Susto 'verde' en un parking de Vigo

Un Peugeot 508 Hybrid de unos 50.000 euros comenzó a arder cuando estaba recargándose ▶ Se debió a un cortocircuito, talón de Aquiles de los eléctricos aunque su probabilidad sea baja
El coche, con una manta cubriendo sobre todo la trasera, más afectada por el fuego al albergar las baterías.  P.L.
photo_camera El coche, con una manta cubriendo sobre todo la trasera, más afectada por el fuego al albergar las baterías. P.L.

Un coche en llamas se asocia inmediatamente a la combustión de la gasolina o los aceites del motor. Sin embargo, por extraño que parezca, en el parking olívico de O Berbés se incendió el domingo un Peugeot 508 Pug-in Hybrid, un vehículo prácticamente nuevo que, como su nomenclatura indica, es hibrido enchufable. El coche llevaba horas aparcado y conectado a la red eléctrica en una de las plazas habilitadas para ello.

Las primeras hipótesis apuntan a que se produjo un cortocircuito en una de las pilas que derivó en el incendio. Por suerte, la rápida actuación de los bomberos, que sacaron el coche a la calle para extinguir el fuego, y de la alta tecnología que equipa esta berlina, pues el propietario desconectó su vehículo del enchufe a distancia a través de una app, hicieron que todo se quedase en un susto. Eso sí, de miles de euros en desperfectos que previsiblemente pagará la marca por no ser un defecto en el uso y estar el modelo en garantía.

De nuevo, por sorprendente que pueda parecer, el incendio de un coche eléctrico no es un suceso inédito. De hecho, a la misma hora que ardía el Peugeot en Vigo, las llamas devoraban un Tesla Model S en un aparcamiento en Barcelona. El incendio se originó por idénticas causas, las mismas que, tal y como certifican las hemerotecas, están detrás del fuego en más de un centenar de coches y patinetes eléctricos en todo el mundo en el último lustro y que provocaron en su día la retirada del smartphone Samsung Galaxy Note 7: un cortocircuito en las baterías.

La explicación técnica del problema es la siguiente: las pilas de litio están compuestas por pequeñas celdas individuales donde se almacena la electricidad y que están formadas, a su vez, por dos electrodos: ánodo y cátodo. Aunque es infrecuente, las barreras que separan estos dos componentes pueden derretirse por las altas temperatura y, al juntarse, se produce un cortocircuito. Tras saltar la chispa, los gases inflamables y los ácidos de las propias baterías hacen el resto, originando una combustión sin oxígeno.

¿ES PREOCUPANTE?

Llegados a este punto, cabe preguntarse cuán frecuentes son los incendios en vehículos eléctricos y si el riesgo pesa lo suficiente para inclinar la balanza hacia la no compra. Aunque no pueden ofrecerse estadísticas al respecto, se trata de un problema muy poco probable que, además, se espera que los propios fabricantes vayan subsanando a medida que se va implementando la tecnología eléctrica en los vehículos, hoy por hoy el camino por el que pasa la movilidad ‘verde’, toda vez que la propulsión por hidrógeno está todavía por explotar.

Otro aspecto que a priori podría semejar paradójico en torno al fuego en los eléctricos es que la mayoría de incendios hasta la fecha han afectado a los modelos más caros, como los de las marcas Tesla y Jaguar, según se hace eco la prensa del motor. Este motivo se debe a que son coches de gran caballaje, por lo que sus motores y engranajes trabajan a una mayor temperatura aun siendo eléctricos.

¿PUEDEN EVITARSE?

Por este último factor, el del calor, pasa de hecho la única fórmula para intentar prevenir estos fuegos. Y es que las elevadas temperaturas exteriores son una circunstancia a evitar, incide El País en su sección de coches, a la vez que desaconseja los puntos de carga rápida porque "operan a una mayor potencia con corriente continua".

No era el caso del Peugeot que se incendió en O Berbés, con un cargador ‘tipo 2’ de corriente alterna. El coche no ardió por completo y tiene arreglo, aunque el dueño se preguntará cómo pudo suceder esto en un vehículo casi nuevo de unos 50.000 euros.