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Galicia ante sus ‘lobbies’

UN PROBLEMA bien definido es un problema medio resuelto. Por ello, siempre  conviene  indentificar amenazas, buscar nombres y apellidos, como paso previo a ese largo camino que es fomentar el libre mercado, en cualquiera de sus versiones, por muy descafeinadas o adulteradas que se nos presenten. Una comparecencia parlamentaria que ha pasado prácticamente desapercibida, la del presidente del Consello Galego da Competencia, permite identificar en gran medida cuáles son las zonas de sombra por las que transitan muchas empresas y grupos que tienen por norma adaptar la realidad a su medida y acabar casi siempre ganando. Y todo ello sin salir de Galicia.

El común de los mortales indentifica a los "lobbies" como grupos de presión, que se mueven con especial soltura en los pasillos del poder político para defender sus intereses al margen del consumidor. Y repasar los informes y expedientes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el hermano mayor con capacidad sancionadora del consello galego, supone abrir de par en par las puertas de un coto reservado para un selecto grupo, con roles muy definidos, que siempre operan en sectores regulados. Y esta es la primera llamada de atención. Son mercados, en algunos casos, que en su día estuvieron intervenidos, y que una supuesta liberalización que no acabó de cuajar permite establecer un campo de juego embarrado, con límites difusos, cuyos protagonistas acaban por especializarse en cumplir a medias unas reglas que, además, suelen cambiar a mitad del partido.

Eléctricas, sector lácteo y carburantes, los nuevos demonios del Consello da Competencia

Ese necesario árbitro es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Y sus expedientes e informes aluden a concertaciones y pactos de precios en sectores como la gran distribución alimentaria, los carburantes y derivados petrolíferos, las eléctricas, las telecomunicaciones, los transportes y el audiovisual, e incluso llegan a descender a los concesionarios de coches, las cementeras, las conserveras, los tanatorios, la publicidad y los derechos de televisión. Estamos ante auténticos "lobbies", muchas veces agrupados en patronales creadas ‘ad hoc’, en un país que no regula legalmente estas actividades, las de la influencia, permitiendo una total opacidad en las relaciones con las administraciones. Esta dinámica, la falta de una ley, nos acerca mucho más a países como Portugal, Grecia e Italia, todos sureños a ojos de Bruselas, que tampoco legislan sobre la actividad de los grupos de presión.


¿Y cuáles son esos ‘lobbies’ en Galicia? Pues el presidente del Consello Galego da Competencia parece tenerlo claro. En su comparecencia en O Hórreo, Francisco Hernández aludió claramente a determinados agentes que intervienen en la cadena del sector lácteo, al mercado de la distribución eléctrica y a los carburantes como especiales focos de atención del organismo que pilota. Aunque con grandes limitaciones, tanto de medios humanos como de recursos económicos y margen legal de actuación, los informes del consello remitidos a la comisión nacional presidida por José María Marín Quemada han servido de caso práctico para destapar las actuaciones de auténticos oligopolios que operan en Galicia. El caso de la distribución de gasolinas y gasóleos y su nivel de concentración es de libro.

Donde haya un sector fuerte, agrupado bajo unas siglas, mínimamente regulado y en cierta dependencia de la administración siempre habrá un 'lobby'

La colusión en la contratación pública, es decir, los pactos ilícitos que alteran la libre concurrencia que marca un pliego y dañan la actuación de la administración, son otros de los asuntos que todavía están por despejar, con cuatro expedientes abiertos en estos momentos por parte del Consello Galego da Competencia. Autocomplacencia la mínima cuando se abordan todo este tipo de actividades paralelas e ilegales, por definirlo de algún modo. Y aunque, por ejemplo, Francisco Hernández hable de "una tormenta perfecta" en el sector lácteo, "una pesadilla" para el organismo que preside, el último y relevador análisis sobre este mercado fue realizado por el organismo en 2013, con datos de las campañas anteriores. Mucho han cambiado los precios y el escenario para los ganaderos desde entonces.

Hernández también se fue con pistas tras su comparecencia parlamentaria. Los grupos de la oposición no ejercieron a la contra y aportaron luz sobre otros ámbitos a investigar. Por ejemplo, las conservas de mejillón y el transporte público de viajeros que propuso el PSdeG, y los indicios de reparto del mercado entre Galicia y Portugal por parte de las madereras, que deslizó el BNG. Todavía queda mucho camino. Donde haya un sector fuerte, agrupado bajo unas siglas, mínimamente regulado y en cierta dependencia de la administración siempre habrá un "lobby". También en Galicia.

Municipios: también toca gestionar deuda

EMBARCADOS en el corto plazo, con promesas dirigidas a taponar heridas que son jirones sociales de la crisis (desahucios, pobreza, paro...), muy pocos de los nuevos alcaldes hablan del modelo de ciudad al que aspiran. Tampoco de la deuda que tendrán que gestionar, una de las claves que condicionará el margen de gasto en estos próximos cuatro años. Y conviene situarnos.

Las siete grandes ciudades gallegas acumulan una deuda viva de 298,3 millones de euros. Apenas un 0,7% de los 41.715 millones Municipios: también toca gestionar deuda que debían a los bancos los 8.116 ayuntamientos españoles en 2013, último año del que hay datos de Hacienda disponibles. Siendo contenido, el endeudamiento va por barrios, y se dispara en casos como los de A Coruña y Santiago, que suman tanta deuda como la de Lugo, Pontevedra, Vigo y Ourense juntos.

En términos relativos de deuda per cápita, de las siete grandes ciudades solamente Lugo, Pontevedra y Vigo acumulan un endeudamiento bancario por habitante y año que se sitúa por debajo de los 300 euros, con el modélico caso de la ciudad olívica (134,8 euros). El problema se concentra en Santiago (598,7 euros), Ferrol (431,2), Ourense (408,8) y A Coruña (318,9). El caso de Compostela es paradigmático: se sitúa en el puesto 1.570 entre los 8.116 concellos de España por endeudamiento.

En términos absolutos, manejable es la deuda en Lugo (28,8 millones), Pontevedra (19,1 millones) y Vigo (39,9), frente a los 78,4 millones que adeuda A Coruña, los 57,5 de Santiago o los 43,9 de Ourense. A la hora de pensar a corto plazo, los alcaldes también tendrán que repasar esos vencimientos.

JUAN MIGUEL VILLAR MIR. Un empresario que gobernó a capricho su negocio en Galicia

CON Arias Navarro al frente del primer gobierno tras la muerte de Franco, ocupó la vicepresidencia y la cartera de Economía. De aquella época le unía una estrechísima relación con Manuel Fraga. Es Juan Miguel Villar Mir, a quien el paso del tiempo se encargó de encumbrar como empresario de éxito, pero con pasado. Y algo de aquellos modos y maneras debe quedar cuando el octogenario y afable Villar Mir hizo lo que quiso durante años con sus intereses en Galicia. Y fue bajo los mandatos de Fraga. Es el caso de Ferroatlántica, la segregación de la antigua Carburos Metálicos. Ahora, un juez reclama a la compañía una fianza de 8,5 millones por los beneficios obtenidos por secar durante casi diez años la mágica cascada de O Ézaro para alimentar sus plantas de Cee y Dumbría. Todo ello con permiso de un alto cargo de la Xunta de entonces. Ferroatlántica no está imputada, pero el aval dice mucho de todo lo que se lucró el grupo.

J.M. FERNÁNDEZ ALVARIÑO. El lío de las cuentas de la patronal gallega es una guerra fría

NO atraviesa su mejor momento el presidente de la patronal, que cuenta con limitados apoyos en el seno de la estructura provincial de los empresarios gallegos. José Manuel Fernández Alvariño lo tiene muy difícil para aprobar las cuentas de 2014 y sacar adelante los presupuestos de este año de la Confederación de Empresarios de Galicia. Desde A Coruña y Lugo se plantean un nada disimulado boicot a su gestión. Es de justicia reconocer que hablamos de algo más que de diferencias de criterio, más bien palos en la ruedas, como lo es también que el abogado vigués no ha estado nada fino con las contrataciones de determinados servicios de la patronal a su grupo de empresas, con adjudicaciones poco menos que directas. Hay quien habla ya de elecciones anticipadas en el seno de la patronal de no resolverse el asunto de las cuentas. El lío va a ir a más.

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