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Elegancia

Ella pide que la traten de dama, si a un hombre le dicen caballero. La acompaña la lógica. Milena Busquets no quiere que se dirijan a ella como señora. Es un derecho a reivindicar. Una dama es una mujer con su propia personalidad. Se la diferencia. Se la distingue. Una señora, dicho sea con todos los respetos, y pienso en mi madre, es por resultado sociocultural, y habrá incluso quien diga que por naturaleza, una producción estandarizada. Consecuentemente está destinada a la productividad mecánica en el hogar, la familia y la sociedad: desde la plancha al guiso o al papel de figurante como acompañante. No sucede nada distinto al diferenciar un señor y un caballero. Un señor se puede confundir con un dependiente de las galerías Lafayette o de otra cadena comercial. Me sucedió en la planta de jardinería y muebles de exterior de unos grandes almacenes, en la madrileña calle Princesa. Iba vestido con el uniforme gris y la corbata. Una señora me preguntó por el precio de una hamaca. Consciente de que me veía solo como un señor, le informé de que la hamaca, esa mañana y por ser ella, era gratis. Sonrió. Se transformó en una dama. Un caballero se distingue, se diferencia entre la masa, inclsuo en Betanzos de los Caballeros. O en la salas del casino de Baden Baden entre ricos rusos. Un caballero pasará primero por el Kurhaus, el casino de Wiesbaden. Es una preciosidad, donde Dostoyevsky recibía la inspiración para escribir.

A Milena Busquets le acompaña la razón en casi todo lo que cuenta en un libro con recopilación de artículos periodísticos suyos. Me los he leído de un tirón

A Milena Busquets le acompaña la razón en casi todo lo que cuenta en un libro con recopilación de artículos periodísticos suyos. Me los he leído de un tirón. Bueno, con algún paréntesis. Todo encuentro apasionado necesita y tiene sus descansos, sus desconexiones. Hubo pocas, en este caso. Fue el señor Herralde, don Jorge, quien le aconsejó que aceptara la propuesta de colaborar en un medio escrito. Ella, como «en (casi) todo le hizo caso», para fortuna y placer de los lectores. Lo digo desde mi experiencia: escribe que es una delicia. ‘Hombres elegantes y otros artículos’ es el título. Lo recomiendo. El placer de su lectura es infinitamente gratis frente al precio del libro. Lo publica Anagrama, claro. Había leído algunas piezas, pocas, cuando las publicó El Periódico. Este fin de semana, nada más entrar en una librería me encontré con el título y la portada. Me estaba esperando. Fui a por él como quien caza una pieza que lleva años soñando. Eso dicen los cazadores. Quedé en su momento abducido por ‘También esto pasará’. Novela o relato ficción, un libro en definitiva, que atrapa desde el principio. Es como la elegante transcripción de un profundo y sincero recorrido vital en la consulta del psiquiatra. Aparece como algo ligero, no lo es, por la belleza de la narración. Ahora quedo seducido, entusiasmado con la lectura de estos artículos. ¡Qué bien escribe esta mujer! Lo que parece superficial, enraíza en el lector. Es la belleza.