1.500 gallegas fueron tratadas en la unidad de anorexia y bulimia

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Unas 1.500 jóvenes han recibido tratamiento contra la anorexia y la bulimia en la Unidad de Trastornos Alimentarios del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago en los últimos años. Son datos aportados por el jefe del servicio de Endocrinología del CHUS, el doctor Felipe Casanueva, que en la actualidad trabaja en un estudio epidemiológico para conocer el número real de casos que se dan en la comunidad.

Tabla de salvación para muchos adolescentes que viajan desde toda la geografía gallega hasta Compostela en busca de una solución a su enfermedad, esta unidad está considerada centro de referencia en la comunidad. Con todo, en el hospital psiquiátrico de Conxo donde está ubicada, sólo tratan ''los casos más graves'', afirma Casanueva, aquellos que les derivan desde otros ''dispositivos de salud mental'' repartidos por Galicia.

Ante el ingreso, lo principal es ''preservar la vida del paciente'' y ''estabilizar'' su problena nutricional, alimentándolo por vía intravenosa. Con el paso de los meses, el enfermo come ''casi normal''. Llega entonces el tratamiento psiquiátrico y psicológico, el más difícil y en el que la postura del enfermo juega un papel fundamental. Pero la curación es ''larga, lenta y complicada'', y nunca se evalúa ''antes de los cinco años''.

Por otra parte, la recaída es ''muy frecuente''. A este respecto, una de las psicólogas de la Asociación de Bulimia y Anorexia de Galicia (ABAGAL), Imnaculada Sanmiguel, explica que ''hai muchos casos que no tienen cura'' pero los enfermos ''pueden llevar una vida normal'' si cuidan su alimentación. La mayoría de las personas que reciben tratamiento para superar la anorexia y la bulimia en Conxo son mujeres. En la actualidad, la edad de las chicas ingresadas oscila entre los 18 y los 42 años, pero llegaron a tratar a niñas de tan sólo 12 años, tal y como explica Casanueva.

Estancia en la unidad
El centro cuenta con un área de ingreso con un total de cinco camas, donde los pacientes se pasan el día aislados del exterior, compartiendo habitáculo con otras personas que padecen trastornos mentales y muy controladas por personal sanitario. Tras cada comida, reposo absoluto durante un par de horas y vigilancia cuando van al cuarto de baño. Cuando la situación del enfermo se estabiliza abandona el área de ingreso, en muchos casos, temporalmente.

La unidad cuenta además con un centro de día, abierto desde las ocho de la mañana hasta después de la merienda. Tras desayunar y comer allí, los jóvenes pasan la noche en casa con la familia.

Se estabiliza la anorexia y aumenta la obesidad
En la actualidad ''se ha estabilizado'' el número de casos de anorexia y bulimia, según explica Felipe Casanueva. Por eso, aunque años atrás asociaciones y padres demandaban la extensión de la unidad a otras ciudades, el endocrinólogo afirma que hoy ''no es necesario aumentar los dispositivos'' y que la intención de la unidad es ''mejorar la calidad de los servicios y no la cantidad''.

Ante esa estabilidad en el número de afectados , la preocupación de expertos se inclina hacia otras dolencias en alza, como es la obesidad mórbida, considerada ''un desafío mayor''. Un mal ''difícil de atender'' que afecta al 17% de la población adulta en España. Es el resultado de una sociedad en la que aumenta la ingesta de alimentos y donde se reduce cada vez más el ejercicio físico. Las mujeres son las principales víctimas, pero la dolencia es más peligrosa en los hombres.

Entrevistas con dietistas y una importante dedicación al deporte se completan ''en ocasiones'' con fármacos de ''eficacia limitada'', en palabras de Felipe Casanueva. Esta circunstancia hace que el especialista vea ''más necesario'' aumentar las unidades de prevención y atención a la obesidad, además de incrementar los dispositivos quirúrgicos necesarios.

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