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La contumacia del bipartidismo

El PP se retrata con su congreso en casa de Baltar II mientras los dos sectores del PSdeG no se recatan en competir por el apoyo de sus imputados; muestran así que no entienden nada


LA REUNIÓN de Rajoy con miembros de Nuevas Generaciones el pasado viernes fue histórica para el PP de Ourense y el de Galicia. No hay memoria de un acto relevante en el territorio orensano, con la presencia de los líderes español y gallego, en el que no tomase la palabra la familia Baltar. El segundo del clan estuvo en silencio. La suya resulta ahora una presencia incómoda, porque está investigado por cohecho y acoso sexual en el sumario en el que una mujer le acusa de haberle prometido un puesto en la Diputación a cambio de acostarse con él. Da la impresión de que cuando Feijóo fijó el congreso gallego en Ourense contaba con que Baltar II sería desimputado por el recurso del fiscal. Calculó mal y aunque los populares traten de disimular, tienen un grave problema para dar la imagen de que captan el mensaje de las urnas. 

En el PSdeG, en cambio, ni les preocupa guardar las apariencias en la guerra abierta entre los dos principales sectores ante las extemporáneas primarias del 28-M. Las dudas que aún podría haber sobre lo que le importa a Pedro Sánchez la corrupción desaparecen ante la constatación de que, tras tener que dimitir como líder del PSdeG por sus varias imputaciones, Besteiro sigue pilotando el partido en Galicia desde la sede central socialista de la calle Ferraz, donde intervino en el oscuro proceso para convocar unas primarias exprés a la medida de su candidato, Xaquín Fernández Leiceaga. 

En el otro bando, el de Abel Caballero, estaban muy orgullosos por contar el pasado viernes con el exalcalde de Lugo López Orozco en la fotografía de la presentación de José Luis Méndez Romeu como candidato a las primarias, pues era una manera de meterle un dedo en el ojo a Besteiro en su feudo lucense. Orozco mantiene su tirón entre la parroquia socialista, ya que incluso sus peores resultados son los mejores que tuvo nunca el PSOE de Lugo sin él. Sin embargo, su condición de imputado en Pokémon y, sobre todo, las prácticas caciquiles relatadas en ese sumario lastran su imagen ante la ciudadanía. Pero eso, por lo que se ve, les da igual a José Blanco, Pachi Vázquez y Abel Caballero, los promotores en la sombra de la candidatura de Méndez Romeu, pactada el jueves en una comida en Vigo. 

Sus maniobras en la calle Ferraz debilitan las opciones de Leiceaga, mientras, en un contexto igualado, Romeu aparece como el favorito por sus más potentes apoyos internos, pese a no entusiasmar ni a sus partidarios. Lo mejor que podría hacer el PSdeG es suspender las primarias hasta julio. 

Las tribulaciones del PSdeG y de En Marea muestran que Feijóo acertó al no juntar las autonómicas con las generales, aunque lo hiciese porque no podía arriesgarse a que le contamine el colosal desgaste de Rajoy. 

Aunque el PP caliente este fin de semana sus motores electorales en Expourense, el verdadero congreso lo celebró Feijóo reunido consigo mismo, cuando decidió volver a presentarse, para tranquilidad de todos en el PP, incluidos sus posibles sucesores, pues de lo contrario habrían visto como se abría el abismo de cara a las autonómicas. 

Dentro del continuismo que supone que Feijóo siga en el puesto, el PP ya hizo el reajuste de poner a Alfonso Rueda de presidente provincial de Pontevedra, tras el hundimiento de Louzán. Miguel Tellado asciende de la portavocía del partido a la secretaría general, en sustitución de un Rueda que, al mantenerse de vicepresidente de la Xunta y tener un relevo de bajo perfil, da la impresión de que conserva su rol de número dos real de los populares, en competencia con Pedro Puy, el portavoz parlamentario. 

El mayor problema del PP es el visitante del viernes, un Rajoy desgastadísimo que, como Sánchez, sueña con que todo vuelva a ser como antes sin cambiar nada.

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