Blog | Paternidad a carcajadas

La fórmula de la felicidad nocturna

LOS LECHONES TIENEN 12 DÍAS

Estimado Capitán:

Le escribo esta carta en condiciones físicas deplorables. Las ojeras me llegan hasta las encías y mis niveles de energía están muy muy bajos.

Aunque los lechones duermen bastante bien, tecleo suave para que no se despierten. Hago lo que puedo para cumplir con mi papel de papá lo mejor posible. Intento demostrar seguridad y confianza, pero la realidad es que voy improvisando sobre la marcha. A pesar de los pocos días que llevan entre nosotros, estoy casi seguro de que mis hijos tienen genes de lechuza. No hay otra manera de explicar la marcha que surge en casa al caer la noche. El gran problema es la desincronización. Ovugirl y yo hemos creado un protocolo estándar para sobrevivir. En teoría es sencillo, verá: poco antes del biberón ella observa si los bebés han hecho sus cosas de bebés, mientras yo preparo un biberón con una harina que trae de todo. Y cuando digo de todo significa "de todo", que he leído la composición. Vamos, Capitán, que si se lo bebe un atleta antes de los Juegos Olímpicos da positivo en dopaje seguro. Es un cóctel que contiene:

  • Varios tipos de vitaminas, algunas desconocidas hasta ahora. K, D, B, C... Pido vocal. Parece el Scrabble.
  • Fósforo, cobre, manganeso, selenio, yodo... La mitad de la tabla periódica terráquea está en ese bote.
  • Nucleótidos: con ese nombre tienen que alimentar seguro. Zeus los tomaba para desayunar.
  • Biotina: es el componente primigenio del suero que transforma a Steve Rogers en el Capitán América.
  • Taurina: es lo que lleva el Red Bull, y es lo que básicamente y por decirlo de una manera elegante, me está jodiendo por las noches. La Taurina es una provocación. Invita a la fiesta. Si a un adulto le da alas imagínese usted a dos bebés. Cara de colocados que tienen todo el día.

El excipiente está formado por kriptonita y carbonita.

Una vez preparado el biberón en el calienta biberones -que es el mejor invento y el mejor regalo posible- se lo voy dando uno a uno a los especímenes mientras Raquel Lubiáns Filgueira, a.k.a Ovugirl, nacida el 24 de septiembre de 1979, hija de Raimundo y Ana, y firme defensora de mantener el anonimato en este proyecto, procede a cambiar al otro. Es lo que se llama trabajo en cadena, con eslabones fuertes y definidos. Ríase usted de Henry Ford. La fórmula de la felicidad nocturna quedaría de la siguiente manera:

Comprobación+Cambio+Biberón+Eructo= Sueño (X2).

¿Qué podría salir mal, no? Pues bien, las cosas nunca salen como uno las planea. Durante el día y hasta las diez de la noche todo va sobre ruedas, la zona fantasma se produce entre las 00:00 hora zulú y las 06:00.

Para empezar, los chavales aún no saben ni siquiera que son chavales; no tienen control sobre sus funciones principales, así que se hacen sus cosas encima cuando les entran ganas. Como un borracho. Y eso puede pasar dos o tres veces en el transcurso de media hora, lo cual retrasa el trabajo en cadena. Lo que sí puedo decir es que nuestros bebés tienen alma de historiador. Cada vez que se les cambia el pañal rinden su particular homenaje al Manekken Pis, ese niño belga que mea en posición chulesca. Capitán, no es agradable que te meen en la cara y menos de sorpresa. Podríamos aplicar esa técnica como tortura a nuestros prisioneros de guerra, hasta tengo un nombre que me he inventado yo solito. Golden Rain.

04:30. Hemos dormido por parroquias y no hemos avanzado mucho. Un análisis de la situación confirma que estamos nosotros más meados y más cansados que ellos. Lloran un rato, comen, eructan y vuelven a hacer sus cosas; los tumbamos en la cama, se duermen, y a los cinco minutos... ¡Bang! Se despiertan de nuevo y hacen pequeños sonidos guturales que estoy casi seguro de que significan "algo me está tocando los huevos, pero no te lo voy a decir hasta que tú lo adivines". Al menos son considerados y no rompen a llorar de golpe, van avisando. "Papi, no duermas que allá voy".

05:15. Vomitan un poco. Eructo número dos. Lloran de nuevo. Primero uno, lo cambiamos y se relaja. En cuanto se duerme empieza el otro. La clave en la frase anterior es el "en cuanto". Perfectamente sincronizados. Ni la Gemma Mengual con sus compañeras.

05:45. Los bebés componen una mueca que parece una sonrisa y se te pasan todos los males, pero en realidad sabes que es solo una contracción involuntaria de los músculos que parece una sonrisa, así se lo hago saber a mi mujer que responde a esa información con mirada asesina y un simple y amenazante: "Sí que es una sonrisa". Me callo porque las hembras terráqueas recién paridas y con sueño son una granada sin anilla, así que guardo silencio. El bebé me eructa en la cara y un espeso chorro de nucleótidos y vaya usted a saber qué más me mancha la camiseta. Los adoro.

05:52. El Biberón Octava Copa. A las seis de la mañana y por vicio.

A las seis se quedan dormidos como pequeños mamuts en su cueva. Ovugirl y yo estamos muy cansados, pero sonreímos satisfechos. Me preparo un biberón para mí, a ver si la taurina me repara un poco.

-¡Al fin!- le digo acostándome a su lado.

- No digas eso no vaya a ser que...

Un sonido gutural de preaviso rompe la magia.

¡La felicidad era esto!

¡Saludos, Capitán!

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