La ruta sencilla y espectacular que debes hacer este otoño: un paseo entre miradores, mar y bosque en la ría de Pontevedra

Mirador de A Moreira. CF
Un recorrido circular de diez kilómetros que combina playas, senderos, historia y panorámicas únicas.  Ideal para descubrir un rincón gallego que sorprende por su belleza natural y su cercanía

Hay lugares que no se visitan: se viven. Caminos que parecen trazados para detener el tiempo, para recordar lo que significa respirar aire salado y dejar que la mirada se pierda entre el azul del mar y el verde de los montes. Rutas de senderismo que, aunque nacen cerca de casa, tienen el poder de sorprender como si fueran un destino lejano.

Esa sensación de asombro es la que se experimenta al recorrer la Ruta de los Cinco Miradores, uno de los tesoros mejor guardados de Marín, en la provincia de Pontevedra. Una caminata circular de unos diez kilómetros que combina mar, bosque, historia y paisajes que se graban para siempre en la memoria. Quienes la hacen una vez, repiten. Y quienes la descubren tarde no pueden evitar pensar: "¿Cómo no vine antes?" 

  1. Vistas increíbles sobre la ría de Pontevedra
  2. El mirador y los petroglifos de Mogor
  3. El mirador de Moreira, el último del recorrido
  4. ¿Qué hace especial a esta ruta?

Vistas increíbles sobre la ría de Pontevedra

Este recorrido circular ofrece una experiencia que integra la belleza del litoral gallego con el patrimonio histórico y natural. La ruta combina tramos junto al mar, senderos boscosos y puntos de interés cultural, culminando en diversos miradores con vistas panorámicas sobre la ría de Pontevedra. Su diseño la convierte en una propuesta accesible para quienes buscan actividades al aire libre en Galicia.

La ruta comienza en pleno corazón urbano, en los alrededores de la Plaza de España, punto de partida ideal para adentrarse poco a poco en la naturaleza. El primer tramo discurre hacia la playa de Portocelo, un rincón muy querido por los vecinos de Marín, donde el sonido de las olas marca el ritmo de los pasos.

Playa de Portocelo. BEA CISCAR

Allí se encuentra el primer mirador, con unas vistas privilegiadas sobre la ría de Pontevedra. Desde este punto, el paisaje combina la calma del mar con la actividad de los barcos que cruzan la ría, recordando que Marín es, ante todo, una villa marinera.

El mirador y los petroglifos de Mogor

El camino continúa hacia el barrio de Mogor, donde la historia aparece grabada en piedra. Los petroglifos de Mogor, con sus misteriosas espirales milenarias, son una parada obligada para quienes disfrutan de la arqueología al aire libre. Muy cerca se alcanza el segundo mirador, desde el que se puede contemplar la costa con una perspectiva diferente, más íntima y cercana.

Mirador de Mogor. CF

Poco después, tras un suave ascenso, se llega al mirador del Monte de Mogor, el tercero del recorrido. Desde aquí, la vista abarca gran parte de la ría, con la ciudad de Pontevedra al fondo y las Islas Ons perfilándose en el horizonte. En días despejados, la luz del atardecer tiñe el mar de tonos dorados y rosados, convirtiendo este punto en uno de los más fotogénicos del itinerario.

El sendero cruza la carretera PO-551 y asciende hacia O Cruceiro do Vento, donde espera el cuarto mirador. El nombre no engaña: el viento sopla libre en esta cumbre, refrescando el rostro y regalando panorámicas amplias que alcanzan desde la costa hasta el interior de la comarca. Es uno de esos lugares donde apetece detenerse, respirar profundamente y dejar que el paisaje hable.

El mirador de Moreira, el último del recorrido

Pocos metros más adelante, el camino se adentra entre pinos y eucaliptos hasta llegar al Castro da Subidá, testimonio del pasado prerromano de Marín. Las piedras antiguas del castro, cubiertas de musgo, cuentan historias de un tiempo en que estas colinas ya estaban habitadas. Desde allí se continúa hasta el mirador de Moreira, el quinto y último del recorrido. Este punto culminante ofrece una visión completa de Marín, con su puerto, su casco urbano y la ría extendiéndose como un espejo brillante.

Desde Moreira, el trayecto desciende suavemente por senderos sombreados y tramos empedrados, pasando por el lavadero de O Souto y la Rúa da Calzada, hasta regresar a la Plaza de España. Un final perfecto para una ruta circular que, sin grandes exigencias físicas, permite disfrutar de una jornada al aire libre entre mar y montaña.

¿Qué hace especial a esta ruta?

La Ruta de los Cinco Miradores de Marín está perfectamente señalizada con marcas blancas y verdes, y se puede realizar en unas tres horas a ritmo tranquilo. Es ideal para familias, grupos de amigos o cualquier persona que busque desconectar sin alejarse demasiado.

Además, ofrece múltiples opciones para prolongar la experiencia: darse un baño en alguna de las playas cercanas, visitar el Museo Municipal Manuel Torres o disfrutar de la gastronomía marinera en los restaurantes del puerto.

Pocas rutas concentran tanta belleza en tan poco espacio. Cada tramo ofrece una postal distinta, cada mirador una emoción diferente. En apenas diez kilómetros, el caminante atraviesa playas, bosques, petroglifos, castros y cumbres con vistas que cortan la respiración.

Es una experiencia que combina el espíritu del senderismo con el placer de contemplar, paso a paso, la esencia del paisaje gallego. Un camino que lo tiene todo: mar, historia y horizonte. Si algo demuestra esta ruta es que Marín nunca falla.