Vigo inauguró este martes la primera calle de la ciudad financiada, en su mayor parte, por capital privado. Una fórmula que permitió realizar obras de conexión entre la Rúa Barxa do Covelo con la Travesía de Gandarón y que, según el alcalde olívico, Abel Caballero, ofrece "un buen modelo de cooperación público-privada".
El regidor expresó su satisfacción con los resultados de esta cooperación tras el estreno oficial de esta vía, en un acto en el que estuvo acompañado de la concejala de urbanismo, María José Caride, y de representantes de la firma que realiza el desembolso, Alvariño Inversiones S.L., entre ellos el presidente del grupo empresarial al que pertenece, José Manuel Fernández Alvariño.
En rueda de prensa, Caballero explicó que el presupuesto total de las obras asciende a cerca de 400.000 euros, de los cuales el grueso, 250.000 euros, lo aporta la compañía privada. El resto, lo sufraga el Ayuntamiento. En concreto, través de un convenio, Alvariño Inversiones abonó los costes del proyecto y ejecutó las obras, mientras que el Concello las supervisó tras aportar el suelo.
"A la empresa le interesaba por razones de comunicación y el Ayuntamiento tiene una calle pública por la que paga menos de la mitad", argumentó el alcalde socialista, que agradeció su implicación al que fuera presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, al tiempo que tuvo un recuerdo para la figura de su padre, Salvador, y su "gran labor" en el tejido empresarial vigués.
LA VISTA EN LA INDUSTRIA. Entrando en detalles de la obra realizada, se trata de una calle de 103 metros y dos carriles que discurre junto a una zona de naves industriales, en la Avenida de Madrid. Cuenta con aceras de 1,8 metros y se instalaron en ella servicios de alumbrado, abastecimiento, saneamiento, telecomunicaciones y electricidad, con el soterramiento de todos los tendidos aéreos. También tiene 30 metros lineales reservados para el estacionamiento de vehículos portacoches.
