Blog | ¡Callarse, becerros!

El sidecar de Patxi

"SIDECAR: cochecito de uno o dos asientos con una sola rueda que se engancha a una motocicleta. Vulgarmente dícese del vehículo al que se suben los seguidores de Patxi López". En el de Patxi venían Meijón e Iván Puentes. Puentes es un pontevedrés de toda la vida pero recental. La política semeja fútbol cada día más. Se ficha uno de Perlío para que defienda los colores de Pontevedra después de ser alcalde de Fene. Estoy seguro que Iván sabe de Pontevedra, lo que no se es cuánto ni qué.

Como aquello de Pío Cabanillas: vamos a ganar las elecciones, lo que no sé es quienes. Puentes es profe en el campus de aquí y eso facilitó el fichaje, me imagino. Cuando lo vea voy a plantearle mi test de pontevedresismo: A ver, Iván: quién era Neno, de qué equipo, qué idioma inventó, qué nombre propio utilizaba para llamar a todos los pontevedreses y cuál para referirse a las pontevedresas. Por último, Iván: a principios de los setenta, qué término críptico debíamos utilizar los adolescentes para pedirle a María la del Carrillo la venta clandestina de un condón. Si supera el examen lo armamos pontevedrés. Si no, lo volvemos a Fene. No vale que sople Tino, que se las sabe. Volvamos.

Decía que irrumpió el sidecar de Patxi a toda pastilla, al menos a toda la que consiente la zona 30. Y cruzando el Abbey Road de Riestra con Oliva se dirigió al Café Moderno. Allí, Patxi explicó las claves del fracaso político, que es, mayormente, su cátedra. Se refirió a una nueva vía pero mucho temo que sea una vía muerta, porque como ingeniero de caminos políticos no veo a Patxi, más que nada porque todos los que trazó anteriormente concluyeron empotrados contra la señal de vía cortada. Previamente había aterrizado Sánchez en Ponte Caldelas.

El aterrizaje de Sánchez fue como el de los millonarios indianos de Avión, que venían a pasear el santo por el patrón y regresaban a México el mismo día en su jet. Así que hubo orquesta en Ponte Caldelas. Sánchez de solista. A la batería, Andrés Díaz. Tocaron Saca el güisqui Sánchez. Pedro dijo vamos a hacer un guateque, Andrés. Y añadió llévate el casete, pa poder bailar, como en una discoteque. Sánchez explicó su prolijo programa para arrebatar la presidencia a Mariano y recuperar el poder: “no es no”.

Un periodista preguntó si podía ser más explícito y Pedro dijo "claro que sí: no, es no". Y añadió una coma al programa para que constase su generosidad en la argumentación. Entonces, cierta militancia crítica pidió mayor detalle y Sánchez recurrió a lo que le dijo el difunto de Fraga a Santalices. Santalices, médico de profesión y parlamentario de devoción, hacía de faracho cuando el León de Vilalba entraba en hipoglucemia: "descanse, Don Manuel"; Don Manuel rugía "¡he dicho que no, aurg!". Y Don Manuel no le mandaba los grises a Santalices porque ya no era Ministro de la Gobernación, que si no… El programa de Pedro se asienta en pilares sólidos, mayormente canción protesta: "Que se pué hacé con la enagua de la Engracia, hay que lavala, hay que golela"; "que se pue hacé con la boina del tío Genaro, hay que capala y desinfetala". Pero no acabó en Pedro la alta política en la comarca pontevedresa. Vinieron a tomar el té de las cinco los de la Asamblea de Anova. Amenazaban con llevarse bien entre ellos y comenzaron a entenderse las diferentes sensibilidades de la organización.

El hecho de que fuera a patadas resulta irrelevante. Ahora parece que a los ponentes herrados (no a los equivocados, sino los que por zapato portan herradura) van a enviarlos a una especie de gulajenxebre para reinsertarlos (no es coña): "Talleres de formación implantados por compañeiras sobre despatriarcalización das prácticas socio-políticas, aprendizaxe de coidados e compañeirismo". Amén. Yo no sé si Podemos y Anova son lo mismo, pero me acuerdo de Ángela Rodríguez llamando a Carmen Santos puta coja. De aquellos polvos estos lodos.

Recuerden: hay amigos, enemigos y compañeros de partido. Mientras los herrados se acometían para solventar civilizadamente sus diferentes puntos de vista utilizando el Kung-Fu como variante agreste de la ponencia, Beiras y Ferrín se abrazaban dejando claro que la élite cultural y melómana está muy por encima de la riñas tumultuarias de su infantería (un amigo mío pensaba que un melómano es un tío al que le gustan los melones). Pero concluyamos con Sánchez. El Zar Nicolás II presenciaba un ahorcamiento. Falló la cuerda y el reo, crítico, bramó "¡hasta esto falla en este país!". El Zar, impertérrito, miró al verdugo y sentenció "demuéstresele lo contrario". Y funcionó la horca. Es solo una sensación. Pero creo que Sánchez es el reo y Susana Díaz el Zar.

Comentarios