Alba Aguión, científica de la UVigo: "Ir a la Antártida es la guinda del pastel"

Esta científica sabe más que nadie de percebes y acaba de ser seleccionada para estudiar el clima desde el proyecto Homeward Bound
Alba Aguión. DP
photo_camera Alba Aguión. DP

LICENCIADA con doble especialidad en Zoología y Biología Marina por la Universidade de Santiago de Compostela, Alba Aguión (A Coruña, 1990) cursó un máster en Ecología y Gestión en la Universidad de York (Reino Unido), durante el cual trabajó con hormigas. "De ahí nacieron los monólogos sobre insectos", cuenta sobre el programa Famelab que ganó en 2016.

Es la única científica gallega seleccionada para la quinta edición del proyecto Homeward Bound que busca formar a 1.000 mujeres sobre calentamiento global. ¿Qué supone para usted? ¿Y para la investigación en Galicia?
Supone un orgullo y una gran oportunidad poder formar parte de una iniciativa tan pionera. El programa no es propiamente de investigación, aunque sí repercutirá positivamente en ella. La idea de Homeward Bound es proporcionarles a las mujeres las herramientas necesarias para poder llegar a puestos altos en investigación y toma de decisiones. Para ello el programa nos ofrece formación en liderazgo, organización de equipos y comunicación y nos da un espacio en donde las científicas podemos abiertamente comentar nuestras dificultades profesionales para apoyarnos unas en otras y pedir ayuda a los expertos responsables del programa. Toda esa enseñanza personal y profesional repercutirá positivamente sobre nuestras investigaciones y, en mi caso, sobre Galicia, ya que yo desarrollo mi doctorado en la UVigo con pesca artesanal gallega y su adaptación al cambio climático.

El proyecto Homeward Bound integra la igualdad de género, el cambio climático y el liderazgo.
Esos son los tres pilares de la iniciativa. El programa tiene como objetivo para el 2026 haber creado una red de 1.000 mujeres científicas a nivel mundial que tengan las herramientas necesarias para liderar un cambio en investigación y política sobre cambio climático.

El proyecto finaliza con esa expedición a la Antártida solo integrada por mujeres. ¿Por qué?
Es la guinda del pastel. La oportunidad de poder conocernos tras un año de formación virtual conjunta. La idea es, por un lado, poner en práctica todas las habilidades aprendidas durante el año allí y, por el otro, conocer la ciencia más pionera en cambio climático visitando las diferentes estaciones de investigación. La expedición a la Antártida atrae una gran cobertura internacional hacia nuestra causa y permite desarrollar material divulgativo que ayuda a diseminar conocimiento sobre cambio climático y sobre cómo nosotras queremos cambiar el modo de hacer las cosas.

Tiene en marcha una campaña de crowdfoundng para financiar parte de este proyecto.
Para participar en el proyecto de Homeward Bound tengo una beca que cubre el 50% del coste. Pero estoy juntando fondos para cubrir la parte restante. He puesto en marcha una campaña de crowdfunding. Y también visito centros escolares y museos haciendo charlas para recaudar dinero.

Yo no he tenido dificultad para encontrar una beca que permita hacer el doctorado en España

Tras ganar el concurso Famelab España en 2016 se incorporó a la UVigo para desarrollar una tesis pionera sobre el percebe. ¿En qué consiste?
Desarrollo una tesis en la que además de recopilar datos biológicos sobre el percebe, construyo un modelo en donde introducir estos datos y combinarlos con la información económica de la pesquería (precios, costes). El objetivo es predecir los beneficios económicos de la pesquería probando diferentes estrategias de gestión. Es como una especie de videojuego, en donde yo puedo probar diferentes cuotas, o diferentes calendarios de extracción por ejemplo, y el modelo estima el dinero que gano en cada caso. Es también una herramienta útil para probar escenarios de cambio climático, al poder calcular los impactos económicos en una cofradía.

Es investigadora del Future Oceans Lab de la UVigo y realiza una estancia en Estados Unidos.
Actualmente estoy trabajando en la Universidad de Santa Bárbara (California). Ya he estado aquí haciendo otra estancia el año pasado ya que colaboro con uno de los mayores especialistas mundiales en modelos de pesca. Aquí aprendo mucho para mi tesis, aunque suene paradójico ya que es de percebe y aquí... ¡No saben ni lo que es! Pero me sirve para armar el esqueleto básico del modelo, que aquí desarrollan para otras especies.

¿Cree que han aumentado las oportunidades para los científicos que se han tenido que ir fuera?
Yo puedo hablar de mi experiencia en particular. Durante un par de años viví en Reino Unido y yo personalmente no he tenido dificultad para encontrar una beca que me permita hacer el doctorado en España. Es cierto que tengo un expediente muy alto y puede que en el futuro, si salgo, luego no sea tan fácil regresar. Pero al menos en esta ocasión sí lo ha sido. Tanto la Xunta como el Ministerio me ofrecieron contratos como investigadora predoctoral.

¿Siempre quiso ser científica?
No, yo no tenía ni muy claro lo que significaba ser científica en verdad. Lo he ido descubriendo poco a poco. La biología me llamó la atención desde niña, y no tanto desde un punto de vista de que me gustaran especialmente perros, gatos y demás mascotas (de hecho, ¡les tengo miedo!). Me llamaban mucho la atención el concepto de evolución, o del ciclo de la vida del que hablaban en el Rey León. Y aunque dudaba con medicina, al final me decanté por biología. Hasta hoy, no me he arrepentido de la decisión.

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