LA DE LOS OSCAR es una de las alfombras rojas más esperadas del año, que llega justo después de las principales semanas de la moda en las grandes capitales. Esta cita se ha celebrado por todo lo alto, recuperando el glamur olvidado con la pandemia y las restricciones derivadas de la misma. Así que en esta 94ª edición los mejores trabajos han vuelto a rivalizar en protagonismo con los estilismos de las estrellas. Esmoquin y toques modernos para ellos y lujo para ellas, porque en noches como esta una de las cosas más importantes es estar y brillar. Por eso, Louis Vuitton fue uno de los que más diseños puso ante las cámaras, aunque tampoco faltaron Chanel vistiendo a Penélope Cruz o Kristen Stewart (que se saltó el protocolo al ir en pantalones cortos) ni muchos vestidos vintage, para recordar que la sostenibilidad de la moda en el star system es una premisa a seguir. Las grandes estilistas llevaban meses trabajando en cada uno de los detalles de la indumentaria de las invitadas y ni el incidente de Will Smith ha conseguido quitar protagonismo a las mejor vestidas.
CINCO DIVAS. Y el galardón al mejor look es para… ¡Nicole Kidman! La australiana [imagen principal], además de engrosar todos los años la lista de nominadas a mejor intérprete de reparto, figura siempre entre las más aplaudidas por su estilismo. Nicole escogió un espectacular Armani Privé de escote palabra de honor en pico y cintura péplum sobre falda con cola. El gris perla fue otro acierto al combinarlo con el rojo de manicura y labios y con el brillo de las joyas. Un ejemplo de como lo elegante triunfa sobre lo extravagante.
El sello español lo puso Penélope Cruz, quien volvió a recurrir a la maison de Chanel, firma de la que es embajadora, para enfundarse un diseño de alta costura impecable: un vestido negro con falda voluminosa, cuello halter con detalles joya y drapeado en la cintura. Nos gustó, pero echamos de menos que sea más atrevida.
Aunque para eso ya tenemos a Zendaya, quien de nuevo sorprendió. Esta vez lo hizo al combinar una camisa blanca cropped satinada con una falda larga de lentejuelas en plata de Valentino que nos recuerda al look que se pusó a finales de los 90 Sharon Stone. Acertó también con su recogido en versión desenfadada.
Como una princesa Disney apareció Jessica Chastain, aplaudida y criticada a partes iguales. El suyo era uno de esos vestidos que amas u odias, pero muy propio para el evento. Un Gucci de tul con lentejuelas, detalles de organza y un bajo de plumas muy llamativo.
Zoë Kravitz se convirtió por una noche en Audrey Hepburn con su beauty look, esa gargantilla y un vestido minimalista de Yves Saint Laurent, firma de la que es embajadora, y que nos llevó a los años dorados del cine con su falda cilindro y un lazo en el escote.
