Los sindicalistas vigueses indultados por el Gobierno expresan su satisfacción y, sobre todo, alivio tras casi nueve años de "pesadilla" desde que fueran condenados a tres años de cárcel por su participación en unos piquetes durante la huelga del transporte en Vigo en 2008.
"Por fin se acabó esta pesadilla", señala a Efe Serafín Rodríguez, a quien han conmutado la pena de cárcel por una multa de 18 meses con una cuota diaria de 6 euros, al igual que al otro sindicalista condenado, Carlos Rivas.
A Serafín Rodríguez la noticia del indulto, que este lunes publica el BOE, le ha cogido trabajando como conductor de autobuses, y por esto está "deseando llegar a casa" para "abrazar" a su familia.
"Muy aliviado y muy contento" es como le deja el cuerpo la confirmación de su indulto.
Carlos Rivas indica a Efe que una vez confirmado el indulto y publicado en el BOE ya puede "descansar mentalmente" porque aunque estaba "convencido de que no podía acabar mal" tampoco tenía "la certeza al cien por cien" de que le conmutarían la pena de cárcel.
"Por fin se acabó todo. Ahora, a pensar en cosas más importantes", se propone Carlos Rivas, quien al igual que Serafín Rodríguez tiene pensado celebrar la noticia "con la familia y en la intimidad".
En la resolución firmada por la ministra de Justicia, Dolores Delgado, se conmuta la pena privativa de libertad por una multa de 18 meses con una cuota diaria de 6 euros.
Desde que ambos fueron condenados se han celebrado diversas movilizaciones reclamando su indulto, además de una recogida de más de 25.000 firmas y declaraciones institucionales en el Ayuntamiento de Vigo, la Diputación de Pontevedra y el Parlamento de Galicia.
En enero de 2014 se solicitó formalmente su indulto y desde entonces la jueza mantenía en suspenso la ejecución de la sentencia, a la espera de una resolución al respecto.