La gran ecuación sigue sin despejarse, pero comienzan a trascender los mimbres que arman esa cesta que es el proyecto del grupo portugués Altri en el norte de Galicia. Lo hacen lejos de aquí, en la Bolsa de Lisboa, a golpe de presentaciones a inversores, que son los que realmente interesan a una empresa cotizada, que a la vez que mima a sus accionistas envuelve de atractivo sus proyectos para captar nuevos y dar valor a sus títulos. Así comienza a desvelarse ese proyecto tractor diseñado en pleno confinamiento desde Santiago que en unos meses cautivó al grupo portugués, que irrumpe de paso en el mercado de su principal rival, Ence, más allá de las compras de madera que venía realizando desde hace unos años.
Envueltos como estamos en esa gran incógnita que es el emplazamiento definitivo del proyecto del grupo portugués, que se circunscribe a Lugo, donde hay recurso, vayan ahora algunas certezas. Altri no plantea una sola fábrica. Será un dos en uno. Por trazar un paralelismo, sobre el papel, y ya en manos de los inversores, está un proyecto fabril similar en cuanto a su estructura a lo que es el complejo de Alcoa en A Mariña: alúmina, por un lado, y aluminio, por otro.
Pues bien, siguiendo un esquema paralelo, la intención del grupo portugués es doble: una fábrica de pasta de madera soluble (DWP), que es la materia prima para diversas fibras textiles; y otra de lyocell, el tejido sostenible que está de moda, muy versátil y totalmente biodegradable. Esta última iniciativa fue la que adelantó la Xunta cuando avanzó los primeros datos del proyecto. Este mix, el de la fábrica de pasta de madera soluble, por un lado, y la planta de fibra ecológica lyocell, por otro, permitirá que la primera unidad de producción nutra a la segunda. Algo parecido a lo que hace Alcoa en San Cibrao con Alúmina y Aluminio Español.
El conocido como DWP (Dissolving Wood Pulp), la pasta soluble, viene a ser una nueva versión de lo que tradicionalmente se conocía como viscosa, pero producida bajo esquemas más sostenibles. Altri avanza las dimensiones del proyecto: la planta de DWP tendrá una capacidad de 200.000 toneladas anuales y la de lyocell, de unas 100.000 toneladas al año.
En este tipo de complejos industriales, la producción de pasta de madera soluble permite destinar una parte a la fabricación de fibras, en este caso, a la planta de lyocell, y el excedente sacarlo directamente al mercado. Altri echa cuentas de la rentabilidad de su proyecto. Y la viabilidad parece garantizada incluso sin fondos europeos, una de las claves de este y otros proyectos que a veces se pasa por alto; es decir, tienen que ser rentables por sí mismos. Los números de Altri, una compañía que tampoco es un alarde de transparencia a pesar de ser una cotizada, pasan por lograr una tasa interna de retorno superior a los dos dígitos. Poco más explican en su presentación. En síntesis, esto supone que la rentabilidad de la inversión es al menos del 10%. Si se tiene en cuenta que el grupo portugués invertirá en el proyecto unos 800 millones de euros, en un mínimo de diez años habrá recuperado toda la inversión. Es lo que le cuenta al mercado, a los inversores.
En líneas generales, sobre el papel, la planta gallega podría llegar a suponer cerca del 40% de los ingresos de la pastera lusa, que cuenta con tres fábricas repartidas por la zona centro de Portugal. Altri prevé que en 2025 entre un 10% y un 20% de sus ingresos procedan del lyocell y entre un 10% y un 20% de la pasta soluble DWP. Altri quiere ser una referencia de sostenibilidad: entre sus planes destaca que la pasta será blanqueada usando tecnologías sin adiciones de cloro, ninguna de las dos plantas recurrirá al uso de combustibles fósiles, empleará madera certificada, la energía producida en exceso será vendida a la red y aprovechará al máximo la circularidad de los procesos.
Ahora bien, ¿dónde? Esa es la gran ecuación que sigue sin despejarse, con el norte de la provincia de Lugo como emplazamiento prioritario, sin descartarse otros. De ello se encarga una empresa sueco-finlandesa. Afri, una firma de consultoría e ingeniería de referencia en el sector, sigue a la búsqueda de una ubicación y ha dirigido incluso los estudios preliminares de viabilidad. También hay otra incógnita que debe resolverse: el grado de implicación de Inditex en el proyecto. A priori, es muy alto.
Enrique Tellado: el retorno de quien hizo de Evo Blanco un proyecto sólido
El fiasco de las cajas gallegas se saldó con muchos ‘emigrados’, ejecutivos que acabaron con sus huesos en despachos en Madrid. No fue el caso de Enrique Tellado. Número tres de Caixa Galicia, su caso es casi único. Continuó al frente de Evo Banco hasta su integración final en Bankinter, proyecto que dejó el año pasado. Padre, hijo y amigo. Deportista. Circunstancialmente banquero. Así se define el propio Tellado que se acaba de incorporar al consejo de Ibersys, empresa especializada en prevención de riesgos laborales con base en Lugo, ciudad con la que Tellado mantiene vínculos. También sigue como consejero de Holaluz, que se ha colocado como quinta del MAB por valor. No le va mal a Tellado.
Miguel Á. Vázquez Taín: cumbre de los economistas y contables gallegos
SERÁN una de las principales palancas para el crecimiento económico en los próximos años. Al menos, sobre el papel. Son los fondos Next Generation, que han ocupado y preocupado a quienes se han dado cita en II Encuentro Internacional de Economistas Contables, que se celebró en Santiago. El anfitrión, Miguel Ángel Vázquez Taín, presidente del Consello Galego de Economistas.
En su opinión, con los fondos europeos "deben blindarse los sectores estratégicos, incrementando sus cadenas de valor, pero también impulsar sectores emergentes vinculados a la transición ecológica y digital". La industria, sí, en primer plano, viene a decir, pero una nueva industria, la del cambio de un modelo.
