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El PSdeG de Eva Maldonado

LA MUJER de moda en el PSOE es una militante de Ourense de 46 años, discípula de David Balsa y criada en una familia ferroviaria de tradición republicana, Eva Maldonado González. Hasta el día siguiente del comité federal de la defenestración de Pedro Sánchez, Maldonado era una anónima afiliada, integrada en la escasa base organizada que le queda al partido del primer Pablo Iglesias en la ciudad de As Burgas. Formó parte de la candidatura de las municipales del 2015, en el puesto 18 de la lista que encabezaba Vázquez Barquero, que quedó de tercero al ser superado por el PP y el partido localista de Pérez Jácome, Democracia Ourensana. Después, Maldonado no figuró en las papeletas de las generales del 20 de diciembre, pero sí apareció en las del 26 de junio, como suplente de Rocío de Frutos, la única gallega que desobedeció la orden de facilitar la investidura de Rajoy. 

De la mano del alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas, Maldonado ha comandado desde la cocina de su casa de Ourense el movimiento de recogida de firmas en demanda de primarias en el PSOE, para rechazar los acuerdos con el PP y apostar por el regreso de Pedro Sánchez. Los medios de comunicación de Madrid la presentaron como la heroína de la renovación del partido, de la reacción de las bases contra la rendición del partido del puño y la rosa, como si fuese una versión a escala interna de lo que supusieron Podemos y Ciudadanos en la escena institucional española. 

De este modo la batalla por el futuro del PSOE se ha convertido en una guerra civil ourensana, en la medida en que aparecen en posiciones destacadas la propia Eva Maldonado y la exdiputada Laura Seara Sobrado, coordinadora de organización de la gestora federal, dentro del equipo del portavoz socialista en el Parlamento andaluz Mario Jiménez, muy próximo a la presidenta de la Junta, Susana Díaz. 

Seara representa en la sede central de la calle Ferraz al sector de Pachi Vázquez, el incombustible barón del socialismo ourensano, contra el que se enfrentaron en un sinfín de escaramuzas en los últimos años los partidarios del exalcalde Francisco Rodríguez, entre los que están Eva Maldonado, Rocío de Frutos y el exdiputado autonómico Pablo López Vidal. Esos enfrentamientos generaron el caldo de cultivo para que el movimiento en favor de Pedro Sánchez echase raíces en la ciudad de As Burgas.


Maldonado ha comandado desde su casa el movimiento de recogida de firmas en demanda de primarias en el PSOE, para rechazar los acuerdos con el PP y apostar por el regreso de Pedro Sánchez


Ourense se consolida así como el campo de batalla de los conflictos internos en los partidos políticos en Galicia en los últimos lustros. Fue el escenario de las luchas fratricidas en el PP, que incluyeron el singular encierro en un piso de cinco diputados autonómicos para protestar contra la defenestración de Cuiña. También funcionó como la base desde la que Pachi Vázquez y Anxo Quintana se lanzaron, respectivamente, a la conquista del poder en el BNG y en el PSOE. Y se convirtió después en el epicentro del "caso Carmiña", la primera de las crisis de la Alternativa Galega de Esquerda, la antecesora de En Marea. 

En el caso del PSdeG el episodio de este sábado confirma la muy delicada posición de la presidenta de la gestora gallega, Pilar Cancela, la más ferviente partidaria de Pedro Sánchez en Galicia, en su papel de albacea de Gómez Besteiro. Cancela se mantiene en el puesto con respiración asistida gracias a la empecinada apuesta del alcalde de Vigo, Abel Caballero, de sustituirla por la persona de su máxima confianza, Carmela Silva, cuya figura genera grandes recelos en la mayoría del partido en Galicia. 

Y en Madrid la gestora federal trata de ganar tiempo para no desairar a Abel Caballero, mientras Cancela tiene los días contados

EN MAREA SIGUE FUNCIONANDO COMO UNA COALICIÓN. Los dos meses largos que ha tardado En Marea en aprobar el régimen de retribuciones de sus diputados reflejan que, aunque legalmente esta formación funcione como un partido político, en realidad no deja de ser una coalición, en la que se libró una lucha entre los partidos por el reparto de los fondos. Podemos y EU se resisten a diluirse, como parecen querer Anova y el propio Luís Villares.

FRANCISCO CONDE, EL OTRO VICEPRESIDENTE DE FACTO. El proyecto de presupuestos de la Xunta de Galicia de 2017 presentado este sábado por el conselleiro de Facenda confirma al economista monfortino Francisco Conde López como el valor al alza en el gobierno de Alberto Núñez Feijóo, tanto por el incremento de los fondos de los que va a disponer su departamento el próximo ejercicio como por la creación, a través de la Lei de Acompañamento, de la Axencia da Industria Forestal, de manera que su consellería asume competencias que correspondían a Medio Rural. 

La Consellería de Economía, Industria y Emprego que dirige Francisco Conde dispondrá el año próximo de un presupuesto de 434 millones de euros, lo que supone 31 más que en el actual ejercicio, con un incremento del 7,1%. Se trata del segundo mayor aumento porcentual, sólo superado por el del departamento do Mar, que comanda la veterana Rosa Quintana, que manejará 142 millones de euros, 13 más que este año, con un crecimiento porcentual del 9,2%. En conjunto el gasto atribuido a las consellerías en el proyecto de presupuestos de 2017 crece un 3,3%. 

Como es tradicional la mayor parte de los recursos de la Xunta la absorben dos únicos departamentos, Sanidade y Educación y Cultura, que registran avances proporcionalmente Inferiores, con un crecimiento del 2,8%, de manera que manejarán 69 de cada 100 euros que gestiona la Administración autonómica. 

Todos estos movimientos confirman la percepción de que tras firmar el decreto de la continuidad de su gobierno en pleno, Feijóo está aplicando por la vía de los hechos el plan que le quedó en el tintero, que consistía en crear dos vicepresidencias, una política, a cargo de Alfonso Rueda, y otra económica, a cargo de Francisco Conde. Fue el modelo que ya existió en la Xunta en los años 80, en la etapa de Fernández Albor,cuando Barreiro Rivas ejercía de vicepresidente económico y Carlos Mella, de vicepresidente político. 

Sería una estructura similar, también, a la que hubo en la última etapa del fraguismo, a partir de 2004, cuando, para conseguir que Rajoy bendijese su plan de volver a presentarse, Fraga tuvo que nombrar a dos vicepresidentes, que eran el propio Alberto Núñez Feijóo, al frente de Política Territorial, y el lucense Xosé Manuel Barreiro, en Medio Ambiente. No había un vicepresidente económico porque ese papel lo desempeñaba el incombustible Xosé Antonio Orza, el único superviviente de todos los gobiernos fraguistas. 

La doble vicepresidencia tenía para Feijóo la virtualidad de diluir su sucesión y de reforzar al más cercano de sus colaboradores, Conde, que procede de su círculo de asesores, ese al que el exportavoz parlamentario Ruiz Rivas bautizó como "los chicos de Alberto". Sin embargo, con ese nombramiento hubiese emitido un mensaje contradictorio con la política de austeridad y habría chocado con las actuales pautas en materia de igualdad, ya que lo habitual es que si hay dos vicepresidencias, una la ocupe una mujer. Ante estas restricciones, el presidente de la Xunta ensaya otras fórmulas para reforzar a Conde, quien también aparecía como su candidato para sentarse en el Consejo de Ministros si tuviese una cuota propia.

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