Turismo rural, naturaleza y vino: descubre los tesoros de Crecente

Este municipio pontevedrés cuenta con un amplio patrimonio y una enorme riqueza paisajística que lo convierten en el destino vacacional idóneo para los amantes de la naturaleza y los entornos tranquilos
Vistas desde el Miradoiro de Guillade. CEDIDA
photo_camera Vistas desde el Miradoiro de Guillade. CEDIDA

Situado al sureste de la provincia de Pontevedra, en el límite con la provincia de Ourense y con Portugal, el municipio de Crecente cuenta con una población de 1.994 habitantes, ocupa una superficie de 57,1 kilómetros cuadrados y dista 82 kilómetros de la capital provincial. Posee un interesante patrimonio y es el destino perfecto para los amantes de la naturaleza y el vino que quieran hacer una escapada vacacional lejos de las aglomeraciones, en un entorno tranquilo.

Como curiosidad, el nombre del municipio, según cuenta la leyenda, procede de los rituales paganos que en tiempos primitivos se celebraban en las noches de luna creciente sobre una concavidad del coto que actualmente se denomina Coto da Cruz.

El gran elemento definidor de este espacio es el Miño, ya que gran parte de su territorio se encuadra dentro de la cuenca drenada por este río. De ello se desprende una topografía en muchos casos abrupta, que contrasta con áreas de escasa pendiente en torno al propio cauce del río, especialmente apto para la agricultura.

Miradores y rutas de senderismo

El Mirador de Guillade es una de las principales joyas paisajísticas de Crecente. Desde este lugar el visitante disfrutará de una panorámica espectacular de indudable belleza y valor al ver los meandros del Río Miño en su fluir hacia el Océano Atlántico.

Foto 5 Miradoiro de Guillade

Si "mirador" es un lugar o punto elevado desde el cual se puede contemplar un paisaje, el Mirador de "As Fichocas" es el lugar idóneo que reúne esas condiciones. Lo caracterizan la paz y serenidad del entorno y desde aquí se puede contemplar la bella estampa de un frondoso valle bañado por el río Miño y cruzado por dos puentes, a "Ponte Vella" y a "Ponte Nova". Ambas unen Crecente con la vecina Villa Termal de Cortegada de Baños (Ourense), que se puede contemplar en su totalidad.

Foto 6 Miradoiro de As Fichocas

En cuanto a las rutas, cabe destacar la Ruta Vilar 1 (zona norte), que comienza en las proximidades de la playa fluvial de Mandelos y avanza hacia un punto muy conocido y céntrico de la parroquia de Villar: el nuevo "torreíro"' —campo de la fiesta—.

Foto 8 Fervenza de MandelosEn ella se atraviesan zonas de molinos y un aserradero en desuso que muestran el potencial que antiguamente ofrecía el río Ribadil. Desde el punto Inicial de la playa fluvial de Mandelos se puede continuar la ruta hacia la zona sur de la parroquia.

Por otro lado, la Ruta Vilar 2 (zona sur) sale de las proximidades de la playa fluvial de Mandelos y discurre en sus comienzos entre pinares y una amplia zona de viñedos, pasando nuevamente por un pequeño montículo conocido como "Iglesia vella", por ser en donde estuvo ubicada hasta el año 1863 la iglesia parroquial. La ruta baja entre pinares en dirección al río Ribadil y continúa por el lado de "la levada" —canalización de agua para uso de riego—, bordeando luego una gran plantación de kiwis, hasta llegar nuevamente al río. Allí encontramos, a la derecha, el conocido como "O Pozo do Infemo" y, a la izquierda, las ruinas de una mini central hidroeléctrica que fue un aserradero. Este punto es el final de la ruta.

En la Ruta de Coto da Cruz, que parte del "torreiro" de Freixo hacia los lugares de Mollapán y Soutomaior por caminos entre fincas de cultivo y viñedos, se pueden observar "cruceiros" y numerosos ejemplos de construcciones catalogadas. Destaca la abundancia de alcornoques en todo el recorrido. Durante el recorrido, por pistas de tierra, se llega al Coto da Cruz, con un mirador de vistas privilegiadas sobre el Río Miño y las poblaciones limítrofes. Posteriormente, tras atravesar varias fincas, se llega al Muíño dos Tarendos, molino hidráulico tradicional restaurado que puede ser visitado en funcionamiento y que conserva un impresionante cubo vertical. Desde aquí se vuelve al punto de inicio.

Parte del trazado del sendero de la Ruta "Mirando al Miño" discurre por el antiguo Camino Real, también llamado "Vereda Pública", vía principal de comunicación entre los reinos de Castilla y Galicia. A lo largo del sendero, que parte del Forno da Tella, el caminante va a encontrarse con la naturaleza en todo su esplendor, variedad y color: el susurro de las aguas del regato de Paizás y de las trece fuentes ubicadas a lo largo del camino, las tranquilas y cristalinas aguas del Río Miño o la amplia variedad de especies arbóreas. También con importantes restos histórico‐artísticos como la Capilla de San José y la Iglesia de Filgueira, cruceros, petos de ánimas, hórreos, molinos y puentes.

Foto 10 Capilla de San Xosé

También cabe mencionar aquí la Ruta da Lamprea. Que Crecente posee una belleza natural queda patente en cada uno de sus parajes, pero, además, el río Miño, que discurre a lo largo del municipio, nos descubre las "Pesqueiras", unas construcciones de piedra que penetran en el cauce del río desde ambas orillas y sirven para pescar la lamprea, el pez más antiguo del planeta y una verdadera "delicatessen". Hai quien fija sus orígenes en la Edad Media y quien las remonta a los romanos. La unión de las "Pesqueiras", los macizos rocosos que las rodean, los rítmicos cambios en la corriente fluvial y la particular vegetación del valle, crea un paisaje singular de extraordinaria belleza, completamente distinto al de las vegas de los ríos peninsulares que se pueden observar comúnmente.

Todo el margen del Miño, desde el comienzo del municipio, en Filgueira, hasta que discurre por tierras de Cequeliños, parroquia ya del municipio de Arbo, es de topografía accidentada y espesa vegetación de montes a base de arbolado y matorrales, lo que a pesar de hacer difícil el acceso a los márgenes, le ofrece al visitante una visión deslumbrante que muestra la exuberancia de la naturaleza.

Foto 11 Pesqueira de A Follagueira

Turismo rural

En la parroquia de Ribeira se levantan las paredes nobles de la casa rural Hijos Dalgo. Las paredes de esta casa, cuya construcción inicial se remonta a 1896, saben de historias de linajes y títulos nobiliarios que antaño otorgara el rey Fernando VI al morador de la casa, en reconocimiento a sus valores. La casa cuenta con 12 habitaciones dobles con baño; un salón con chimenea; sala de lectura; comedor y bodega lúdico‐festiva.

Ya en el exterior, dispone de una piscina adecuada a las necesidades de niños y mayores, terraza‐comedor, amplios jardines, zona de barbacoa, aparcamiento cubierto y un parque infantil que hará las delicias de los más pequeños.

Foto 15 Casa Spa Hijos Dalgo

Por otro lado, cabe citar el pazo de O Barreiro, situado en la parroquia de Vilar, a 6 kilómetros de la autovía de las Rías Baixas. El edificio actual data del S. XVII, aunque fue levantado sobre una construcción anterior, las ruinas de la Torre del Cauto (S XIII). Además de su admirable belleza arquitectónica y paisajística dispone de 7 habitaciones dobles y 1 suite con capacidad para cinco personas; todas ellas equipadas con cuarto de baño completo y televisión. También cuenta con salones para reuniones, sala de estar, bar, comedor y bodega‐lagar (donde se pueden degustar los vinos de cosecha propia y licores), además de biblioteca.

En el exterior tiene piscina, hórreo, jardín de camelios, palomar, molino "de heredeiros", era empedrada y parking.

Foto 16 Pazo de O Barreiro

Junto con estos lugares, destaca el Pazo da Fraga, ubicado en la parroquia de Albeas. Se trata de un conjunto histórico del S. XV integrado por pazo, hórreo, era, molino, jardín y terreno de tres hectáreas dedicado a la viña, el pinar y un bosque poblado exclusivamente de árboles autóctonos. Dispone de cinco habitaciones dobles, todas ellas con baño, mini bar, teléfono y televisión. Además, cuenta con aparcamiento, biblioteca, comedor, varias salitas y tienda con productos artesanales de la zona.

Historia

La historia conocida de Crecente data de los romanos; sin embargo, la abundancia de restos arqueológicos atestigua un poblamiento anterior a esta época. Ejemplo de ello es el castro de "A Cidá", en la parroquia de Quintela. De aquí se han rescatado hermosas piezas, ahora custodiadas en el Museo Arqueológico de Pontevedra y en el Museo Quiñones de León de Vigo.

También pasaron por este municipio los árabes, que cruzaron el Miño a finales del S. X con Almanzor por Salvaterra. Capturaron y martirizaron a numerosos rehenes, entre ellos al niño Paio, sobrino del Obispo Hermoigio. En su memoria se erigió el Monasterio de San Paio, de clara pertenencia al Románico, del que aún hoy podemos observar sus restos en la parroquia de Albeos.

Foto 1 Pantocrator Monasterio de San Paio - Albeos

Posteriormente, en el año 1642, Felipe IV otorga el Condado de Crecente a Baltasar de Sotomayor, con sede en la Fortaleza de Fornelos (s. XII). Esta fortaleza, está registrada en el registro de Bienes de Interés Cultural de Galicia (BIC) como bien inmueble en la categoría de monumento. 

La torre de Fornelos se encuentra junto al embalse de Frieira, a orillas del río Ribadil, en una colina que condicionó su estructura y las diferentes alturas que presenta. Así la fachada oeste, donde se sitúa la puerta de entrada, presenta una altura menor que el resto de los alzados. Se trata de una torre de planta cuadrangular que podría corresponder a una torre de homenaje que formaría parte de un conjunto mucho más amplio.

De la estructura interior del edificio no queda ningún resto, pero existen algunas señales, como los apoyos de las vigas de madera, las ventanas y arqueras al exterior, que permiten identificar su configuración arquitectónica original, compuesta, probablemente, por cuatro pisos y un sótano.

Desde el punto de vista histórico, la primera referencia escrita fecha del año 1158. Su situación, en el límite con Portugal, provocó que fuera escenario de grandes batallas como las que mantuvo Alfonso VII contra su primo Alfonso Enríquez, rey de Portugal. Más tarde, en el siglo XVI, tuvieron protagonismo los Irmandiños y fue reconstruida por Pedro Madruga, quien mantendría allí grandes enfrentamientos contra el Obispo de Tui, Diego de Muros. Más adelante, la torre fue donada por Sancho I de Portugal a Aldonza Vázquez de Fornelos y Fernán Pérez Castro fundadores de la Casa Fornelos.

Foto 2 Torre de Fornelos

Patrimonio

Entre las construcciones religiosas de la localidad cabe hacer mención a la ermita de la Virgen del Camino, de estilo románico tardío y significativa por encuadrarse en una antigua ruta del Camino de Santiago. También a la iglesia parroquial de Crecente, antigua colegiata que fue construida sobre las ruinas de un monasterio templario y data del S. XIV.

Foto 3 Capilla Cirgen del Camino

El Pazo da Fraga (S. XV), el Pazo de Queimadelos (S. XVII) y el Pazo do Barreiro (S. XVII), de destacado interés arquitectónico, dan muestra de que el municipio fue tierra de señoríos. Todos ellos tomaron parte en batallas y escaramuzas.

Foto 4 Pazo da Fraga

En el patrimonio civil destacan el puente medieval de Barxelas y el puente de As Cabras, recuperados recientemente y puestos en valor.

Foto 18 Ponte de Barxelas

Instalaciones deportivas

Por otro lado, en este municipio también tiene cabida el deporte. En el entorno del colegio público de Crecente existe un recinto polideportivo en el que se pueden realizar, futbol sala, baloncesto, balonmano, bádminton, patinaje, danza, entre otras actividades deportivas.

Además, dispone de un edificio para gimnasio donde en dos salas se encuentran distribuidas máquinas para musculación, cintas de correr, elípticas, spinning ,yoga, zumba, gimnasia, aerobic, etc. y además cuenta con dos pistas de pádel cubiertas.Foto 12 Pabellón Municipal

Así mismo, en la época de mayor calor podemos refrescarnos en la piscina municipal, que se encuentra en la parroquia de Crecente. El recinto dispone de dos piscinas, además de vestuarios, duchas, aseos y un bar.

Foto 13 Piscina municipal

Junto con esto, en la parroquia de Filgueira, en el entorno próximo a la estación de tren, se encuentra un pantalán en el que se pueden realizar diversas actividades acuáticas, así como refrescarse en las aguas del Río Miño.

Foto 14 Pantalán de Filgueira

Crecente y sus vinos

El clima y la composición del suelo hacen de Crecente un lugar de privilegio para la producción y elaboración de excelentes vinos. Se cosechan distintas variedades, pero el albariño es la uva por excelencia de esta zona.

En los últimos años su cultivo ha experimentado un gran crecimiento en toda la Denominación de Origen Rías Baixas, pasando de 200 hectáreas cultivadas en 1975 a 3.600 en la actualidad. Esto se debe a que el albariño alcanza su máxima expresión cualitativa en este clima. Además, posee una gran capacidad de producción de azúcares y, simultáneamente, mantiene una riqueza de ácidos que muy pocas variedades consiguen en todo el mundo, unido a los componentes aromáticos y sápidos que hacen este vino muy identificable. En resumen, el albariño es una de las grandes variedades del mundo a la altura de otras internacionalmente conocidas y famosas.

En este término municipal muchas hectáreas están dedicadas a su cultivo. Además, cuatro bodegas, dotadas de los últimos avances de la técnica, elaboran y comercializan sus vinos, merecedores de numerosos premios a nivel nacional e internacional. También son muchos los viticultores que, si bien no elaboran el vino, producen una uva de gran calidad muy solicitada por bodegas incluidas dentro de la misma denominación de origen.

También es de justicia que el visitante conozca que en esta zona se cosechan otras variedades de uva como es la Loureira y la Treixadura, que mezclada con la de albariño en las proporciones idóneas dan como resultado un vino muy solicitado y de gran aceptación: El Condado.

Foto 17 Paisaje Crecente