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Galicia crece poco y mal

GALICIA está en plena fase de rehabilitación, recibiendo tratamiento ambulatorio tras dejar el hospital y con un alta médica provisional, de esas que el doctor se lo piensa unas cuantas veces antes de firmar. Galicia crece, y avanza en la recuperación de su economía, pero no lo hace ni al ritmo esperado, ni mucho menos de la manera prevista y a mucha distancia del avance de una economía, la española, que marca un paso bien distinto, con una robustez que por aquí no asoma. Estas son algunas de las conclusiones del informe de coyuntura presentado por el Foro Económico de Galicia, un laboratorio de ideas en el que se dan cita académicos, empresarios y analistas gallegos.

El conocido think tank, que respira pluralidad de ideas (conviven nombres como Fernando González Laxe, Santigo Lago Pe- ñas, Pedro Puy, Emilio Pérez Nieto y Víctor Nogueira, entre otros) y al que la Xunta tiene cada vez más en cuenta, sorprende ahora en sus análisis con la incorporación de un indicador propio de coyuntura, que vendrá a anticipar con sus previsiones los datos oficiales de crecimiento económico que difunde periódicamente la Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Instituto Galego de Estatística.

El índice, conformado por una quincena de variables y elaborado con un anclaje temporal que se remonta a 1995, se estrena adelantando que el Producto Interior Bruto (PIB) gallego avanza a un ritmo interanual ligeramente superior al 2%, algo inédito, lógicamente, desde el comienzo de la crisis. El avance es significativo: el dato de crecimiento económico del tercer trimestre del año (julio, agosto y septiembre) contrasta, si se compara con el mismo período de 2014, con la tendencia marcada a lo largo del presente año, cuando el PIB había crecido a un ritmo del 1,3% en los tres primeros meses de 2015 y de otro 1,8% entre abril y junio. Por tanto, Galicia avanza.

Pero los nubarrones amenazan cuando recurrimos al contexto para poner en valor ese crecimiento del 2%. Y el entorno lo pone España. En síntesis, Galicia lleva creciendo siete trimestres (casi dos años) con tasas interanuales positivas, pero esta dinámica viene marcada por otra tendencia que es muy reveladora: el diferencial con la tasa de crecimiento de la media nacional está por encima de un punto porcentual durante los últimos cinco trimestres. Son datos del INE, que confirman que la salida de la crisis es mucho más endeble en Galicia que en España, y por ello el Foro Económico habla de una brecha que se consolida en el tiempo. En otras palabras, cuando Galicia crece al 2%, España lo hace por encima del 3%.

El Foro Económico adelanta que el PIB avanza por encima del 2%, muy por debajo de España

El propio Núñez Feijóo se ha hecho eco del primer dato del indicador avanzado de coyuntura. Y, en cierta medida, el presidente de la Xunta lo ha hecho suyo basándose en una metodología muy particular, la que marcan las previsiones de los presupuestos gallegos para este ejercicio, presentados en octubre del año pasado. En ellos se establece una previsión de crecimiento para el PIB gallego este 2015 del 2%. Por tanto, a priori, la evolución de la economía da la razón a Feijóo. Sin embargo, en esas mismas fechas, las previsiones de Luis de Guindos para la economía española también hablaban de un 2% de alza del PIB nacional para este año, y se han visto totalmente desbordadas por la realidad. Por tanto, de nada sirve refugiarnos en estimaciones tan conservadoras cuando España logra crecer por encima del 3%, rompiendo todas las previsiones si nos remontamos a un año atrás.

Otros datos aportados en el análisis del Foro Económico demuestran que la pauta de crecimiento, la calidad, es muy dispar con respecto a la esperada por la propia Xunta. Por ejemplo, la Consellería de Facenda lo fiaba todo a la balanza comercial y al aumento de las exportaciones, cuando la realidad (y, sobre todo, los datos) demuestran que pierden fuelle y es la demanda interna la verdadera protagonista, y no precisamente por el papel del gasto público, que se contrae en Galicia un 0,9% frente a un aumento en España del 1%. Divergencia de libro.

A Galicia le cuesta todo mucho más. El consumo de los hogares avanza, lo hace a un ritmo de un 1,4%, que es la mitad que la media española, instalada en el 2,9%. En contra de lo previsto por la Xunta, son las inversiones lo que tira ahora de la economía. Como, desde el lado de la oferta, lo hace la construcción, sembrando muchas dudas sobre la mejoría de un paciente que ve cómo es la industria, también, la que comienza a tirar del carro. Galicia, por tanto, ya no sigue en observación, pero puestos a tomarle el pulso comprobamos lo poco que han servido las recetas propias para dejar atrás la recesión. Crecemos poco y mal.

La AP-9 y una transferencia de ida y vuelta

POR momentos parece que la Autopista del Atlántico discurre entre Santiago y Madrid, en vez de hacerlo entre Ferrol y Tui. Son tantas las veces que desde O Hórreo se ha solicitado la transferencia de su titularidad, que no de su gestión, en manos de una concesionaria, como los portazos sucesivos que ha dado tanto el Ministerio de Fomento (José Blanco, Ana Pastor, tanto da) como los grupos sobre los que se apoyaban en el Congreso populares o socialistas cuando gobernaban en Madrid. La AP-9 sigue clavada La AP-9 y una transferencia de ida y vuelta en lo alto de las reivindicaciones de Galicia, como una figura totémica que nos permitiría arañar una pizca más de autogobierno, esta vez muy efectivo, muy cercano al ciudadano. Y de nuevo, con apoyo de todos los grupos parlamentarios, la pelota la vuelve a tener el ministerio y los populares en Madrid. Asunto incómodo para Ana Pastor.

Núñez Feijóo habla ahora de una nueva forma de gestionar la infraestructura, y suena bien eso de tarifas por horas y otro orden de prioridades en las ampliaciones. Pero, quizá, solo se trate de apoyar desde San Caetano la postura defendida por los suyos en el Parlamento, a favor de nuevo del traspaso, y el tema se quede ahí y punto.

Para mejorar la AP-9, lo más efectivo ahora es sentarse con sus gestores, empezando por Andrés Muntaner Pedrosa, de una familia cercanísima al clan de Mariano Rajoy. Al margen de los amigos, lo más llamativo de todo es que Itínere, propietaria de Audasa, pone precio en sus cuentas a la concesión: nada menos que 1.950 millones. La propiedad de Itínere también ha hecho un viaje de ida y vuelta este año: de Citi ha pasado a otro fondo, Corsair Capital. La vida.

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