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Encontrarse con el mundo

HAY QUE reconocer que los suecos tienen algo especial para escribir thrillers truculentos y sacarlos adelante con mucha dignidad y, en muchas ocasiones, maestría. Dominan su ‘nordic noir’ y una de las cosas por las que destacan —y con razón— es por la truculencia de los crímenes. No sé si es el frío o que no se hace de noche o esos paisajes, de ensueño e inquietantes por igual, o qué, pero el asunto está claro: si quieren saber cómo asesinar a alguien de la manera más aterradora, extraña, espeluznante, vayan a preguntarle a ellos, que, en dos minutos, les arman una historia con unos cuantos cadáveres a cada cual más terrorífico. ‘Midnattsol’ es una serie que sigue esta original tradición y ya con la primera escena nos situamos en esas latitudes y nos preparamos para sufrir escalofríos. La otra opción es taparse los ojos en esas partes decisivas en las que se encuentra el cadáver correspondiente, para después continuar la visión, porque lo cierto es que el relato tiene su atractivo y en sus ocho capítulos es capaz de desarrollar una trama bien estructurada, que mantiene el interés hasta el desenlace. Abre bastantes líneas argumentales enlazadas con habilidad y tras las cuales hay un conflicto, interior o exterior, que los personajes tratan de resolver, cada uno a su particular manera.

Casi más interesante que la historia de los crímenes y su resolución es esa subtrama que aporta sentido a la serie y que tiene que ver con eso que palpita en lo profundo de cada personaje mientras las cosas van pasando. Así viven, así trabajan, así toman decisiones. En función de la propia batalla que cada uno lleva consigo. Es esa pulsión la que marca todo el devenir posterior y el guion nos va ofreciendo, capítulo tras capítulo, muestras de ella en dosis medidas, suficientes y esclarecedoras.

Imaginemos por un momento que no hubiera en la historia nada de esto. Que tuviéramos solamente la trama principal, el relato conocido de cadáveres encontrados (eso sí, no cualquier tipo de cadáveres) y la posterior búsqueda del asesino por parte del equipo policial. Pues estaríamos ante un thriller de tantos. Lo que obliga, desde el punto de vista del espectador, a pararse un poco más, es la sensación de que ahí hay algo que, de algún modo, nos afecta, en algún punto, conecta con parte de nosotros mismos, con parte de lo que somos. Ese es el acierto de una historia que no es exclusivamente negra, sino que posee bastantes matices como para que podamos distinguir más tonalidades.

En cuanto a los conflictos exteriores, también consiguen elegir convenientemente temáticas actuales y, por tanto, cercanas, es decir, los asuntos de siempre que nos incumben a todos aunque no todos estén por la labor de reconocerlo. Léase, la explotación primera y posterior marginación de los pueblos originarios de determinados territorios, la lucha de estos por su causa justa y la ambición desmedida de gobiernos y empresas que genera hábitos corruptos, que se cronifican, sin importar daños humanos, que se convierten en dramas particulares con una culpa detrás, que es colectiva.

Así, entre lo de fuera y lo de dentro, transcurre la narración y, aunque queremos saber quién es el sádico asesino, lo que de verdad queremos es que esa gente se salve.

Los que están a punto de morir y los que no, los que se encuentran en el punto de mira del criminal y los que no son su objetivo pero además de estar lidiando con él, lo hacen con sus propias vidas.

Descansaremos si lo atrapan, y aún más, si el resto se va a casa un poco mejor que antes de salir a encontrarse con el mundo.

Profesión: Asesora del amor
AY, DE VERDAD, qué profundo. ¿Qué es lo que esconden programas tipo Supervivientes o Mujeres y hombres? Esconden joyas. Seres humanos ejemplares. Me emociona saber que Nagore, colaboradora de Supervivientes y asesora del amor en MyH, cuelgue en Twitter una reflexión tan, no sé, tan sentida. Dice que se desnuda por dentro y por fuera porque lleva tiempo queriendo quitarse lo que no era suyo. Qué valentía. Voy a preguntarle cómo llegar a ser asesora del amor. Me interesa.

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