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Último trago para el lácteo

A pesar de la crítica situación, los precios en la UE pueden haber tocado fondo en agosto 

COMO SI se tratara de un boleto de la Primitiva que sabemos por adelantado que va a tocar, un tesoro, vamos, el 346.561 debería ser un número mágico para Galicia. A pesar de todo. Una cifra que por sí sola sirviera como tarjeta de presentación para todo un sector productivo. Porque ese es exactamente el censo de vacas de la comunidad gallega al cierre de 2015, según datos del Ministerio de Agricultura. Muy lejos de aquel millón de vacas censadas hace poco más diez años (en 2007 se situaban en 980.000), actualmente cuarenta de cada cien cabezas que producen leche de vacuno en España siguen alimentándose en pastos, es un decir, y granjas repartidas por Galicia.

El doloroso proceso de adaptación (abandonos y concentración de explotaciones) bajo el paraguas de las cuotas lácteas no ha impedido que Galicia siga contando, con abrumadora distancia frente a otras comunidades, con el mayor número de explotaciones: 9.484 granjas al cierre de 2015, nada menos que el 56% del total, seguida de Asturias (13%), Cantabria (9%) o Castilla y León (8%). Esta estructura productiva, y ese peso relativo dentro del sector en España, hacen que los algo más de 2,5 millones de toneladas de leche de vaca producidas por Galicia el año pasado tengan un peso del 38% en el total de las entregas.

Todos estos datos perfilan un sector plagado de incertidumbres, que tiene un gran peso en el conjunto nacional, pero apenas insignificante en Europa a pesar de estar situada como la décima región productora. Y esta es una de las verdades que pone negro sobre blanco el último informe de la Interprofesional Láctea: dentro de la Europa de los 28, España es el séptimo país productor y apenas representa el 4% del total. Países Bajos, Polonia o Italia, ejemplos de medianía, producen el doble de leche que España. Por tanto, los problemas del sector lácteo español tienen un escaso peso en Bruselas. Y ese es el primer obstáculo para Galicia.

Como lo es también, según ese análisis, la escasa concentración del sector lácteo gallego: estamos en el grupo de cola en España, con 31 vacas por explotación, aunque mejorando sensiblemente cada año. Problema convertido en rasgo diferencial, el de la dispersión no es ni de lejos la gran amenaza para el sector lácteo gallego. La Interprofesional Láctea, que aglutina a industrias, sindicatos y cooperativas, detecta otra gran piedra en el zapato del sector.

Y es el peso de la transformación. De 1.500 empresas con actividad registradas en España, Galicia cuenta con apenas cien. Sin embargo, únicamente unas ochenta, de ese millar largo, tienen una dimensión significativa. Un demoledor dato pone al descubierto la concentración que por este lado se vislumbra: quince industrias compran y procesan el 63% de la leche que se produce en España. En lo más alto del el "top ten" por producción están, según datos de Mercasa al cierre de 2015, Lactalis, Iparlat, Peñasanta y Leche Celta, con Leche Río en la sexta posición y Feiraco en la novena. Esa gran industria convive hasta con 300 primeros compradores, que condicionan los precios en origen, y que cuentan a su vez con una media de un centenar de proveedores.

Y llegamos a los precios, el estigma que actualmente condena a sector. Entre tanto nubarrón, podemos estar asistiendo a un cambio de tendencia. Lo apunta la Asociación Terra e Leite, a la luz de los datos a septiembre del Observatorio Europeo del Mercado de la Leche. La recogida de leche en la UE creció un 3,3% en el primer semestre de este año, pero por primera vez desde el fin de las cuotas lácteas, en junio las entregas disminuyeron en un 2%. Los precios medios de leche pagados al productor se aproximaron los 25,5 céntimos en junio, lo que supone una dramática reducción del 25% en relación a la media de los últimos cinco años. Sin embargo, y en base a las estimaciones que realiza el observatorio, los precios de la leche pueden haber tocado fondo en agosto. Por ejemplo, los pagos en la UE mejoran desde mayo, sobre todo si se toma como referencia la mantequilla y la leche en polvo.

¿Volverá pronto el sector lácteo en Galicia a ver precios como los del segundo semestre de 2013, cuando tocaron su techo en lo que va de década, con 39 céntimos? Es demasiado pronto para establecer comparaciones con los buenos años, que los ha habido y no hace mucho. Pero, a pesar de los problemas estructurales, y de una política agraria instalada en la nadería, Galicia puede comenzar a ver la luz al final del túnel. Y confiar en que la volatilidad de los precios marque de nuevo un alza en ese demoledor carrusel, antes que esperar pacientemente a que el consumo doméstico de leche se recupere.

Goteo de inversiones en tiempo de urnas


En las pasadas autonómicas fueron los floteles de Pemex, un peculiar míster Marshall con acento mexicano que llegó en el momento justo. Lo cierto es que llegó y el grupo azteca salvó a Barreras y cumplió con los floteles. Poco más hizo. En esta campaña electoral no hay floteles, pero sí nuevos proyectos para Navantia, en forma de encargos de Iberdrola. El goteo también incluye a otras empresas. Veamos los casos.

El primero fue el grupo Calvo, con sede en Carballo. En constante pugna con la boirense Jealsa por alzarse con el primer puesto entre las conserveras gallegas, Calvo aprovechó una visita de Núñez Feijóo para anunciar una inversión de 25 millones en los próximos cuatro años. El objetivo, un poco difuso, modernizar la planta.

A ese anuncio, y a los primeros drones que han aterrizado ya por Rozas de la mano de Indra, se sumó a la campaña Juan Miguel Villar Mir, el exministro. Ferroatlántica invertirá 42 millones en la construcción de una nueva fábrica en Sabón especializada en la producción de silicio de alta pureza para la industria solar fotovoltaica. Al parecer, había un serio riesgo de deslocalización. Lo cierto es que en Cee y Dumbría, donde el grupo posee sus dos grandes plantas, los trabajadores aseguran que llevan cincuenta años sin un solo euro de inversión.

Navantia, Calvo, Indra, Ferroatlántica... Sus anuncios podrían llegar en otro momento, pero lo hacen ahora, como el de los exdirectivos de un grupo proveedor de Mercadona que levantará una planta de transformación láctea en Teixeiro. Ahí nos vamos ya a 70 millones. No está nada mal. Si todo lo anunciado se cumple, claro. 

El Popular-Pastor, obligado a seguir con el adelgazamiento


La compra del Banco Pastor por parte del Popular, anunciada en octubre de 2011, llevó a la entidad resultante a elevar su cuota de mercado en Galicia hasta prácticamente el 17%, solo por detrás de la extinta Novacaixagalicia. En conjunto, el proyecto arrancaba con 373 oficinas en el mercado gallego. Este verano contaba con 259 sucursales en Galicia. Los cierres seguirán, según lo anunciado esta semana por la entidad que preside Ángel Ron, y tendrán en Galicia una mayor incidencia por una cuestión casi aritmética, ya que de largo es la comunidad con más capacidad instalada del nuevo Popular-Pastor. De los 3.000 trabajadores a los que afectará el Ere, 450 están en Galicia, donde el banco cuenta con 1.800 empleados. Malos tiempos para la banca en este país, en lenta digestión de los excesos del ladrillo. En el caso del Popular y de Galicia, el mal menor pasará por concentrar las bajas en prejubilaciones. Y que sean pactadas.


El desembarco de un todopoderoso en Gas Natural-Fenosa


UNA piedra contra el libre mercado se cruzó en el camino de la compra de Unión Fenosa por parte de Gas Natural. Y estaba en Galicia. Corría el 2008 y la Comisión Nacional de la Competencia fue clara: la compañía resultante sumaba el 73% de los clientes y el 87% de las ventas de gas en la comunidad gallega. Qué decir de la generación eléctrica, uno de los principales atractivos que veía Gas Natural en Fenosa. Saltos hidráulicos, centrales térmicas, parques eólicos... Hasta los capítulos más oscuros de la industrialización de Galicia llevan la firma de Unión Fenosa. Xove, As Encrobas... ¿Le habrá explicado alguien todo esto al nuevo presidente de la compañía, Isidro Fainé? Hasta hace nada al frente de Caixabank y considerado uno de los financieros más poderosos que ha dado este país en décadas, Fainé debería pasarse por Galicia en esta nueva etapa. Lo primero.

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