Blog | A mi manera

Yo sigo en casa

Todo apuntaba a que iba a ser largo el camino. Tal vez la población lo intuimos antes de lo que lo manifestaron los políticos que nos mandan. Y es que, como ocurre en otros ámbitos de la vida, sobre todo en los profesionales, solemos tener percepciones que quienes están por encima no alcanzan a vislumbrar

Después de una semana, recluidos en casa, empiezas a extraer muchas conclusiones de actitudes, comportamientos, determinaciones y comentarios. Las situaciones extremas posicionan a cada uno en su sitio y aunque siempre decimos que, en momentos críticos brota lo mejor de cada uno, lamentablemente también percibes la mala sangre de otros. 

Y, en estos días, también lo hemos podido comprobar. Hay personas a las que les resulta maliciosamente imposible dejar a un lado sus ideas políticas o animadversiones personales para reconocer las buenas acciones de quienes no son “santos de su devoción”. 

Muchas han sido las iniciativas solidarias de diferentes entidades y personas en estos últimos días, pero ninguna ha recibido tantos dardos envenenados como los lanzados contra Amancio Ortega. Estoy absolutamente convencida que ni él alcanza a entender, medianamente bien, ese rechazo por parte de algunos cuando, sus aportaciones voluntarias son, desde hace mucho tiempo, un revulsivo importante. 

Cuando compartí, en redes sociales, esas aportaciones de mascarillas, respiradores, batas y demás necesidades por parte del empresario gallego, los insultos y faltas de respeto que recibí se escapan de mi capacidad de entendimiento y asimilación. 

No sé si soy una ingenua o que me he propuesto enfrentarme a la vida de una manera un poco naif para intentar ser más feliz, sin darle la espalda a la realidad que nos castiga, pero procuro no entrar en valoraciones políticas o administrativas de los que han dado un paso al frente para ayudar. No cuestiono siquiera a aquellos que, teniendo medios y pudiendo hacerlo, no activan sus resortes para colaborar. Cada uno es libre de actuar como le dicte su conciencia. Porque al final, como cada una de nuestras decisiones en la vida, todo acaba reduciéndose a eso. 

Los reproches al dueño de Inditex se tornaron halagos al creador de Room Mate Hotels, Kike Sarasola, porque quien siempre he sentido un respeto, admiración y cariño especial. Los posicionamientos que siempre ha tenido, en relación a diferentes crisis, los ha ejecutado siempre de una manera impecable. Sus hoteles, en muchos de los cuales he estado alojada sintiéndome como en mi propia casa, están ahora a disposición de quienes los necesitan

No son los únicos que han puesto sus posibilidades de ayuda al servicio público anticipándose, incluso, a las medidas de un gobierno, cuyas iniciativas y medidas no quiero entrar a valorar. No es el momento. Ahora solo hay que aunar esfuerzos y sumar. Ya tendremos tiempo de pedir responsabilidades, que las hay, y de adoptar medidas legales, que seguramente también las habrá. 

¿Vamos a salir de esta? Seguro que sí, porque somos un pueblo luchador. Cómo lo hagamos y en qué medida el resultado va a cambiar nuestras vidas es, en este momento, una incógnita dolorosa. Lo importante es gestionar bien la fortaleza mental y, sobre todo, seguir en casa...