Con la acusación formulada hace tres años, el Juzgado de Redondela echó el freno. De su mal funcionamiento devienen las penas mínimas impuestas a una red criminal internacional cuyos miembros, de las ciudades de Pontevedra y Vigo, reconocieron que se dedicaban al tráfico de importantes cantidades de hachís procedente del Sur de España y a través de Portugal.
Las dilaciones indebidas provocadas por el colapso del juzgado obligaron al fiscal a pactar las penas, dejándolas en mínimos de entre nueve meses y un año y medio para los investigados.
El juicio, que se celebró este miércoles en Vigo, se resolvió por la vía rápida, previa conformidad. Ninguno de los investigados ingresará en prisión. Los cinco acusados conformaban un grupo estructurado para transportar hachís que compraban en Huelva y otras localidades del Sur de España y transportaban a Galicia para vender a menor escala.
Los cinco estaban siendo investigados por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Policía cuando uno de ellos fue sorprendido el 1 de febrero de 2017 en la localidad portuguesa de Monçao por la GNR lusa, al volante de una furgoneta en la que transportaba 90 bolsas con cien bellotas de resina de cannabis cada una en su interior, lo que equivale a más de 88,5 kilos de hachís.
Uno de ellos era el cabecilla y se encargaba de viajar al Sur de España para negociar la compra de la droga. Otro tenía un local en Redondela que ponía a disposición de la organización para organizar reuniones y suya era la responsabilidad de conseguir los vehículos que usaba la banda, mientras que los tres restantes transportaban la droga, vigilaban a la Policía durante el trayecto y distribuían la mercancía una vez en Galicia.
