"Somos deportistas de élite, requiere trabajo físico constante cada día"

La fagotista lalinense María José Rielo realizó giras por Europa, Japón y China, y actualmente es miembro de La Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo y profesora de fagot 
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photo_camera María José Rielo. DP

MARÍA JOSÉ Rielo se fue de España con solo 21 años y un fagot en la mano siguiendo los pasos a su profesor de música. Antes de comenzar a estudiar en el Conservatorio de Lalín, ¿había tenido contacto con la música?

Con la música clásica no. Mis padres me habían apuntado a baile tradicional, a gaita y a pandereta. No sabía lo que era un fagot. 

¿Por qué el fagot?

Una chica que estaba a mi lado me dijo: "Coge el fagot que es muy chulo". Empecé con el clarinete y el fagot, pero solo fui a una clase de clarinete. No sé porqué, supongo que por la forma del fagot que era un poco rara, el sonido característico que tiene y el tamaño.

¿Disfrutó desde el principio el estar en el conservatorio?

No tuve ningún problema. En el conservatorio siempre ha habido buen ambiente, todo fueron facilidades. En ningún sentido me arrepiento de haber estudiado música.

¿En qué momento se dio cuenta de que se quería dedicar a la música profesionalmente?

Me di cuenta de que podía dedicarme a ello, o por lo menos estudiar para intentar vivir de ello, cuando me fui a estudiar a Alemania. En ese momento pensé que tenía que ponerme las pilas y apostarlo todo.

Antes de irse a Alemania estuvo en el Conservatorio Liceu de Barcelona.

Si, estudié la carrera allí.

¿Notó alguna diferencia entre la formación en Galicia y Barcelona?

Si, en Barcelona hay mucha tradición. La sociedad barcelonesa valora el hecho de tener su orquesta de ópera. Allí los conciertos cada día están llenos y eso es maravilloso. Nosotros no tenemos esa tradición, no tenemos una orquesta de ópera ni hay un círculo privado que financia la orquesta.

¿E irse a Alemania, cómo surge?

Conocí al profesor, Dag Jensen, en un curso en Galicia. Me gustó mucho y a él le gustó también como tocaba yo y me dijo que hiciese las pruebas en su universidad.

Si en Barcelona ya notó un cambio, en Alemania imagino que más. 

Mucho más. Valoran mucho la música clásica y la cultura. Hay demanda y oferta. Para mí ha sido un punto y a parte ir ahí. Fue un enriquecimiento en todos los aspectos.

¿Le resultó duro irse de España? ¿Cuántos años tenía?

Tenía 21 años. Obviamente siendo gallega, además soy muy gallega, siempre se echa de menos la casa. Pero fue una etapa que emprendí con muchísima ilusión, quería aprender y mejorar. Lo he llevado bien porque siempre he tenido el apoyo de mi familia.

Actualmente es profesora de fagot en el Conservatorio Superior de Música del Liceu, ¿por qué comenzó con la docencia?

El Liceo se puso en contacto conmigo y me ofrecieron ser profesora de fagot. Me gusta mucho la docencia, trabajar con gente joven en la música. Me pareció interesante y un campo en el que poder desarrollarme.

¿Por qué cree que mucha gente joven es reacia a la música clásica?

Quiero pensar que eso no es así. Yo me muevo en ambientes donde la mayoría son músicos de orquesta clásica, pero los hay de otras ramas y respetan esta música. Yo creo que la gente hoy en día antes de decir que es reacia a la música clásica prefiere callarse, porque se da cuenta de la grave ignorancia que supone.

También impartió clases en la escuela de estudios musicales en Santiago, ¿cómo fue volver a allí?

Fue muy emocionante, estuve allí siendo muy joven y volver como profesora es un cariño absoluto por parte de la escuela hacia mi carrera.

¿Es una profesión dura?

Es una profesión dura porque requiere mucho esfuerzo constante, somos deportistas de élite. No es solo nuestra cabeza, también requiere trabajo físico. Nuestra musculatura, nuestros dedos, nuestro diafragma, la posición corporal. Requiere un trabajo constante cada día.

Si tuviese que escoger una profesión que no fuese la música...

Sinceramente nunca me he planteado qué quería ser de mayor porque la música me ha llegado sola. Si me preguntas ahora y tuviese que elegir tampoco podría decir una. Con la música he tenido suerte, me ha llegado y me ha llenado.

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