de los países pioneros en este tipo de investigación.

Los Emiratos ya saben, por tanto, cómo estimular las nubes para conseguir más lluvia, pero necesitan "exprimirlas" aún más para rellenar sus raquíticos acuíferos y liderar un área de conocimiento con gran potencial de demanda en un planeta amenazado por el estrés hídrico, en el que el 80 % de la población vive en zonas áridas o semiáridas.

De ahí este premio millonario para atraer el conocimiento más avanzado en la materia.




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