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El hombre polivalente

Santiago Segura junto al cartel de la película 'Padre no hay más que uno'. EFE
photo_camera Santiago Segura junto al cartel de la película 'Padre no hay más que uno'. EFE

Es una costumbre, no por frecuente acertada, el que hagamos juicios de valor sobre los demás. Los personajes conocidos, mediáticamente activos y con éxito, tienen el infortunio de ser los mejor posicionados para que les juzguemos, unas veces, y opinemos la mayoría de las restantes. Cada uno de sus movimientos o las opiniones que vierten, en los medios públicos, son examinados con lupa y desencadenan, en muchas ocasiones, un carnaval de comentarios no siempre atinados.

En todos mis años de profesión, que ya son unos cuantos, he aprendido buenas lecciones. Y la que pongo en práctica, desde hace mucho tiempo, es la de eliminar los prejuicios. Llevar una imagen preconcebida de alguien a una entrevista puede ser una mala decisión. Bueno, de hecho lo es. Hace tiempo que practico el ir al encuentro con un personaje en estado muy virgen, incluso cuando le conoces de antemano, porque cada conversación es empezar de cero.

Hay quienes te sorprenden para bien y otros que te decepcionan, pero todos suman. Al menos en mi caso. Como en todo en mi vida, tal vez por instinto de supervivencia, soy de vaso medio lleno. Con los entrevistados, que se han cruzado en mi camino, obro de la misma manera y adopto la misma actitud. Y me he encontrado con auténticos regalos, que no han hecho más que enriquecerme como profesional ¡Que ya es mucho!

A Santiago Segura tardé mucho en entrevistarle. Por diferentes circunstancias profesionales, no se había cruzado en ese camino. Y la verdad, me apetecía porque algo me indicaba que, detrás de ese hombre con especial talento para la comedia, se escondía alguien que merecía la pena descubrir. Y ese momento llegó en la última entrega de esa saga exitosa, y para algunos irreverente, que le convirtió en el favorito de la taquilla.

En aquel momento, yo realizaba las entrevistas especiales de las películas en las que participaba o producía Telefónica Studios. Y "Torrente 5: Operación Eurovegas" era una de ellas. Se decidió que la conversación fuera larga, haciendo un recorrido vital y profesional, porque querían hacer un programa especial sobre Santiago. Y así fue. 

Charlamos cerca de una hora y me di cuenta que no me equivocaba al percibir que había mucho "material" en aquel hombre que personificaba la comedia como pocos. Ese cine, que algunos devalúan y catalogan de "menor", es el más difícil de hacer. Y Segura había demostrado con creces que le iba como un guante. 

Hablamos de su infancia, de los complejos que a todos nos han acechado en algún momento, de la familia, de sus pasiones y, sobre todo, de su madre. Una mujer excepcional que ha sido quien le ha enseñado a ser padre, un papel real que es su mejor película.

Ha preservado tanto su vida personal, que muchos acaban de descubrir que es padre de Calma y Sirena, dos de las protagonistas de "Padre no hay más que uno", película que guioniza, coproduce, dirige e interpreta. Es el tierno y divertido homenaje a las madres de un hombre polivalente que, con su ingenio, nos abstrae sin darnos cuenta de esos momentos en los que necesitamos un salvavidas.