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Gaviotas en la niebla

LA PRIMERA Y MAYÚSCULA sorpresa de hoy sería que la rehabilitación de las encuestas comenzase en Galicia, el país de la niebla demoscópica, donde hay un historial de fallos anterior a la quiebra de los anclajes con las fuerzas tradicionales, a la aparición de los nuevos partidos y al retraso en la toma de las decisiones de voto. Paradójicamente, el diagnóstico de los sondeos ha calado mucho en el ambiente, por lo que el escenario central de hoy, el a priori más probable, es el de que acierten, con la mayoría absoluta de Feijóo, bien con los 38-39 diputados anunciados mayoritariamente el domingo pasado bien con un poco más, como señalan algunas encuestas más recientes, cerca de sus 41 escaños de 2012.

Aunque sería toda una sorpresa que las encuestas se rehabilitasen en Galicia, ha calado su pronóstico de una mayoría absoluta popular

Hay dos variantes, que pueden denominarse como la del efecto Los Limones y la del efecto Abel. El de Los Limones hace referencia al grupo que pone la banda sonora de las campañas de Feijóo y cuya canción más popular está dedicada a su ciudad, Ferrol, el símbolo de los errores de las encuestas de las municipales de 2015, que contuvieron la novedad de sobrevalorar al PP, al contrario de lo que ha sucedido tradicionalmente en las autonómicas. Los sondeos diarios anunciaban que el PP mantendría la mayoría absoluta y que en el caso improbable de perderla, tendría el colchón de C’s. Estaban mal y Jorge Suárez, de Ferrol en Común,es el alcalde. Las municipales suelen parecerse más a las autonómicas que las generales y las europeas y las de 2015 se celebraron con el actual sistema de partidos. Pero después el panorama cambió, con las generales del 26-J. Y en Ferrol la historia electoral jugaba contra el PP y en Galicia lo hace a favor, pues sacó seis mayorías absolutas en nueve elecciones, seis de siete si no se cuenta cuando existía UCD y Coalición Galega iba bien.

El efecto Abel tendría el signo contrario, pues supondría que los sondeos vuelven a darle al PP menos escaños de los que saca. Consistiría en que pasase algo parecido que en las municipales de 2015 en Vigo cuando Caballero no sólo obtuvo una rarísima mayoría absoluta, sino que arrasó, con 17 de 27 concejales, frente a unos rivales desconocidos, hundidos en la campaña. Así, Feijóo con una subida en votos, pero sin llegar a superar el 50% de los votos que sí rebasó Fraga, amenazaría en este supuesto extremo el récord fraguista de 43 diputados de 1993.

Hasta que no se demuestre lo contrario en las encuestas hay una espesa niebla, sobre la que parece volar una bandada de gaviotas, y mientras están en el aire el pulso de PSOE y En Marea por la segunda plaza y la lucha de BNG y C’s por entrar en el Parlamento. La bruma afecta al factor que suele trastocar los pronósticos, la participación. Las últimas previsiones la sitúan en un 67%, que sería la tercera más alta de siempre, pero ahí reside el misterio de partida.

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