A tan solo 35 kilómetros de la ciudad de Pontevedra, en plena comarca de Caldas, se encuentra Pontecesures, un municipio típicamente pesquero bañado por el río Ulla —cerca de su desembocadura en la ría de Arousa—.
Desde el punto de vista turístico, Pontecesures es un enclave fundamental en el fenómeno Xacobeo dada su situación estratégica, tanto dentro de la ruta portuguesa como en la del Mar de Arousa y el Río Ulla. Esta última, una ruta marítimo fluvial conmemora la mítica llegada a Galicia del cuerpo del apóstol Santiago El Mayor, tras su martirio en Jerusalén.
Su tradición xacobea y su privilegiada situación en el mapa gallego han hecho de Pontecesures un pequeño museo al aire libre con un patrimonio único que va desde los restos románicos que podemos conocer en la capilla de San Julián, a conjuntos de arquitectura civil y religiosa únicos, sin olvidarnos de uno de los catálogos de cruceiros más destacables de Galicia.
La localidad xoupa una superficie de 6,7 kilómetros cuadrados y cuenta con una población de 3.037 habitantes, lo que lo convierte, además, en un remanso de tranquilidad idóneo para quienes buscan una escapada lejos de las masificaciones de los grandes núcleos urbanos.
Gastronomía y fiestas
Truchas, salmones y angulas son protagonistas de los platos de la zona, aunque el más apreciado manjar de las aguas del Ulla es la lamprea, producto al que se le dedica una gran fiesta gastronómica el domingo después de Pascua, evento pausado por la pandemia pero que cuenta con volver a celebrarse cuando la situación sanitaria lo permita.
Tradicionalmente, el plato se prepara con salsa bordelesa y se acompaña con arroz y picatostes. Quienes quieran descubrir más sobre este curioso pez pueden visitar la Casa da Lamprea, un centro de interpretación situado en el propio municipio.
Además, el calendario festivo incluye otras dos celebraciones religiosas, la Romería de San Lázaro, que se conmemora dos domingos antes de la Pascua, y las fiestas patronales en honor a la Virgen del Carmen, que tienen lugar el primer domingo de julio.
Patrimonio
Como señalábamos anteriormente, una de las manifestaciones artísticas más importantes de la región es la iglesia parroquial de Requeixo, dedicada a San Xulián, una buena muestra del románico gallego. Este templo fue levantado en el siglo XII por el arzobispo Gelmírez sobre otra edificación anterior, en un lugar donde se emplazaba un antiguo castro celta.
A pesar de las múltiples modificaciones y reformas que experimentó desde su finalización, el muro meridional exterior de la nave, aun conserva algunas partes interesantes de la obra románica.
Pero, sin duda, el puente de diez arcos sobre el río Ulla, o puente romano de San Xulián, que se ubica en el pueblo con el mismo nombre, es una de las manifestaciones más emblemáticas del patrimonio cesureño.
Construido en el siglo I sufrió remodelaciones posteriores, la más importante diseñada por el Mestre Mateo en el s. XII. Su aspecto actual se debe a las obras llevadas a cabo en 1911.
Algunos historiadores dieron como artífice del mismo a César Augusto, de aí el nombre del municipio.
Esta construcción une las provincias de Pontevedra y A Coruña y a su paso discurre la ruta de peregrinación del Camino Portugués. Respecto a esto, cabe destacar que en Pontecesures se unen la ruta marítima del Camino de Santiago con el itinerario Portugués a Compostela.
Otro de los protagonista del patrimonio de Pontecesures es el Alfolí de Carlos IV. Se trata de una construcción barroca datada del siglo XVIII, concretamente de 1795, época de Carlos IV.
Se destinaba al almacén de sal, tabaco, azufre, cereales, etc. Es testimonio de la importancia de Pontecesures en la época al ser el único puerto habilitado para la descarga de sal desde 1467.
En 1900 sufrió un incendio que duró tres días y destruyó todo el interior, aunque se conservó la fachada, donde puede observarse el escudo borbónico y un texto en el que se menciona su utilidad en la época: "Los almacenes de la renta del tavaco construidos en el año de MDCCVC reinando el Señor Don Carlos IV".
