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La fortuna de Amenábar

El director de cine Alejandro Amenábar. EFE
photo_camera El director de cine Alejandro Amenábar. EFE

Charlando estos días con gente del cine para mis zooms habituales, hablamos sobre los tabúes que algunos de la profesión tenían con respecto a hacer televisión. Yo tengo en mi mente nombre concretos que se negaban a realizar nada relacionado con la pequeña pantalla y, no solo acabaron claudicando, sino que han conseguido premios y una relevancia impensable por sus trabajos en ella.

En los ya largos tiempos de cambio impuesto en esta «nueva vida», que estamos padeciendo desde aquel 14 de marzo del fatídico bisiesto, la televisión y las nuevas plataformas fueron nuestro asidero a la realidad, ese que conseguía ausentarnos, en ocasiones, de la brutalidad que nos atenazaba. La cultura fue esa bocanada de aire fresco que necesitábamos.

Nuestras casas se convirtieron en una sala de cine permanente y consumimos contenidos como si no hubiera un mañana. A algunos se les olvidó el mágico ritual de ver una película en una sala, en pantalla grande y con sonido exclusivo. Y me temo que muchos aún siguen en esa dinámica.

Es algo que comenté con Alejandro Amenábar, en nuestra reciente conversación. La gente sigue mostrándose cautelosa a la hora de acudir al cine, se ha acostumbrado a "darle al botón" de la aplicación del streaming correspondiente y se ha olvidado de esa presencialidad, que es la única de que te hace vivir la experiencia desde una perspectiva única.

El prestigioso director ha vivido días de nervios, ilusión y satisfacción por el trabajo bien hecho. Acaba de debutar como realizador de series y, aunque el camino ha sido satisfactorio y sorprendente, el cine sigue siendo lo que le motiva y remueve por dentro.

¿Por qué sucumbió a dirigir «La fortuna»? pues porque «quién no querría hacer una serie de aventuras, hacer pasar a la gente un buen rato y ayudarle a olvidar sus problemas». Con lo que cuenta en la serie, Amenábar buscó reivindicar, sin rubor, todo lo bueno que hay en nosotros. Valores como los de la honestidad, la humildad o la justicia. Y lo hace dando protagonismo a un joven instagramer, Álvaro Mel, dotándole del más puro estilo 'Tintín', un aventurero de despacho que, a diferencia del héroe del comic, se permite la licencia de enamorarse.

Hay mucho del director en los seis capítulos de la serie, que ya emite Movistar+. 'La fortuna' me ha permitido acordarme de todo aquel cine, que disfruté de niño", me comenta. "Películas de Steven Spielberg, Robert Zemeckis, James Cameron… Creo que ese espíritu de entretenimiento genuino, cine para el gran público, está muy presente en la serie. Y también hay lugar para el humor, algo que forma parte de mi personalidad y de mi vida, pero no tanto de mis películas".

Reconoce que "he nacido con una flor en el culo. Mi madre, que tiene 90 años y está estupenda, siempre que brinda lo hace por la suerte, porque dice que si la tienes ¡ya tienes todo! Mi gran golpe de suerte ha sido conocer a José Luis Cuerda porque me permitió, siendo un joven universitario, dirigir mi primera película. Es fue mi gran momento". Un golpe de fortuna que fue el inicio de una brillante y afortunada trayectoria.