Vocación con futuro

La de auxiliar es una profesión cada vez más cotizada entre los jóvenes pontevedreses, que deben trabajar duro en las clases para poder ejercer

Pilar Varela, profesora del ciclo de auxiliar de enfermería que se imparte en el IES Frei Martín Sarmiento, y los alumnos Rita Couso y Omar El Kortbi. OLGA FERNÁNDEZ
photo_camera Pilar Varela, profesora del ciclo de auxiliar de enfermería que se imparte en el IES Frei Martín Sarmiento, y los alumnos Rita Couso y Omar El Kortbi. OLGA FERNÁNDEZ

El IES Frei Martín Sarmiento lanza cada año al mercado laboral alrededor de 60 nuevos técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería, que así es el nombre de la titulación. Dos de las profesoras que imparten este curso, Marifelis Golán y Pilar Varela, hacen hincapié en la gran demanda que presenta, una demanda que incluso mantiene a varios alumnos en lista de espera. Pero esto no solo se da por parte del alumnado, sino que, cada vez más, las empresas solicitan auxiliares de enfermería para trabajar. "Yo estuve toda la vida impartiendo clase en un ciclo superior de análisis clínico, llevo tres años aquí y me sorprendió mucho la cantidad de gente que llamaba para solicitar auxiliares para trabajar, y todos los días. Hay muchísima emanda y este año todavía más", señala Marifelis. "Todas las promociones que salieron ya están trabajando", asegura Pilar.

Y es que aunque la opinión pública parezca creer lo contrario, la de auxiliar de enfermería es una profesión muy cotizada, en todos los sentidos. "Que la gente se quite el cliché. Los auxiliares no son personal que va a lavar culos, eso solo forma parte de su trabajo y es importante", destaca Pilar, médico de profesión. "Es que la higiene de la persona es fundamental", añade Marifelis.

"Que la gente se quite el cliché. Los auxiliares no son personal que lava culos, eso solo forma parte de su trabajo"

Mientras ambas profesoras debaten sobre los mitos que rodean a esta profesión, de actualidad a raíz de la carta ‘El orgullo de limpiar culos’, dos de sus alumnos asienten afirmativamente. Ellos son Rita Couso y Omar El Kortbi. Rita es celadora y, tras haber estado en el mercado laboral durante diez años, se decidió a estudiar para ser auxiliar, una profesión, dice, que encaja con su vocación por «el cuidado de las personas». Omar es el polo opuesto. 18 años y ninguna experiencia en hospitales. Sin embargo, su curiosidad por la rama sanitaria le llevó a meterse de lleno en la búsqueda de formación real. «Hacer este ciclo me pareció más útil para formarme que estudiar Bachillerato», asegura. Y, como no podía ser de otro modo, se toma la que será su futura profesión muy en serio, y todo lo que ello conlleva en cuanto al cuidado de los enfermos. "No es que limpiemos culos porque sí, es que el paciente necesita que se lo limpies y le estás haciendo un favor. Si no vas a limpiar culos, vete del hospital", sentencia. Por todo ello, asegura que las bromas en este sentido le son "indiferentes". "Ningún paciente está ahí porque quiere, sino porque lo necesita", dice. "Tienes que hacer sentir cómodo al enfermo. Ellos ya están en una situación complicada como para perjudicarlos más todavía. Hay que ser complaciente y tratarlos bien", añade su compañera.

FORMACIÓN. Afrontar un trabajo como el de auxiliar de enfermería no es nada sencillo, sobre todo por la carga psicológica que requiere en algunos casos y por la gran dosis de habilidades que hay que tener, ya sean innatas, como el buen carácter, o adquiridas, como las materias que se imparten en este ciclo. En cualquier caso, el alumnado debe trabajar duro para aprobar en junio y, así, estar listo para comenzar los tres meses de prácticas hospitalarias en septiembre. De hecho, todas y cada una de las aulas del instituto cuentan con material clínico para optimizar la experiencia del aprendizaje, así como también con varios escenarios perfectamente recreados, como una clínica dentista o la habitación de un hospital, con enfermo incluido. "El ciclo no es fácil. Algunos alumnos que son más jóvenes y llegan aquí con 16 años se asustan el primer día, porque como les dicen que van a lavar culos ya se creen que no van a estudiar y están muy equivocados. Aquí se estudia mucho y damos materia muy complicada. La gente todavía se sorprende de lo que tiene que estudiar, porque les transmiten que el estudiante que vale va para Bachillerato y el que no, viene para FP", explica Pilar. "Yo siempre les digo el primer día que no es así, que se van a encontrar con un curso que les va a costar si no estudian", asegura.

Y, con la formación de calidad que reciben, la mayor parte de los alumnos encara septiembre con muchas ganas de comenzar su experiencia práctica. También es el caso de Rita y Omar. A él le gustaría probar en el área de psiquiatría y ella lo tiene muy claro: "Me gusta trabajar con personas con alguna discapacidad, pero en un hospital me gustaría trabajar en paliativos u oncología", asegura. "No es una cosa agradable pero siento que estoy preparada para ello y es donde más útil me sentiría", añade. Pero, cuando se trata de ser auxiliar, esto es algo que no se elige. Los alumnos pueden acabar trabajando en cualquier área hospitalaria, en un geriátrico o incluso en un balneario. Las opciones son tan grandes como sus ganas de comenzar a sentirse útiles. Y, por esto, a las personas que critican la que será su futura profesión, Omar les dice "que estudien". Pilar, su profesora, asiente: "Que se sienten aquí, en un aula, y que vean lo que es. Yo siempre digo que hay que ponerse en el otro lado de la mesa".

Un curso escolar y tres meses de prácticas para ser auxiliar
Los futuros auxiliares de enfermería pontevedreses pueden acceder a esta profesión a través del ciclo medio que imparte el IES Frei Martín Sarmiento (50 plazas en horario diurno y 25 en nocturno). Los alumnos pueden comenzar el curso casi con cualquier edad desde los 16 años y, cada vez, son más los interesados en esta opción como vía de acceso a la rama sanitaria.

La duración del ciclo es equiparable a la de un curso escolar de nueve meses, en el que los estudiantes deben cubrir un total de 1.200 horas distribuidas en siete asignaturas. Durante este período de tiempo, adquieren todo tipo de conocimientos, tanto prácticos como teóricos, que les ayudan en el ejercicio de su futura profesión. A grandes rasgos, las asignaturas están distribuidas en dos bloques. Dos de ellas hacen referencia al aspecto laboral, por lo que la materia de estudio aborda, por ejemplo, la interpretación de un organigrama sanitario. Las otras cinco asignaturas van desde la psicología hasta la higiene del medio hospitalario o las técnicas básicas de enfermería. 

Si los alumnos superan todas las asignaturas en junio, en septiembre comienzan los tres meses de prácticas en un hospital, que también deben terminar con una valoración positiva para poder pasar a formar parte del mundo laboral.

Las aulas del IES Frei Martín Sarmiento están equipadas con todo tipo de material sanitario, así como también con algunas simulaciones de espacios hospitalarios. En el ciclo se valora tanto la aptitud como la actitud frente al trabajo, ya que, según el profesorado que imparte las clases, esto es una cualidad imprescindible. "Puede haber un alumno de expediente 10 que tenga muy buenas aptitudes y que, en cambio, no esté capacitado para un trabajo de este tipo, en el que necesitas mucha empatía con el enfermo y, además, también estar en tu sitio. Hay que buscar siempre el equilibrio", explica la profesora Pilar Varela.

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