El viernes no sabía si acudir al concierto de Macy Gray en Pontevedra o al de Rodrigo Cuevas en Cotobade, digo... en Cerdedo-Cotobade. Al final quemé las dos entradas y no asistí a ninguno. Lo cuento así, sin preámbulos ni vueltas, sin vestimentas literarias, porque estoy algo arrepentida de mi decisión. Cierto es que la doble renuncia acalló las voces de mi conciencia.
Esas que me decían a gritos que era una traición total a mi condición de fan del electrocuplé, no ir hasta Augasantas y oír a Rodrigo Cuevas en La Semilla. Y esas mismas que a gritos me decían que nunca más tendría el valor de poner mi colección de divas del soul si no me ponía en la primera fila del pazo para el recital de Gray. Opté por renunciar a todo y no traicionar a nadie, aunque esto pueda considerarse sin lugar a dudas una tremenda estupidez, y aún más viéndolo con carácter retrospectivo, después de haberme perdido los dos conciertos.
Lo cierto es que aún este domingo domingo, no sabré a cuál de ambos hubiese elegido. Para mí, el detalle de ver a Cuevas regresando a las inmediaciones de A Lama, que fue su residencia hasta hace muy poco, es igual de importante que el de poder codearme con la crema y la nata de la política local en el evento musical de Pontevedra. Fíjense si tuvo seguidores que hasta ‘Mi Lores’ estuvo en el evento. Tampoco faltó Carme Fouces. Y las dos grandes ‘Ana Isabeles’ de Pontevedra: Anabel Gulías y Ana Isabel Vázquez.
Están en las antípodas políticamente hablando, pero ahí las tienen, compartiendo gustos musicales. El que no sé si habrá ido al concierto es Demetrio Gómez. Claro, con esto de que le iban a nombrar responsable comarcal al día siguiente... Aunque yo a Demetrio le veo un tío curtido. Vamos, que no creo que le dé nervios eso de ser responsable de las agrupaciones de toda la comarca. ¿O sí?
