En 2007, los países subdesarrollados han entregado poco menos de 440 mil millones de euros a los más ricos en concepto de pago de la deuda externa. Una cifra que no ha dejado de aumentar en los últimos años, y que supone para los deudores una soga al cuello. Los escasos recursos de que disponen les impide sacar adelante proyectos sociales o mejorar sus infraestructuras.
Por ello, y con el objetivo de 'desafiar a los gobiernos', este martes arranca en todo el mundo la Semana Internacional por la Abolición de la Deuda Externa. Hasta el próximo 19 de octubre, más de 200 ONGs de todo el globo han diseñado el programa de la campaña '¿Quién debe a quién?', nacida en 2005 para pelear contra la deuda externa y la deuda ecológica.
Cada vez más pobres
En concreto, el Estado será escenario de varias concentraciones para "denunciar el incumplimiento del Gobierno en la gestión de la deuda y las incoherencias de sus políticas públicas, que generan cada vez más empobrecimiento".
La campaña pretende presionar a los países ricos de occidente, para que "condenen y perdonen" la deuda, y que se cancelen los "beneficios" que reciben instituciones internacionales como el FMI o el Banco Mundial.
Además, con la amenaza del cambio climático como telón de fondo, este año se pide la cancelación de la deuda ecológica de los países del sur.
