Es en verano cuando cobran protagonismo los programas de respiro familiar para ayudar a las cuidadoras de personas dependientes en el ámbito familiar. "Los programas de respiro ofrecen un paréntesis en ese cuidado de personas dependientes que realmente requiere mucho esfuerzo, mucha dedicación y mucho tiempo -explica Lucía Saborido, directora de Saraiva-. Hablamos de cuidadoras, en femenino, porque las que cuidan suelen ser mujeres en el entorno familiar y esto supone no solo una sobrecarga de trabajo, sino también tomar decisiones muy duras, como dejar de trabajar o dejar de desarrollarse fuera del ámbito del cuidado".
Saborido destaca que "es fundamental aprovechar estas oportunidades durante el verano para poder optar a unos días de respiro porque, como siempre decimos, para cuidar a otros hay que saber cuidarse y muchas veces eso es lo que nos falta cuando estamos cuidando. Estamos tan volcados en el otro que nos olvidamos de nosotros mismos y está más que demostrado que la calidad de los cuidados es mejor cuando el cuidador se cuida -recalca-. De ahí viene el término de ‘buen cuidado’, que es el cuidado recíproco tanto para el que dispensa los cuidados como el que los recibe. Ese equilibrio es el que buscamos, aprovechando tanto los momentos de respiro a lo largo del año, que tienen que existir, como también los programas de respiro que hay durante la época estival".