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Galicia y la cita del dinero

► Carlos Slim y Pablo Isla eclipsaron a golpe de modestia la cumbre de directivos de A Coruña


INDITEX también nació en un garaje. Pablo Isla, su presidente, se soltó el pelo ante quinientos directivos y empesarios y abrió, con un singular análisis pocas veces escuchado, las puertas del gigante textil. Lo hizo en A Coruña, sede de una cumbre empresarial que reunió esta semana a medio millar de ejecutivos, y por la que desfilaron nombres como Carlos Slim o César Alierta. Inditex y la metáfora del garaje. Como Apple, Microsoft, Google, Amazon, Dell, Hewlett Packard y tantas otras. Una cumbre del dinero y el poder que, más allá de la iconografría empleada para describir el éxito de una empresa como la fundada por Amancio Ortega, deja muchas lecciones y mensajes. Veamos algunos.

¿Es posible gestionar una gran empresa como si fuera una pyme? Pues aunque parezca una hipérbole propia quien va sobrado por el mundo de los negocios, tres pesos pesados coinciden en su diagnóstico. Lo dijo Pablo Isla, que preside el líder español por valor en Bolsa: «Nuestra cultura respira Amancio Ortega por todas partes y nos lleva a gestionar Inditex como si fuera una pequeña empresa». Lo recalcó Carlos Slim, un clásico de Forbes: «Operar con las ventajas de la pequeña empresa, eso es lo que hace grande a un grupo».Y lo subrayó, desde Telefónica, César Alierta: «Las empresas no pueden ser globales sin ser locales a la vez», dijo.

En la cita del dinero, que esta vez tenía como eje central los valores de los directivos, también se habló de ética y honestidad. Las reclamó el Rey, en su discurso, y al «alma» en los negocios también aludió Isidre Fainé (Caixabank), que ejercía como anfitrión del Congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, que así se llama este club de hombres poderosos. Quizá el más franco fue el propio Slim, cuando aseguró que «la persona que es inteligente, aunque sea deshonesta, actúa con honestidad en los negocios».

Lo cierto es que resulta sorprendente escuchar doctrina sobre ética empresarial en un país como el nuestro, que ha creado una economía capaz de mejorar en un 20% la retribución de los consejeros de las empresas del Ibex-35 durante la crisis mientras diez millones de cotizantes ni llega a los mil euros al mes de ingresos. Un país en el que la llama de la clase media, por decirlo de forma gráfica, se apaga lentamente. Pero esa es otra historia. Como otros fueron los relatos a los que recurrieron los ponentes en la cumbre de A Coruña, caso de temas como la energía, la innovación y la presencia de Galicia en el mundo.

Ese guiño a Galicia pasó por una animada tertulia moderada por Ramón Villares, presidente del Consello da Cultura Galega, y en la que participó Francisco Botas, consejero delegado de Abanca, y brilló Amancio López Seijas, un gallego de Chantada que dirige la cadena de hoteles independientes líder en Europa. Lo hace desde Barcelona. El presidente de Hotusa no es de los que improvisen, y menos ante un respetable que, en la sala, tenía sentados a Manuel Jove (Inveravante), Luis Fernández Somoza (Subel), Roberto Tojeiro (Gadisa), José Luis Suárez (Copasa), Pablo Fernández Castro (Norvento) y José María Rivera (Estrella Galicia). Entre otros ilustres de la empresa.

«Si por un lobby entendemos poner en valor Galicia, y no lo digo en el sentido americano del término, sí que existe un lobby en Cataluña, que esá formado por empresas medianas y es sustancialmente numeroso», describió López Seijas. «Somos un grupo de empresarios que nos reunimos, y que a lo largo de los años hemos logrado un enorme prestigio en Barcelona».El presidente de Hotusa imagina Galicia como una plataforma de inversiones para los empresarios que están en la diáspora, un eje vertebrador por el que fluyan proyectos a uno y otro lado del altántico, y mira mucho más al modelo de Irlanda que a experiencias pretéritas, como las impulsadas desde la Xunta en los noventa, que se contaron por fracasos. «Seguridad jurídica,certeza y confianza es lo que las empresas deben pedir a los gobiernos; a partir de ahí, pues un mejor tratamiento fiscal, pero el resto es cosa nuestra», zanjó.

La cumbre del dinero dio para mucho, pero fue eclipsada por la presencia de Carlos Slim y Pablo Isla. Y deja para la memoria empresarial un puñado de consejos. Por ejemplo, que es mejor intentar aprender antes de los errores ajenos que de los propios. Y que, para tomar una decisión en una empresa, basta con tener el 70% de la información, porque si esperas nunca llegarás a tomarla. O que nunca asciendas a quien no se haya equivocado unas cuantas veces. De lo contrario, se equivocará cuando esté en lo más alto y será mucho peor. Historias.

Euskaltel engulle R con un coste muy alto

La apetecida cablera del norte comienza a tomar forma, pero con sustanciales cambios sobre lo planificado inicialmente en los despachos de Bilbao. Y todo ello sin hablar de la compra de la asturiana Telecable. Nos quedamos en R y el proceso de digestión al que se enfrenta Euskaltel en los próximos años. El grupo vasco ha presentado a los analistas la operación, y hay alguna sorpresa. Por ejemplo, para financiar la adquisición de R, el flamante comprador tendrá que multiplicar nada menos que por tres su deuda. Euskaltel engulle R con un coste muy alto En el primer semestre de este año estaba en los 417 millones. Ahora, Euskaltel llevará su deuda hasta los 1.370 millones para cerrar la compra. Y eso sin fijarnos en los ratios de apalancamiento sobre beneficio, clave para conocer la fortaleza del grupo a futuro, que con la operación se duplicarán.

Todo esto tiene su cómo y su porqué. CVC, que controlaba mayoritariamente R, no estaba dispuesto a entrar en el canje por acciones de Euskaltel y prefirió el pago en metálico, lo que al final redundó también en un precio ligeramente superior (45 millones más) al anunciado hace unos meses.

R (1.190 millones) y Euskaltel (1.319 millones) valen casi lo mismo, y hasta ahora tenían una deuda en parámetros muy similares. El respaldo de Kutxabank y de los March, que retienen un 40% del accionariado del grupo cablero vasco una vez cotiza en Bolsa, ayuda a entender la operación. Y esa es la gran diferencia con R. Esta compra pilla a Abanca (30% del capital heredado de las cajas) de salida, que opta por generar plusvalías. Otra vez el eterno retorno al debate sobre la capacidad de un sector financiero propio como palanca industrial.

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