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Kiko Da Silva

Kiko Da Silva. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Kiko Da Silva. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

HACE varios años me propuse hacer unas jornadas culturales con mis hijos, los de mi pareja y un amigo de los cuatro. Se llamaban ‘los jueves culturetas’ y consistía en hacer algún tipo de visita o excursión a sitios que les pudieran parecer interesantes de Pontevedra o para conocer personas que de alguna manera les pudiesen aportar algo.

Se trataba básicamente de ampliar un poco sus mundos y creo que de alguna forma lo conseguí, o eso quiero creer.

Conocimos el taller de un escultor, la nave de un pintor, un estudio de tatuajes, la cocina de un chef y acudimos a la Escuela Profesional de Banda Diseñada e Ilustración ‘O Garaxe Hermético’ de Kiko da Silva. Nuestra visita marcó un antes y un después de mi percepción de Kiko, ya de por si buena. Pero durante el transcurso de aquella anodina tarde del jueves, confirmé mis sospechas de que ese chico delgado de sonrisa tímida, ataviado con una eterna americana gris, era sin duda el superhéroe que sospechaba.

Como en una de sus viñetas, descubrí a un Kiko lleno de color, de luz y de una pasión digna de los personajes de sus historietas. A mi me gusta pensar que él es ‘un ser de luz’: trasmite vida, calor, seguridad, templanza y, como en toda historia que merece la pena ser contada, trasmite un entusiasmo pausado, delicado pero tan contundente, que ya quisieran muchos tener para poder afrontar su día a día.

El respeto y la profesionalidad con la que trató a aquellos chavales (faltos muchas veces de interés por la vida en general y por todo lo que no sea fútbol o una consola, en particular) hicieron que me rindiera nada más entrar en su universo, al comprobar su delicioso romance con el mundo del cómic.

Kiko tiene un don imperceptible, y es que logra enamorarse por primera vez con cada hoja, cada viñeta o cada dibujo que crea o que llega a sus manos.

Me lo puedo imaginar, con esa misma pasividad, sacándose su americana detrás de una columna de Santa Clara para cambiar su atuendo y ponerse su disfraz de héroe, discreto pero sin dudarlo, para salvar el mundo del ilustrador, del editor, del diseñador, del librero, del guionistas o del creador autónomo, tan injustamente castigado.

Me cuenta Kiko que tras el confinamiento, este gremio se unió y formó una plataforma para poder comunicarse con el gobierno y poder pedir los mismos derechos que tienen en otros sectores. Y así, los autónomos creadores se unieron para generar la Sectorial del Cómic. Una de sus aspiraciones es que la formación no reglada de varias Escuelas de Cómics de España (algunas abiertas desde hace más de 40 años, como el Centro de Cómic y Artes Visuales Joso) o la del propio Garaxe Hermético, se podrán legislar oficialmente. Y sus alumnos, podrán conseguir los mismos derechos que el resto de alumnos de cualquier otra escuela. Y para mí eso es ser un héroe con capa invisible.

Su aspiración es lograr lo que otros países como Francia han conseguido, en donde incluso existen sindicatos de autores del cómic.

‘O garaxe hermético’ fue fundado por Kiko en el año 2012 y es la primera escuela de Galicia con profesores especializados en banda diseñada, que forma parte del mundo del cómic o de las historietas. Con una experiencia de más de treinta años dibujando y formándose, Kiko intenta que durante los 3 años que dura la formación en esta escuela privada, y con un total de 700 horas de clases prácticas, los alumnos adquieran las condiciones para poder convertirse en ilustradores profesionales. Muchos de estos alumnos son su orgullo. Me habla de ellos con los ojos iluminados, como en sus viñetas, y muestra su ilusión por hacer las cosas bien, y para que a ellos les salgan las cosas bien.

Sus profesores, de lo mejor del panorama actual en banda diseñada, son: Miguelanxo Prado, Fernando Iglesias, Miguel Porto y Fernando Llor. Forman parte de este espacio creativo y de esta gran familia en donde los alumnos no tienen notas ni calificaciones de ningún tipo. Se trata de formarles de manera que conozcan todas las técnicas en artes gráficas, pero también para acercar la realidad laboral al centro de enseñanza, de manera que los alumnos sepan hacer sus propias facturas y conocer el mundo empresarial en el que tendrán que sobrevivir.

Me comenta Kiko, con orgullo, que el Consejo de Ministros español acordó declarar el 17 de marzo el ‘Día del Cómic y el Tebeo’. La fecha es un guiño a la primera publicación de la revista de historietas en España de los años 50, la revista catalana TBO y que dio nombre al fenómeno.

Kiko da Silva le comentó a su amigo Cano Paz (de la Librería Paz) que en Galicia ya había varios festivales de banda diseñada y de cómic, pero que en Pontevedra no había nada parecido. Y teniendo en cuenta que aquí tenemos autores, editoriales y la única escuela de Banda Diseñada e Ilustración de la ciudad, se propuso intentar organizar un festival.

Nacieron así las ‘I Jornadas de Banda Diseñada’ de Pontevedra, con el nombre de ‘BDra Gráfica’, que arrancaron ayer y seguirán hoy y mañana. Los lugares elegidos para las exposiciones y mesas redondas son el Museo de Pontevedra y el Teatro Principal. Su principal protagonista es la ilustradora Ana Miralles, la autora española más importante del sector. Incluso se han vendido obras suyas en la casa de subastas Christie’s por 250.000€. Es la decana del cómic y gran amiga de Kiko, por lo que no lo dudó cuando éste le pidió que ‘amadrinase’ el primer Festival. La protagonista del cartel que lo anuncia es DIJJ, personaje que le dio fama mundial a Miralles. También se podrán ver casi 200 dibujos originales del proceso creativo de toda la obra de Ana, algo que los autores no suelen mostrar.

Otra de las exposiciones que podremos disfrutar durante estos días es la de ‘Onda Vital’ de Dragon Ball, en la que se muestra cómo se crean los Cels o acetatos coloreados a mano, con los que hicieron la serie de animación de la TVG. En fin, adoro su gallego y la manera de explicarme sus proyectos, sus sueños y sus anhelos. Tiene la paciencia de un profesor y la sabiduría de un maestro japonés. Pero lo mejor de todo, y recordando a mi padre cuando entrabas por la puerta al llegar del colegio, mientras le dabas un beso en la mejilla, te miraba fijamente y te preguntaba: ¿Has sido bueno?

Kiko siempre lo es, como sus personajes.

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