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Nós, la yincana del BNG

La nueva marca del Bloque complica aún más su muy difícil pero no imposible desafío de seguir en el Congreso y le obliga a llamar la atención como sea


AL MEDIODÍA de ayer la playa de Riazor parecía el escenario de una sesión de gimnasia nacionalista. Afiliados, candidatos como Carlos Callón, dirigentes como Xavier Vence y también históricos como Francisco Rodríguez se colocaban a ritmo de rap sobre la arena con unas cartulinas para formar una cadena humana, que desde lo alto permitía leer el nombre de Nós, la marca con la que el Bloque afronta sus seguramente más difíciles elecciones desde 1985, cuando entró con un escaño en el Parlamento gallego, que ocupó Beiras. El Bloque ya permaneció otras veces fuera del Congreso, pero entonces no estaba en juego la supervivencia de su proyecto.

Según el diccionario panhispánico de dudas una yincana es el "conjunto de pruebas de destreza o ingenio que se realiza por equipos a lo largo de un recorrido, normalmente al aire libre y con finalidad lúdica".

La campaña de Nós-Candidatura Galega encaja como un guante con la definición, salvo en lo de la finalidad lúdica y también, porque los ejercicios se realizan sobre todo por Internet.

Con su intervención en el mitin múltiple de Podemos, Beiras escenificó ayer que está en una nueva fase, federal

Para llamar la atención en una campaña en la que su espacio político está muy achicado por la competencia de los llamados emergentes y en la que además se ha complicado la vida cambiando de nombre para aliarse con partidos liliputienses, el Bloque asume el riesgo de tener que hacer de todo, desde el beso de Callón y el portavoz parlamentario Francisco Jorquera hasta al diálogo del propio Callón con una cachucha, pasando por la apertura de la carrera electoral a bordo de un pesquero, o los vídeos con castañas, peces y leche. El spot más logrado es el de para modernos, nosotros, en el que el músico Mini Rivas, exalcalde de Boimorto, confirma que fue un precursor de la estética hípster.

La prueba de destreza también se va a extender al día de la votación, porque puede haber confusiones. Quien detesta al BNG y la UPG ya sabe qué es Nós. Pero en cambio no hay que descartar despistes con la lista de En Marea, con la que el Bloque estuvo negociando. Sucede, además, que Nós no está para tirar votos. La gran mayoría de las encuestas no le dan escaños. Tampoco los tendría con la extrapolación de los resultados de las europeas de 2014, la convocatoria que cambió el ciclo electoral. Pero ahí el BNG habría estado muy cerca de lograrlo por A Coruña, pues sacó un 7,9% y necesitaba apenas dos décimas más. En las generales de 2011 obtuvo en esa provincia un 11,7%, así que podría bastarle con conservar un poco más de dos tercios de los apoyos que tuvo hace cuatro años. En Pontevedra, que elige un diputado menos, resulta todo más caro. Y en A Coruña Nós tiene el candidato con más tirón que podría encontrar en el actual universo del BNG, Callón.

El 20-D se comprobará si la sucesión de desastres que se ha impuesto a sí mismo el BNG acaba o no en la gran catástrofe. Enfrente tiene la fuerte competencia de la Marea en la que ayer Beiras, con su discurso desde Santiago en castellano en el mitin múltiple de Podemos, confirmó que está en una nueva fase, la federal, frente a su soberanismo de otrora.

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