Es cierto que la historia se repite si sus lecciones no son aprovechadas y los candidatos a las elecciones del 3 de abril de ese año, conscientes de la tarea que nos aguardaba, emprendimos un camino nuevo sin obviar las enseñanzas del pasado. En aquel momento asumimos el mandato democrático y lo acatamos partiendo de nuestro bagaje personal y desde las profesiones que eran nuestro sustento. Por aquel entonces los partidos políticos no eran en lo que se han convertido con el paso de los años y su interés partidista no se anteponía al interés general de la ciudadanía. Tras mas de cuarenta años de aislamiento con respecto a Europa, a los mas de 8000 ayuntamientos, inertes y empobrecidos debido a la privación de las importantes ayudas que para otros países de nuestro entorno supuso el Plan Marshall norteamericano, debido a la participación de España junto con los ejércitos del Eje en la II Guerra Mundial, les tocó vivir un período de pobreza inmersos en aquella democracia de concejales “elegidos” por tercios y alcaldes nombrados por la autoridad competente.
Aquellas elecciones locales restauraron las corporaciones democráticas perdidas con la II República, constituyéndose así, el 19 de abril, nuestra Corporación la que, una vez repartidos los escaños, quedó confi gurada del siguiente modo: 9 concejales de UCD, 6 de UG, 4 Independientes, 3 del PSOE, 1 de CD (hoy PP), 1 del PC y 1 del BNG. Celebrada la votación para la elección de alcalde y al no haber alcanzado ninguna formación política la mayoría absoluta, fue proclamado alcalde el de la lista mas votada correspondiéndome a mi, al encabezar la lista de la UCD, la responsabilidad de asumir el cargo. Tras el juramento o promesa (la mayoría opta por la fórmula clásica del “juro o prometo por mi conciencia…”, y otros, los menos, profiriendo el “prometo cumplir con las obligaciones del cargo de concejal”). Aquella corporación, plural de ideologías, nos enfrentamos a las mas urgentes necesidades que el mandato municipal nos exigía. Pasados los años, veo aquel grupo de personas del mismo modo que al grupo de islas que, formando un archipiélago, están unidos por lo mismo que las separa. Recordando aquellos años debo, en honor a su memoria , hacer mención emocionada a aquellos que ya no están entre nosotros: Federico Cifuentes Pérez (Presidente de la Diputación), Aurelio Cortizo del Campo (Tte. Alcalde), Benito Rivas Maquieira (Concejal de Xeve), Daría González García (Presidenta Comisión Cultura), Manuel Collazo Lorenzo (Concejal de Salcedo), Joaquín Queizán Taboada (Tte. Alcalde y exalcalde) y Germán de la Iglesia Faustino (Delegado de Policía y Zona Centro).
A pesar de que la dureza y dificultades de aquellos años muchos fueron los esfuerzos que se hicieron para intentar resolver los muchos problemas que afectaba a la Ciudad y parroquias, empezando por encontrar una solución adecuada a la urgencia que suponía la carencia y mala calidad del agua para consumo humano. Para todo ello se creó la COMISION DE PROGRAMACIÓN Y PLANIFICACIÓN que fruto de un acuerdo que sería impensable hoy en día ya que estaba formada por los cabeza de lista de todas las candidaturas de la que formábamos parte todos los números uno de cada candidatura -7 en total- con el fin de elaborar un PLAN DE ACTUACION al que cada uno aportaba lo que entendía como mas necesario de lo que era la problemática municipal. Este plan se iría realizando según las posibilidades financieras existentes en aquel momento en elque no existía, como ahora, techo de gasto ni había nada para gastar.
Las tenencias de alcaldía, comisiones y delegaciones fueron asumidas por todos los concejales, sin excepción, y que a lo largo del mandato lo han sido, del modo siguiente: Eladio Portela Paz (vicepresidente de la Diputación), Edelmiro M. Barreiro Gómez (Urbanismo y Obras, Puentesampayo), Francisco Tilve Outón (Lérez, Deportes y Fiestas), José Fortes Bouzán (Urbanismo, aguas y alcantarillado), Luciano E.Santiago Esperón (Sanidad y Beneficiencia), Isidro Caballería Palau (Sanidad y Acción Social), Antonio L. Biempica González (Hacienda y Urbanismo), Benigno Abilleira Muñoz (Cementerios y Campañó), Modesto Barcia Lago (Concejal de Marcón), Alfonso Rivas Fraga (Comisión Hacienda), Diego Murillo Carrasco (Comisión Deportes), Margarita Pérez Angulo (Delegada Enseñanza), Marcelino Otero López (Comisión Deportes y economíaa), José L. López de Guereñu (Comisión de Urbanismo), Celestino García Braña (Comisión Urbanismo) y Pilar Allegue Aguete (Comisión Mancomunidad y Delegada de Jardines). Mas tarde, sustituyendo a Chano Esperón, formó parte de la Corporación Ramón Fernández Vázquez (Delegado de Alumbrado).
Si bien la situación con la que nos encontramos era desalentadora fue gracias a la competencia y efi - cacia de un grupo de funcionarios de todos los niveles, lo que nos permitió la tarea de salir de aquel caos inicial. Cabe mencionar, como referencia económica que, con un presupuesto anual que rondaba el millón y medio de euros, las deudas superaban al presupuesto ordinario y como anécdota la existencia de escupideras en las respectivas entradas a las ofi cinas. Ambos datos han de servir para imaginar el estado del paciente que vio agravada su situación, a los pocos días de la toma de posesión, por una huelga indefinida de los trabajadores de la empresa que prestaba el servicio de limpieza que legítimamente reclamaban una subida salarial. Debo destacar también el comportamiento de los funcionarios que no tuvieron inconveniente en subirse a los camiones de la basura a recoger las bolsas en los portales de los edifi cios. Otros confl ictos laborales, con encierro en dependencias municipales, también los sufrimos como fue el de los trabajadores de Raimundo Vázquez.
La Corporación 79 inicia su mandato con una clara predisposición a la búsqueda del bien común ya la superación de los intereses partidistas, sirviendo con objetividad los intereses públicos. Ello no supone la no inexistenia de confl ictos, discusiones, rifi rrafes, abandonos de pleno o voto de censura al fi nal del mandatp, adelantándose incluso a lo que regularía la ley de Bases de 1985. Si bien es cierto que en el año 1982, la Corporación fue distinguida con el premio de Amigos de Pontevedra y que en aquellos años dimos a Pontevedra una nueva imagen tanto en España como en el exterior. Como ejemplo baste citar: la visita del Embajador de EEUU a la Alcaldía; la Comisión Ejecutiva de la FEMP reunida en nuestra Ciudad; el Alcalde en la ejecutiva del Consejo Superior de Deportes; la etapa XII de la Vuelta ciclista a España; el alojamiento en la Ciudad de la selección italiana durante el Mundial de Futbol del 82; la presencia en la Hermandad gallega de Caracas y la recíproca vista de su Alcalde a nuestra Ciudad; el viaje de hermandad a Lepanto (Grecia); la ciudad de Málaga da el nombre de Pontevedra a unas de sus calles, etc...
En el ámbito urbanístico la tarea fue ingente: posibilitamos la terminación de la autopista y enlace en Rande con dirección a Pontevedra; la construcción del tercer puente (Puente de Santiago); la Avenida de Compostela; la Avenida del Uruguay y el importante colector por toda la orilla; abrir el paso a nivel de Alba; el puente sobre el ferrocarril en Puentesampayo; la apertura de la calle Campolongo – Gorgullón (hoy Eduardo Pondal); la de Cruz Gallástegui; la de Castelao; la de Palamios. Además de lo anterior y dada la conflictividad que suponía en no tener un Plan General de Ordenación Urbana actualizado se inició, con la imprescindible financiación del MOPU, la tramitación de un nuevo plan general de ordenación que, dada su difi cultad, se concluyó años después. Prueba de ello es que, desde entonces, no se ha redactado uno nuevo. Se rehabilitaron zonas abandonadas: entorno de Santa María; Campo de la Torre y do Boy; plaza de Paco Leis; se recuperó la Junquera (vertedero de resíduos de construcción) para recinto ferial (hoy Pazo da Cultura); un plan ejecutado de reparación de aceras y conducciones de pluviales y fecales que alcanzó los 5.000 metros cuadrados; estauración de la Alameda con la cubierta del Palco de la música; parque de la Constitución con su pequeño monumento a la misma; plantación de camelios en la Herrería dónde se suprimieron los aparcamientos e innumerables plantaciones en otros puntos de la Ciudad. Fue importante, con la colaboración con la Diputación, la apertura y reparación de caminos rurales.
Creo necesario destacar en relación al tráfico rodado, el árduo esfuerzo que ocupó varios sesiones plenarias, de peatonalizar el Casco Histórico y no se pudo ir mas allá de la peatonalización de la calle de la Oliva, calle del Chocolate o la prohibición de aparcar en la plaza de España, mas tarde con la construcción del aparcamiento la Avenida de Montero Ríos.
El mortecino y anticuado alumbrado público requirió una renovación total en todo el Municipio En el casco histórico se instalaron 360 puntos de luz que, junto al de la Avenida de Montero Ríos con farolas artísticas (modelo Fernando VII iguales a las del Palacio Real de Madrid), fi nanciadas por el MOPU. Se repusieron alumbrados en un innumerable número de calles y se abordó con un plan de iluminación innovador todas las parroquias del rural que se le debe, en gran parte, al Concejal de alumbrado Ramón Fernández y del que me dijo, el entonces Presidente de FENOSA , era el mejor de todo el rural de Galicia.
En el ámbito de la seguridad, desde la adquisición de nuevos vehículos para policía y bomberos hasta la dotación de una emisora de radio, la implantación del 092 y la transformación del viejo matadero en edifi co para alojar el parque de bomberos que, cabe recordar, debido a una red insufi ciente de agua, tuvieron que ser ayudados por los tanques de agua de la Escuela Naval y tratar de extinguir el incendio que destruyó el Teatro Principal. En el mundo sanitario se construyó un nuevo matadero en Alba; se abrió la Casa de Socorro; se ampliaron todos los cementerios municipales.
Merece especial mención el capítulo de cultura en el que después de crear un negociado con ese nombre, abordamos anualmente la fi estas tradicionales con atractivos programas, adoptamos la Fiesta de los Mayos (la primera del mandato por falta de fondos municipales, la pagué de mi propio bolsillo) o la presencia de reconocidos galeguistas como Carlos Casares el Día das Letras Galegas.
Para terminar, es de justicia citar, tres actuaciones de trascendencia histórica. La primera y mas demandada fue la construcción de la estación de bombeo en el río Lérez con la conducción a los nuevos depósitos (pasarela incluída) y la estación depuradora en los montes de Lérez que posibilitó la instalación de contadores. Con esta enorme obra se resolvió un problema endémico para Pontevedra, Poio, Sanxenxo y Marín. Obra financiada por el MOPU que alcanzó los once millones de euros. En segundo lugar, suprimir el vertederos de residuos urbanos en las Corrientes que aportaba a la contaminación de la Ría alrededor de cuarenta toneladas diarias de lixiviados. Y, finalmente, la reforma administrativa del ayuntamiento, hecha con el auxilio de Inspectores de la Administración Central.
La cuenta de nuestro trabajo y esfuerzo fue facilitada al final de nuestro mandato al pueblo pontevedrés en una detallada y pormenorizada exposición-resumen de nuestra gestión y la importante contribución del Estado así como la de los ciudadanos a las arcas municipales: Pontevedra, ayer, hoy y mañana.