Tú el móvil y yo las reglas

Siete de cada diez niños de entre diez y 15 años ya tienen teléfono propio en España, un porcentaje que sube hasta el 94% a partir de esa edad. Para evitar los conflictos que puede suponer, la Fundación Anar ha elaborado un contrato para el buen uso. En Pontevedra, se ha convertido en tendencia que sea el regalo al acabar la Primaria y los institutos de la ciudad regulan su utilización de diferentes maneras

Una adolescente sola con su móvil. JAVIER CERVERA
photo_camera Una adolescente sola con su móvil. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

En los últimos años, que los smartphone sean el regalo estrella entre niños y adolescentes en cumpleaños, Navidad y ocasiones especiales se ha convertido en una tónica general. Pese a que estos dispositivos pueden llegar a ser una herramienta útil y sana para gestionar su vida cotidiana, pueden llegar a convertirse en motivo de conflicto o ser la puerta de entrada a problemas más graves, como las diferentes formas de acoso online o posibles adicciones.

Prácticamente, todos los adolescentes tienen uno de estos dispositivos. De hecho, según la Encuesta sobre equipamiento y uso de TIC en los hogares elaborada anualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 69,1% de los españoles entre diez y 15 años disponen de un teléfono móvil, un porcentaje que crece hasta el 94% entre los adolescentes mayores de 15 años. Además, más del 90% de ellos tienen acceso a Internet.

Controlar el buen uso de esas tecnologías no es fácil y, por ello, la Fundación Anar ha elaborado el ‘Contrato-ANAR para el buen uso del teléfono móvil’ con pautas básicas para acordar con los hijos para prevenir los peligros de una utilización abusiva o desinformada. Este documento, elaborado por los psicólogos de la asociación, incluye condiciones como un límite horario para utilizarlo, el uso de un sistema de control parental, la prohibición de que se lleve el teléfono al colegio, la responsabilidad de preservar su privacidad y sus datos o la obligación de alertar a los progenitores ante cualquier problema relacionado con el uso del terminal, entre otras.

Que los teléfonos móviles ya forman parte del día a día de los adolescentes es algo que corroboran en los institutos pontevedreses. "Se está convirtiendo en una tradición que a los chicos, en el verano en el que pasan de Primaria a Secundaria, el regalo sea un móvil", confirma David Castro, director del IES Torrente Ballester, mientras que sus colegas del Valle Inclán y de A Xunqueira II también aseguran que, si no el 100%, al menos el 90% lo tienen desde 1º de la ESO.

Sin embargo, es algo que también se observa en los colegios de Primaria. Pese a que en la mayoría de estos centros están prohibidos por normas internas, sí son conscientes de que cada vez hay más niños con teléfono móvil. "É algo que contan, xa incluso a partir de 3º ou 4º. Nalgúns casos teñen porque os seus pais cambian de terminal e danlles o antigo, polo que non sei ata que punto teñen todos os servizos, pero si que o percibimos", explica Alicia Martínez, directora del CEIP Marcos da Portela, mientras que desde el Álvarez Limeses confirman que empieza a ser habitual que los tengan en 5º o 6º.

La mayoría de los institutos ponen sus propias normas respecto a su uso

NORMAS. Aunque la Lei de Convivencia e Participación da Comunidade Educativa de la Xunta de Galicia prohíbe con carácter general el uso de teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos en horario lectivo salvo si son tratados como una "ferramenta pedagóxica" –y algunos centros se rigen por esta norma, como el IES Valle Inclán– la realidad es que muchos centros educativos establecen su propia regulación dentro de sus normas de funcionamiento. Ese es el caso del IES Torrente Ballester, en donde reformaron este documento el pasado curso. "Hasta el curso pasado se permitía la utilización en los recreos, siempre que no se tomasen fotografías ni se grabasen vídeos o sonidos. No obstante, eso causaba problemas y decidimos prohibirlos en todo el recinto escolar", explica su director. Aunque fue una norma que, en principio, suscitó dudas por parte del profesorado, "cuando empezamos el curso, después de ir informándoles el último trimestre del pasado, no hubo ningún tipo de conflicto ni de problema".

Pero, ¿cuál era el conflicto que tenían antes? Pese a que estaba prohibido, era habitual que tomasen imágenes y vídeos. "No son conscientes de que no pueden tomar fotografías de menores sin permiso de sus padres y menos aún subirlas después a las redes sociales, que agrava el hecho aún más", explica el director.

También en el IES A Xunqueira II han cambiado sus normas en los últimos tiempos, aunque en su caso para hacerlas más permisivas. "Dado que desde este curso la Xunta facilita claves wifi gratuitas a todos los alumnos, optamos por permitirles el uso fuera de las horas de clase. Además, se usan como herramienta pedagógica: usar la calculadora, buscar cosas en Internet, incluso para que los estudiantes extranjeros usen el traductor", confirma su director, Juan Carlos Pérez.

Otros institutos también permiten su uso solo durante el recreo, aunque no siempre se cumple. "En las clases funciona bien, aunque esporádicamente tenemos que llamar la atención a algún niño. El problema que tenemos es durante los cambios de clase, suena el timbre y ya sacan el móvil", asegura una orientadora de un centro escolar de Pontevedra.

En los centro escolares se estima que el 90% de los alumnos tienen uno en 1º de ESO

En su caso, también como madre de una joven de 16 años, considera importante educar en el correcto uso de estos dispositivos desde casa. "Antes de comprarle el móvil, con 12 años, ya habíamos hablado de los peligros que tiene, sobre todo en cuanto a grupos de WhatsApp. Además, tenemos regulado su uso y, por ejemplo, cuando está estudiando ni siquiera lo tiene en la habitación". Así, esta orientadora aboga por "el diálogo antes de prohibir: hay que hablar, poner unas normas que tiene que entender que debe cumplir. Después de todo es una tecnología que tienen que aprender a usar".

Así, David Castro considera que puede ser un arma de doble filo. "Puede pasar si los padres le dan un teléfono a los chavales pero después no hacen su parte, que es controlar qué hacen con él y enseñarles a usarlo correctamente. Muchas veces es por desconocimiento y otra por dejadez". Y aunque considera que los centros escolares pueden colaborar con esta tarea, "igual que formamos en otros aspectos como la sexualidad, el alcohol y las drogas...", la realidad es que son "tantos los temas a tratar y trabajar con ellos que muchas veces se nos queda fuera de lo que podemos abarcar. Además, no tenemos una formación específica. ¿Que sería una buena idea? Sí, no cabe duda".

Sin embargo, no todo son problemas, sino que un teléfono móvil en la adolescencia también puede tener sus beneficios. Así lo confirma la orientadora escolar, que considera que les ayuda "a estar en contacto entre ellos, les da facilidad para quedar, para intercambiar información...". A la hora de usarlos como herramienta educativa, pese a que pueden ser un arma de doble filo, Juan Carlos Pérez considera que ahí se centra la labor que "como profesor, tenemos que ir realizando. Si los niños tienen un ordenador suministrado por la Xunta a partir de 5º con Internet, ¿qué diferencia hay con el móvil? Si pueden entrar también en el WhastApp desde el portátil, entrar en páginas no deseadas o hacer otras cosas –asegura–. La labor del profesor es estar encima, mirar, comprobar, enseñarles a usarlos mejor...".

Por ello, en el IES A Xunqueira II, cuando suministraron las claves wifi a los alumnos crearon un documento pedagógico para enseñarles "qué riesgos corren, cuáles son sus usos adecuados, qué es lo que no deben hacer... Hemos buscado la vía de la conciliación, entre el uso y la prohibición. Y en general está funcionando bien", confirma su director.

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