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Alcoa, en la lona

El mazazo de la nulidad del Ere debilita a Alcoa, pero queda un trecho para una salida pactada
Trabajadores de Alcoa San Cibrao celebran la anulación del Ere. EUROPA PRESS
photo_camera Trabajadores de Alcoa San Cibrao celebran la anulación del Ere. EUROPA PRESS

EL ALUMINIO esconde toda una metáfora de progreso. Es el paradigma de lo que ahora entendemos por economía circular, en la que todo se recicla. El sustituto del plástico, la muleta del acero. Que se lo digan a Greta Thunberg, la joven activista medioambiental sueca, que se recorrió Madrid en la Cumbre del Clima con una botella de agua de aluminio en la mano. Preocupante es la contaminación que genera este tipo de industria. Sin embargo, estamos ante uno de los materiales más reciclables del mundo, proceso en el que incluso hay un importante ahorro de energía. Por tanto, hablar de aluminio es hacerlo de un futuro sostenible. Esa es la realidad a largo plazo, más allá del precio a la baja que pueda marcar a corto en el mercado de futuros de Londres, al que siempre está atenta Alcoa para justificar sus decisiones.

Pero el aluminio en Galicia nos tiene enzarzados en una gresca monumental. Una crisis industrial como pocas se recuerdan en los últimos cuarenta años. Hay que remontarse a los ochenta, con cierres como los de Ascón en Vigo, en plena reconversión naval, o de Sidegasa en Curtis, la siderurgia que no pudo ser, para establecer algún tipo de semejanza con el conflicto actual de San Cibrao. Es la industria del metal, caso digno de estudio para la historia económica y social en Galicia.

El mazazo para Alcoa que supone la decisión de anular el Ere en San Cibrao fue adelantado en cierta medida por la misma Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que había estimado las medidas cautelares solicitadas por los trabajadores para mantener las cubas encendidas. No por previsible en los despachos, la decisión del tribunal resulta menos contundente. Alcoa estaba el jueves en la lona, absolutamente descolocada y pidiendo tiempo para valorar una sentencia que determina, se mire por donde se mire, que actuó calculada y premeditadamente de mala fe desde el minuto uno del proceso, sin moverse un ápice en sus objetivos en el proceso negociador, pese a algunas concesiones. Apagar las cubas y cerrar el aluminio en San Cibrao. De ahí no se movió. Incluso estratégica fue la posición de los directivos de la multinacional norteamericana para abordar la venta a Liberty House, poco menos que un postureo con posiciones predeterminadas para obstaculizar cualquier acuerdo final. Lo dicen los magistrados en su sentencia.

¿Y ahora qué? Un mal acuerdo resulta mejor que un buen pleito, incluso para Alcoa. A la compañía solo le queda la incierta bala de un recurso en casación en el Supremo, pero sabe de sobra que antes de mover ficha hay que hacer números. Por eso pide tiempo. Manda la cuenta de resultados. Esa es la clave ahora. ¿Qué es preferible? ¿Un proceso judicial largo, incierto y costoso mientras pierde un millón de euros a la semana con el aluminio de San Cibrao, como suele explicar en sus letanías? ¿Una negociación en la que busque el mal menor, evite más conflictos y pérdidas, deje paso a otros y haga lo que tenía pensado de todos modos, que es dejar el negocio del aluminio? Estas son a buen seguro las opciones que están valorando ahora mismo los ejecutivos de la multinacional.

Y en todo esto reside la fuerza de la sentencia que anula el Ere. Además de obligar a readmitir y pagar los atrasos a más de quinientos trabajadores, la decisión del TSXG pone a Alcoa en una nueva posición en la que ya no vale fingir que se negocia. Las cubas seguirán encendidas, al mantenerse las cautelares. Por tanto, solo queda una salida aparente: hablar de nuevo. Negociar, ahora con apercibimiento judicial, lo que cambia sustancialmente el escenario. Alcoa tiene otras opciones, un Erte de dos años, por ejemplo, y empezar de cero con los mismos objetivos. Pero seguirá perdiendo dinero en San Cibrao. Por eso son tan importantes los movimientos ahora. Hace falta crear contexto, ambiente, una predisposición al acuerdo, para buscar una salida incluso digna para la multinacional, con ciertas cesiones, que es como se negocia, pero con un objetivo irrenunciable, que Galicia y España sigan produciendo aluminio primario, ese cuyos derivados tanto utiliza la activista Greta Thunberg.

Alcoa está ahora mismo en la lona, pero se puede levantar. Lo mejor que puede hacer para los gallegos es venderle la planta a quien se la compró en los noventa, al Estado. Y a otra cosa. ¿Sucederá? Está por ver.

Nadia Calviño ►La solidez de una vicepresidenta más que necesaria

NO se prodiga en homilías y tampoco frecuenta muchos platós de televisión. Otro perfil. Nadia Calviño es quizá una de las ministras, en este caso también vicepresidenta, que más peso tiene en el Gobierno y a la vez que menos callos pisa a la hora de hacer valer sus criterios. Y eso que tiene para bregar. Siempre con los mismos enfrente. La subida del salario mínimo interprofesional, la reforma laboral, el impuesto a los ricos... Yolanda Díaz, otra gallega, es quien está actualmente haciendo de ariete del ala más a la izquierda del Gobierno para lanzar la agenda paralela de Pablo Iglesias. Calviño cuenta con el aval de Pedro Sánchez y la bendición de la Comisión Europea, y eso parece por ahora suficiente.

César González - Bueno ► El número dos de Castellano en NCG llega al Sabadell

ALGO parecido a un dandy de las finanzas es quien desembarca en el Banco Sabadell tras la crisis interna desatada por la fusión fallida con el BBVA. César González-Bueno, conocido como el creador de ING en España, será el primer ejecutivo del banco catalán. Su huella en Galicia es reconocible, pese a que estuvo pocos años. González- Bueno llegó a una Novacaixagalicia en proceso de transición hacia Novagalicia Banco tras la desastrosa fusión de las cajas. Lo hizo de la mano de José María Castellano cuando el catedrático se afanaba en la búsqueda de inversores para el banco. Obra de González- Bueno fue la creación de EVO Banco, una marca ahora con vida propia. Desde el Sabadell buscará fusiones, sin duda.

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