Blog |

Querido Dios

Querido dios; estos días he estado un poco distraída por varios motivos. No hace falta que te los recuerde ni enumere las razones de mi dispersión, pues ya sabes que lo mismo me olvido de ti, como que lo mismo te siento muy presente, y por eso te escribo.

También a veces reniego de tu bondad y sabiduría, aunque muchas otras consigo entender tu mensaje, eso sí, de una manera desconcertantemente subliminal. Algunos días pasas desapercibido y otros pareces tan real que me siento el mismísimo Marcelino, pero en vez de con pan, con jamón serrano, y en vez de con vino, con una Estrella Galicia.

Estos días te sentí más cerca que nunca, y eso también me asustó. Como si de un concejal de fiestas se tratara; apareces, saludas, aseguras y prometes que todo saldrá bien. Y ya te adelanto que con mi voto no puedes contar, ni con el de castidad ni con ningún otro, pues sería como engañar al propio diablo, y eso también me asusta mucho.

Querido dios; estoy últimamente tan confundida que lo mismo me viene un no se qué y me cago en todo el santoral, como me pongo a alabar tu alcance y omnipresencia. Sabes que también pienso mucho en ti jugando al pádel, normalmente cuando fallo, y, lo reconozco, eso pasa bastante a menudo.

En fin, que prefiero que así sea, lo de que existas, simplemente por eso del equilibrio mundial, porque como esperemos a que el Cuarteto de Normandía solucione lo de Ucrania ¡estamos listos!

Comentarios