Trasladan al pingüino emperador varado en Nueva Zelanda a un hospital

El pingüino emperador que apareció el lunes en una playa de Nueva Zelanda fue trasladado este viernes al hospital del zoo de Wellington tras agravarse su estado de salud, informó la prensa local. Los veterinarios decidieron trasladar al joven ejemplar de casi un metro de altura al detectarle cambios bruscos en su comportamiento, síntomas de deshidratación y cansancio, informó The Dominion Post.

El director del Departamento de Conservación neozelandés, Peter Simpson, dijo que el pingüino había estado comiendo arena de la playa de la misma manera que en su hábitat natural, el Antártida, come nieve para rebajar su temperatura interna cuando siente demasiado calor. El pingüino fue llevado dentro de una caja con hielo hasta el zoo donde será operado mañana para liberar su garganta de arena y palos.

"Todavía está fuerte, se ha resistido bastante y esto es bueno", dijo la directora de veterinaria del zoo, Lisa Argilla. Las autoridades han descartado devolver por ahora el pingüino al Antártida, inaccesible durante el invierno austral, y estudian qué hacer con él una vez se recupere.

En Nueva Zelanda es habitual avistar animales procedentes del Antártida pero un pingüino emperador se había visto antes sólo una vez, en 1967. Los expertos desconocen por qué el animal se desvió unos 3.000 kilómetros desde su hábitat en el Antártida hasta la playa de Peka Peka, en la costa de Kapiti, cerca de Wellington.

A su llegada, las autoridades crearon un cordón para aislar de los curiosos al pingüino, apodado por los vecinos como 'Happy Feet' por la película de animación protagonizada por una de estas aves acuáticas. Estas aves antárticas, que miden más de un metro de altura y pesan unos 30 kilogramos, pueden sumergirse a 450 metros de profundidad por más de diez minutos sin salir a la superficie.

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