No extrañará a nadie haber comprobado que la cultura, en sus diferentes vertientes, nos ha salvado en este tiempo convulso de confinamiento, pandemia y proceso de recuperación, en el que aún estamos inmersos. Las series y películas de las diferentes plataformas fueron, para unos, su vía de escape. Otros, sin embargo, la encontraron en la lectura.
Siempre he sido muy proclive a la lectura. Primero, a lo largo de los años de estudiante, de manera un poco obligada por la imposición docente de lo que teníamos que leer. Luego, en la universidad, por necesidad de ampliar conocimientos extras a los impartidos en las aulas. Y, finalmente, por pura necesidad de evasión. En esta etapa, que es la más amplia por motivos obvios de edad, es en la que mas he disfrutado. Y lo sigo haciendo.
Siempre me han encantado las biografías. Aunque he leído muchas novelas y libros de todo tipo por motivos profesionales, cuando tengo que elegir algo para un momento de disfrute, me inclino por esas vidas desconocidas de alguien a quien creemos conocer. Y tengo que reconocer que, en alguna, me habría gustado quedarme a vivir.
En estos primeros días de 'casi vacaciones' recibí un libro que tenía muchas ganas de leer. Había visto algunas reseñas de la crítica americana y contaba los días para que GreenLights, la autobiografía de Matthew McConaughey, llegase a mis manos. Y no me decepcionado en ningún momento. Al pasar su última página, te quedas con la sensación de que las experiencias vitales te pueden ayudar a mejorar la vida.
Muchos han definido estas memorias como "poco convencionales" y, sin embargo, se han convertido en la sorpresa editorial del año. En ellas, el actor desgrana, con realismo y mucha verdad, lo que ha sido su vida. Con lo bueno y lo malo, con sus luces rojas y la habilidad de convertirlas en verdes, porque la actitud y el conocimiento del origen de lo que haces erróneamente, es lo que hace posible que reviertas tu vida.
McConaughey es un tipo muy simpático, mucho. Le conocí cuando estaba con Penélope Cruz. Promocionaban Sahara, la película que habían rodado juntos, y el encuentro con la prensa fue realmente revelador al comprobar el carisma de ese chico de Texas. Guapo hasta rozar la perfección, divertido, directo, sin filtros. No en vano le habían bautizado, tiempo atrás, como "el actor más relajado del mundo".
GreenLights no es una biografía al uso y no es una más de una estrella de Hollywood. Matthew reflexiona sobre su vida, las lecciones que ha aprendido para alcanzar una vida feliz, la necesidad de relativizar lo inevitable, vivir con intensidad y lograr ese estado de plenitud que él llama "atrapar luces verdes" . Convertir las rojas, lo negativo, en algo que nos produzca satisfacción y paz.
Estas memorias no son un manual de estrategia, "son aventuras de mi vida, que han sido significativas y reveladoras. Soy una persona optimista y el humor ha sido uno de mis grandes maestros. Me ha ayudado a lidiar con el dolor, la pérdida y la falta de confianza. He disfrutado más de lo que pensaba. He reído, he llorado y me he dado cuenta que, al mirar atrás, he recordado más de lo que esperaba y he olvidado menos, pero todo me ha ayudado a obtener mi fin: más luces verdes".
