La identidad del spiderman que utilizó sus habilidades de trepamuros para perpetrar tres robos con fuerza en oficinas del centro de Vigo ha sido desvelada. Se trata de un hombre de nacionalidad española, aunque de fuera de Galicia, al que los policías nacionales de la comisaría olívica conocían bien debido a su currículum delictivo, que cuenta con anteriores episodios en la ciudad. Tras estos últimos golpes, ocurridos en la madrugada del lunes, consiguieron seguirle la pista y averiguar que se encontraba hospedado en un hotel de Lugo, donde lo prendieron al fin y lo pusieron a disposición judicial.
Este ladrón, para quien sus cerca de 50 años no suponen impedimento alguno para llevar a cabo su peculiar modus operandi –trepar por las tuberías u otros elementos arquitectónicos que encuentra en la fachada de edificios céntricos para llegar a un balcón donde forzar las puertas o las ventanas para acceder al interior–, fue atrapado en Lugo casi por casualidad. Estaba de paso, puesto que se trata de un delincuente itinerante cuyo rastro se ha constatado por toda la geografía española en forma de copioso historial de antecedentes, según informó este viernes la Policía Nacional.
Botín
Sin embargo, esta última correría en Vigo podría haberle condenado a tener un domicilio fijo durante un tiempo, y con ventanas enrejadas. Todo ello después de asaltar, amparado por la oscuridad de la noche, tres oficinas, si bien no siempre dio en ellas con un botín apetecible, tal y como comprobaron sus responsables cuando abrieron por la mañana.
Una, situada en la calle Velázquez Moreno, presentaba daños en la puerta del balcón. El interior estaba revuelto, pero no se echó en falta ningún efecto que se haya podido sustraer. Los otros dos locales estaban en el mismo edificio de la calle Urzaiz, con balcones contiguos, por lo que los investigadores deducen que trepó por las tuberías hasta uno de ellos y rompió la ventana para allanarlo. Luego, saltaría al otro para hacer lo mismo, aunque forzando una puerta.
En este último sí se denunció el robo de diversa documentación, dinero en efectivo que puede ascender a 10.000 euros, una pluma valorada en 1.500 euros y dos monedas de plata cuyo valor en mercado puede alcanzar los 1.000 euros, precisaron desde la Policía.