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La fuga de Amancio López

El traslado de Hotusa de Barcelona a Madrid es un mensaje, tardío, por la vía de los hechos

Amancio López. TOÑO PARGA (ARCHIVO)
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ALCOA, por poner un ejemplo muy cercano, con fábricas repartidas por San Cibrao, A Coruña y Avilés, tiene su sede social en Madrid, como antes la tuvo su antecesora Inespal. Incluso sus filiales Aluminio Español y Alúmina Española mantienen su domicilio en la calle Pedro Teixeira, a un paso del Santiago Bernabéu. PSA Citroën conservó hasta hace nada su sede en Madrid, que ahora está en Vigo, y poco le importa a efectos prácticos a cualquier operario de la cadena de montaje de la factoría de Balaídos. Desde que aterrizó Juan Carlos Escotet en Galicia, la sede social de Abanca está en Betanzos, en una hábil maniobra, a la postre exitosa, por romper con esa división entre norte y sur que existía entre las dos cajas gallegas que dieron lugar a Novagalicia Banco. Las sedes sociales. Todo un debate que ahora vuelve a primer plano con la crisis de Cataluña.

El último e inesperado paso lo ha dado Amancio López Seijas, fundador de Hotusa, en su día una simple central de reservas pero hoy convertida en un grupo líder del negocio turístico con unas ventas que rondan los mil millones de euros al año. Último paso porque la decisión del chantadés y gallego en ejercicio en Barcelona se suma a un éxodo de unas 2.500 empresas catalanas que decidieron, entre el 2 de octubre y el 15 de este mes, trasladar su sede a otros puntos de España. E inesperado porque el movimiento trasciende cuando comienza a resituarse el conflicto, una vez aplicado el artículo 155 de la Constitución y convocadas elecciones. ¿Por qué ahora se traslada Hotusa a Madrid? ¿Qué argumentos tiene Amancio López? ¿Se ha dejado influir esta vez el influyente empresario?

Todo parece indicar que la decisión, realmente, se tomó la semana posterior al uno de octubre, la fecha del referéndum ilegal que sí se celebró, aunque sin ápice de rigor. Amancio López habría optado por modificar, con un simple apunte en el Registro Mercantil que trasciende ahora, con cierto retraso, el domicilio social de Hotusa, y llevárselo a la madrileña calle Xauradó, donde está ubicado Restel, uno de los centros de reservas del grupo. La decisión del empresario gallego se venía a sumar a ese otro alzamiento táctico y determinante que fueron los traslados, casi al unísono, con un día de diferencia, que anunciaron Caixabank y el Banco Sabadell esa semana. La maniobra de Isidro Fainé y de Josep Oliú fue el principio del fin del procés. El poder en su esencia. Así comenzó la fuga de empresas a la que ahora se suma Amancio López.

El empresario, muy cercano al PP, con hilo prácticamente directo con Mariano Rajoy y bien relacionado con Ana Pastor, se afana ahora en explicar a su entorno que la decisión se tomó en un contexto muy determinado, como fue el referéndum, en plena incertidumbre, y de forma personal, ya que Hotusa es una empresa familiar, y no cuenta con un consejo de administración al uso al que rendir cuentas, con vocales independientes que puedan aportar a un debate de calado como es un traslado de sede, y así valorar pros y contras. La decisión, en cualquier caso, se replanteará en cuanto la situación en Cataluña apunte a cierta estabilidad, dicen en su entorno.

¿Y es realmente determinante que una empresa traslade su domicilio social e incluso fiscal? Pues según se mire. Si es un banco o una fábrica. Si cotiza en Bolsa o no. Por ejemplo, una entidad financiera tiene depositantes, en el caso de Caixabank y Sabadell, más en el mercado español que en el catalán, y deben cuidar además su cotización en el parqué, rendir cuentas a sus accionistas y, sobre todo, a los fondos de inversión que apuntalan su capital. La fuga de depósitos fue una de las primeras razones que esgrimieron las entidades financieras. En el caso de una empresa, el mensaje va dirigido también a accionistas, y sobre todo a clientes y socios.

¿Y a Cataluña? ¿Cómo le afecta el éxodo? Pues más allá de la rotundidad del mensaje, en este caso en clave interna y política, el cambio de sede social, e incluso fiscal, afecta a la recaudación de impuestos de manera muy relativa. Por ejemplo, esas empresas que se van dejan de pagar tributos y tasas municipales (IAE, sobre todo, y en algunos casos) y también autonómicos, como puede ser Transmisiones Patrimoniales. En España, el gasto público está muy descentralizado, pero no los ingresos. Da igual dónde se pague Sociedades, piedra angular de la recaudación fiscal que grava el beneficio empresarial. Es un impuesto estatal.

Con su decisión, Amancio López toma partido en el conflicto por la vía de los hechos. Lo hace tarde, y de forma reversible. Lástima que en vez de a Madrid no se hubiera traído Hotusa a su Chantada natal.

Las otras recetas del sabio Antón Costas

OTRO gallego, en este caso vigués, en Cataluña, que sin embargo habla alto y claro. El catedrático Antón Costas, expresidente del influyente Círculo de Economía, tiene su particular diagnóstico de esta salida de la crisis. Y, por tanto, singulares también son sus recetas para revertir una situación real que critica, y que ve muy lejos del relato oficial. Para Costas, una economía como la española tiene un problema cuando crece pero no reparte; es decir, una evolución que es "incompleta" y "atípica", lejos de mejorar las rentas salariales y la calidad del empleo. ¿Por qué? Pues porque salimos de la crisis con lo que define como un "crecimiento sedado" . España, y toda Europa, está dopada por la política monetaria del Banco Central Europeo, con abundante dinero y a coste casi cero. ¿Qué sucederá en el momento en que se retiren esos estímulos, que el catedrático define como "una droga"? Será todo un baño de realismo.

Costas, que asistió esta semana a un acto en Santiago, dice que la pobreza, la pobreza de las personas, "debilita la capacidad de la democracia para ofrecer respuestas". La renta va por barrios y en las zonas desfavorecidas la participación ciudadana en los procesos electorales es más baja. ¿Consecuencia? Los gobernantes son más sensibles hacia las preferencias de aquellos que votan. El círculo se vuelve así excluyente.

Hay otro elemento. A su juicio, el crecimiento económico es "producto de una sociedad y un sistema democrático convulsos", algo que, en sus palabras, genera una "gran incertidumbre en las empresas". Y no se refiere solo a Cataluña,

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