Amancio Ortega Leído en la prensa local coruñesa: «Amancio Ortega se agacha en una de las calles de la ciudad vieja de A Coruña para recoger las cacas de su perro». El tema lo petó en Twitter. Hombre, está bien que el señor más rico de Galicia y España tenga un gesto cívico, como muchos vecinos suyos de O Parrote, pero que eso sea tendencia... En fin, ya dice el siempre ingenioso alcalde de Lalín, Rafa Cuiña, que hay que institucionalizar el ‘Día Mundial da Caca de Can recollida por Amancio Ortega’.
Laureano Oubiña De un tiempo a esta parte, el otrora famoso capo arousano ha derivado en un habitual del mercadillo de Padrón, cerca de Santiago, adonde suele acudir los domingos a vender su libro y su camiseta, como cualquier ambulante. La polémica sobre si tiene o no puesto fijo ha derivado en tormenta política entre el BNG y el gobierno municipal (PP-PGD), lo que a él no le viene nada mal para reforzar el márketing. ¡Mientras hablen de uno...! Esta semana, los nacionalistas volvieron a exigir explicaciones al Concello, que podría sancionar a Oubiña.
Mariano Rajoy «Está relajado y como si se se quitara un peso de encima». Lo dice quien vio al expresidente del Gobierno hace poco en Bueu, por donde también pasó un verano más el famoso conde Lecquio.
Xulio Ferreiro Tras condonar el Gobierno 300 millones de deuda del puerto de Valencia, el alcalde pidió la pasada semana en Twitter lo mismo para el de A Coruña. Pero en Vigo no entienden que «el dispendio en Langosteira salga gratis» ahora, con el cambio de Ejecutivo.
Francisco Nicolás Gómez El Pequeño Nicolás, como es conocido por todo este chico con algo de jeta, le tomó gusto a Lugo. Primero Ribadeo, después Sarria y ahora visitó Monforte de Lemos. Lo que no sé es si vino acompañado de su flamante novia ucraniana.
Gelo García Seoane El alcalde de Oleiros llevará un jabalí a Santiago si la Xunta no actúa ante los daños que causan en su municipio. Antes ya había ido con tres asnos a la delegación coruñesa de la Administración autonómica para denunciar 'burrocracia'. Ingenio, desde luego, no le falta al regidor.
