NO VOY a andarme con rodeos. Confieso. Confieso que deseo levantarme una mañana como la célebre Audrey Hepburn en la película de Desayuno con diamantes. Últimamente me ha tocado compartir café matutino con personajes de la política y qué quieren que les diga... Son todos unas joyas, pero donde haya diamantes... Este mismo lunes el vicepresidente de la Xunta y presidente del PP provincial, Alfonso Rueda, invitó a los medios de comunicación de Pontevedra a un desayuno informativo y otra vez que se me vino la imagen de mi querida Audrey a la cabeza. He de decir que Alfonso fue muy simpático y agradable con la prensa. La duda que tengo es si el ágape fue para compensar el varapalo que recibió en la cena de periodistas, donde fue galardonado con el premio limón, el más agrio de la gala, junto al portavoz del PP municipal, Jacobo Moreira. De hecho, el popular sirvió zumo de naranja durante la cita, quizás para ir trabajando el subconsciente de los reunidos y ser premiado en la próxima cena de periodistas con el premio naranja. Mi voto ya lo tiene medio ganado, ya les digo, porque fue todo un caballero.
A quien sí le traicionó la consciencia fue a mi querido alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores. Resulta que en mitad del Pleno agradeció la intervención hecha por el concejal socialista, Tino Fernández, al que se refirió como "señor alcalde". Ya se pueden imaginar las risa y sonrisas que se dibujaron sobre las tablas del Teatro Principal, más ahora, que pulula un pacto de Gobierno con Marea. Por fortuna sirvió para relajar el ambiente que, por cierto, hablando de relax, la alcaldesa de Moraña, Luisa Piñeiro, disfrutó el pasado fin de semana de una escapada familiar a un conocido balneario gallego. Mi cuerpo lo está pidiendo a gritos, así que pienso imitar su plan tan pronto lo permita la agenda.
