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Movéchesme o marco, O'Mailly

EN LAS pelis de vaqueros siempre hay disparos con un Winchester. Y en plena balacera, mientras el chico descabalga y se parapeta en el saliente de una roca, el caballo ahuyenta moscas con la cola mientras ramonea, se ve que el caballo es sordo como una tapia o hizo la mili de artillero. A lo mejor, es un caballo que estudió en Salamanca y que sabe que las balas no van con él. Seguramente esto último. No. El caballo no se llama Mariano.

En las pelis de vaqueros también hay una disputa entre hermanos. Uno es adoptado pero tan querido por su mami putativa como el natural, que lo envidia a muerte. El adoptado es noble, guapo y de espalda ancha. el natural, enfermizo, envidioso y se parece a Rodolfo Chiquilicuatre con la guitarra escarallada. El adoptado mata al natural en defensa propia. No. No son Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. En las pelis de vaqueros también hay un juez que ve las causas, un veterano de la guerra de secesión, casi anciano, que bebe güisqui de centeno y maneja con habilidad atenuantes y agravantes; resuelve el caso con un razonamiento simple: "Joe actúo en defensa propia; skoolie sacó el arma primero". No. No es Corcuera opinando en 13 TV.

En las pelis de vaqueros nadie discute las sentencias porque el juez, aunque no opositó, es manco y héroe de guerra y en el oeste se le respeta mucho. No. El pueblo que no discute las sentencias no se parece a un congreso del PP cerrado a la búlgara, a un partido en el que nadie discrepa. En las pelis de vaqueros también hay una melodía que habla de un árbol y una soga, una balada melódica y suave que el protagonista silva mientras cabalga, una canción que escuchó cuando era un niño rubito y pecoso en una caja de música que reposa en el desván, cubierta de polvo. No. No es la melodía del PSOE ni Susana Díaz quien la silva. Susana Díaz no es niño ni pecoso.

En las pelis de vaqueros hay un reverendo malote que reza el salmo de la colina con un misal en la mano en el que esconde una mortífera pistolita para matar a los ladrones, porque aunque el cura de las pelis de vaqueros hace apostolado, no le gusta un carajo que le roben la pasta. La parroquia del cura de las pelis de vaqueros es una parroquia ambulante y semoviente, porque el cura cabalga con su misal y su pasta en busca del paraíso. No. El cura no es Marta Ferrusola pero podría serlo con una operación de cambio de sexo.

En las pelis de vaqueros nadie discute las sentencias porque el juez, aunque no opositó, es manco y héroe de guerra y en el oeste se le respeta

En las pelis de vaqueros hay una chica inocente que quiere mucho a su mami y que se hace la rubia. a veces, cuando las bandas rivales se disparan en el pueblo, la chica dice que es fuego amigo. No. No es Cristina Cifuentes hablando de Esperanza Aguirre. En las pelis de vaqueros hay una viuda a la que le mataron el marido, un honrado ganadero de Oklahoma y al que un pistolero sin escrúpulos disparó por la espalda mientras bebía zarzaparrilla en el salón. El pistolero le preguntó cómo se llamaba, el ganadero contestó que Hoss y el pistolero desenfundó con la zurda y le disparó en el corazón diciéndole "te llamabas, amigo, te llamabas". No. El pistolero no es Felipe González ni Pedro Sánchez el ganadero honrado.

En las pelis de vaqueros, la viuda siempre es una señora fuerte que dispara el rifle con mucha habilidad; a la viuda siempre hay un gañán que quiere cortejarla, pero la viuda no se amilana y le dice al gañán "cuando tus propios compinches no se fían de ti, O'Callahan, deberías hacértelo mirar." No. No es Susana Díaz dirigiéndose a Pedro Sánchez en el debate del lunes. En las pelis de vaqueros siempre encierran en la cárcel del pueblo al malo, que se fuga con ayuda de sus secuaces atando una cuerda a la ventana y a la silla del caballo y arrancando las rejas de cuajo. No. No es Ignacio González el malo liberado. En las pelis del oeste siempre aparece el séptimo de caballería al rescate de los emboscados por los comanches de Jerónimo. Jerónimo no es el que tenía el taller mecánico en la carretera de Mourente: "Jerónimo. Chapa y pintura. Mecánica en general", sino Jerónimo, de los "Jerónimos" de toda la vida, los de las plumas y los taparrabos que aullaban y cortaban cabelleras. No. Jerónimo no es Pablo Iglesias, no sean malpensados.

En las pelis del oeste siempre hay un hombre bueno, ya maduro, un tal Kennedy, que aviene a las partes y resuelve con sus arbitrajes las litigios entre rancheros por cuestiones de lindes: "Movéchesme o marco, O’Mailly. Eres un fillo de p.". A Kennedy le disparan porque siempre hay un malvado que no entiende sus dictámenes; al final, se ve una cruz sobre su tumba en una loma soleada. Se oye música de violín y los ojos se llenan de lágrimas. No. No es Javier Fernández, el presidente de la gestora del PSOE.

En las pelis del oeste siempre hay un vaquero que le pregunta a otro, mientras escupe al suelo retadoramente: "pero tú, Randall ¿tú sabes que es una nación?", y Randall, el muy lambón, muerde el anzuelo y contesta qué es, en su opinión, Kansas:"un territorio con características cultura les y lingüísticas comunes". El preguntón lo mira con desdén y le dice "te olvidas las vacas y las praderas, Randall; me parece a mí que no resultarás elegido secretario general de la asociación de ganaderos de vacas marelas". No. No son Patxi López y pedro en el debate del otro día. En las pelis de vaqueros también hay cuatreros que viven bien a cuenta de los caballos ajenos. A veces se fugan con ellos a nevada escapando del sheriff del pueblo. Pero el sheriff, listo de carallo, envía una comisión rogatoria a nevada por el tren de Gun-Hill y los pilla con las manos en la alfalfa dando de comer a los caballos. No. No son pujol y sus hijos aunque los caballos, mientras relinchan, parecen hablar del abuelo Florenci y no sé qué de dos millones. En las pelis de vaqueros alguien paga la fianza y saca de la cárcel a un forastero que llegó al pueblo, bebió de más y la lío. No. No es Granados. Dicen que si pones un informativo en la tele se parece mucho a las pelis del oeste. Pero no. No tienen nada que ver ¿Verdad?

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