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La gaviota se eleva sobre la marea

A FEIJÓO le salieron mejor las sumas que a los politólogos de la Complutense, hasta el punto de que al presidente de la Xunta le dieron resultado unas cuentas que casi ni se atrevía a echar, pues comenzó la campaña resignado a que el PP se quedase clavado en los diez escaños del 20-D, mientras los fundadores de Podemos alimentaban el sueño de llegar al poder con su coalición con IU que sólo les sirvió para contener los daños que sí sufrió En Marea en Galicia al demostrarse que en política, sea nueva o vieja, las frivolidades se pagan tarde o temprano.

En esta ocasión la factura les llegó con rapidez a las muy mal avenidas huestes de Beiras e Iglesias, por efecto de una inédita repetición de las elecciones generales que, contra pronóstico, ha acabado beneficiando a Rajoy, como el valor seguro al que volvió una parte de sus desertores del 20-D al ver que no había alternativa, lo que desequilibró el tablero.

Así, la primera conclusión de las generales de ayer tiene que ser necesariamente que era un error enterrar antes de tiempo al discípulo aventajado de Albor, que ayer paladeaba en el balcón de la calle Génova el sabor del triunfo de la máxima de Camilo José Cela de que en España resistir es ganar. Y Rajoy aguanta lo que le pongan por delante. Más allá de la euforia de ayer de los populares, la investidura no está asegurada, pero tiene ahora mismo unas opciones insospechadas antes de que se hiciese un escrutinio en el que él, sobre todo él, mejoró la más favorable de las sumas que hacía.

El PPdeG se ve ya con una mayoría absoluta que si bien no está asegurada, no es utópica, mientras C's se hunde y el BNG, ni eso

La incógnita española se mantiene y en teoría los potenciales socios del PP, como Ciudadanos, PSOE o PNV, pueden seguir pidiendo la cabeza de Rajoy, pero si antes ya era complicado cortársela, ahora más. Y el Brexit, que parece haber favorecido al PP, obliga a una solución rápida.

En el pasado un 41,5% de los votos habría encendido todas las alarmas en el PP gallego. Pero como venían del 37% de diciembre, y del 35% de las europeas, los populares estaban felices ayer, convencidos de que tienen la mayoría absoluta al alcance de la mano. Y desde luego las opciones de Feijóo han aumentado, aunque sigue por debajo del nivel que la garantiza. Si no la tiene, quizá C's no pueda ayudarle, pues ayer recordó al CDS, que tuvo diputados gallegos en Madrid y concejales, pero no se consolidó en Galicia. Los de Rivera hicieron un negocio ruinoso al cambiar al candidato coruñés. Desaparecen del mapa. El BNG, ni eso, porque ya no estaba y ahora volvió a bajar, lo que compromete más su supervivencia. No se benefició del pinchazo de En Marea, cuyos socios se pelearon por quién era el diputado que creían iban a sumar por A Coruña, mientras perdían el de Ourense. A En Marea le pasa como a la UE tras el Brexit, está ante su ahora o nunca, para estructurarse o saltar por los aires. Su crisis salvó al PSdeG que resiste sin grandes alardes. Pero a diferencia de los de Beiras e Iglesias, ya tiene candidato, Leiceaga. Pese a todo, PSdeG y En Marea siguen sumando más que el PP, si no se cuenta a C's.

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