QUE SI voy a salir en el Diario porque voy ligerísima de ropa; que si menos tela no puedo llevar; que si soy la Pedroche de las murgas... Ay, chica! María Carrera, nuestra archiqueridísima presentadora del Certame de Murgas de Pontevedra, ¿cuándo no te he sacado yo? Dime. Dime una sola vez en la que Clara Aldán, haya fallado a nuestra cita anual con el humor: tú con tu glamour y con esa forma tuya de soportar todo el peso de este gran evento de la vida pontevedresa y yo con el mío y con la lupa que me permite disfrutar del más mínimo detalle de estas tres jornadas deslenguadas de retranca, sátira y escarnio de la más alta calidad.
Si es que te admiro y te adoro, María Carrera, y lo sabes. Ahora, ¿en serio consideras que tu lugar en estas líneas se lo debes al modelito? No, querida. Puedes ponerte doce abrigos uno encima de otro y tendrás igual tu puesto privilegiado en el puñado de líneas que tecleo cada día. Si es que las murgas son el paraíso hecho carne para mí. Y si todos apreciasen tanto como tú y yo este evento, se vestirían para la ocasión. Sí, me refiero a Alberte Oubiña, que se presentó en plan jurado, pero no de Rocío Jurado, sino de jurado de los que puntúan, en plan soso. Nada que ver con Carme Fouces que se marcó una especie de Ravachol-Orgullo Gay deslumbrante. Así me gusta a mí: colorido.
También me gustó mucho la payasa. Una dama disfrazada de esta guisa, que yo creo que era Aurora Cañizares, pero que iba tan bien caracterizada que no acabo de saber si era ella o no. Para la lista de sosos, acompañando a Oubiña, dejo a Miguel Castro, de Ciudadanos. No sé yo que les cuesta ponerse una caretita y darle un poco de alegría al Carnaval, hombre. Menos mal que hoy es martes y mis fuentes me dicen que Tomás Abeigón siempre ataca los martes (en lo que a disfraces se refiere, ojo).
