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Épica de un pueblo inglés

Título: Happy Valley 2ª T.
Creadora: Sally Wainwright.
Reparto: Sarah Lancashire, Steve Pemberton,Siobhan Finneran.
Cadena: BBC, Movistar+.
Calificación: ●●●●●

A CATHERINE CAWOOD deberíamos hacerle un monumento. Las personas, digo. Los demás que se abstengan. Deberíamos levantar un monolito inmenso y dejar bien claro que no sirve para salir en la foto, ni sirve para tapar alguna corruptela, ni sirve para convertirse en muro de protección. Una estatua o una pirámide o un dolmen. Y que los seres humanos celebremos a su alrededor un ritual. Podría, se me ocurre, y ya puestos, haber uno en cada esquina de cada calle, de cada lugar, de cada país y los ciudadanos —los de verdad— iríamos allí y, no sé, bailaríamos algo, y alguien, algún músico, (que siempre haya, al menos, un mú- sico) tocaría esa danza común, en la que nosotros, esos seres, quizá entrelazados, sentiríamos una punzada sin nombre, pero con historia. Y entonces Catherine Cawood pasaría a formar parte de nuestro imaginario colectivo y referirse a ella sería como mentar a la más sabia de la tribu, sin ningún poder atribuible a los dioses y con todos los correspondientes a los humanos.

Este ser humano ejemplar es un personaje de ficción. No podía tenerlo todo. Pero dejando al margen el detalle, la protagonista de Happy Valley es el resultado de un tremendo ejercicio guionístico, una construcción perfecta. Si todavía no han visto la primera temporada no acierto a comprender qué están esperando y si lo han hecho, la segunda ya está aquí. Inmensa. Mejor. Y mira que era difícil. Cawood es sargento de policía de un pequeño pueblo inglés, de esos en los que parece que no ocurre nada en la superficie pero que, mientras la vida discurre, en la realidad paralela, lo terrorífico se adueña de todo. Como su cargo lo requiere, conoce el otro lado, todos los días cruza el umbral y sabe. Sabe tanto que abruma, que acongoja. Sabe tanto que el conflicto llega a ser inconmensurable. Es el yo dividido. Sin embargo no es una separación entre el ser profesional y el otro, no es una lucha de esa naturaleza, sino un enfrentamiento entre todas las dimensiones del yo que luchan, la mayoría de las veces, desesperadamente, por hallar una salida. Es decir, por encontrarle un sentido, un encaje, en cualquier espacio en el que, al fin, pueda descansar. Happy Valley es un drama formidable, de tintes épicos. Y, desde luego, Catherine Cawood posee el carácter lírico que todo héroe ha de tener.

Como ya hemos visto muchas series de televisión británicas, sabemos dos cosas: que son, en un porcentaje interesante, de gran calidad, y que manejan, en la mayoría de las ocasiones, una estructura concreta. Una serie de policíaca tendrá, por tanto, una trama, pongamos A, que resultará ser la historia del crimen y una trama B, que será el relato del personaje principal, que será lo mismo que observar por una grieta, no exactamente a la vista de todos. El valor de la narración suele depender de la capacidad para ver más que nadie y después contarlo. Arreglárselas para descubrir dónde está la grieta y qué cosas son las que hacen que esa grieta, que es herida, se ensanche, se infecte, se oculte. Sally Wainwright, guionista de esta magnífica historia, ha encontrado un resquicio universal. Se ha colado por ahí y se ha paseado a sus anchas, comprobando, al poner el dedo en todas las esquinas, en todas las luchas, cómo es nuestra reacción. Después ha salido y ha escrito un personaje llamado Catherine Cawood pensando en una actriz. En la única que podía ser Catherine Cawood. Sarah Lancashire.

Sería, no digo un crimen, pero sí una brutal descortesía no honrar a semejante figura. No se la pierdan. Y vayan eligiendo el espacio para el monumento.

Esas paradojas de la vida

RESULTA QUE hay un programa que se llama El encantador de perros en el que César Millán se encarga de rehabilitar a perros que no están del todo bien. Por lo visto es buenísimo y no hay animal que vaya al programa y no salga de allí feliz y portándose como un angelito. Lo malo es que estos últimos días tiene un problemilla porque está siendo investigado por crueldad animal. Qué cosas, ¿verdad? Es como si alguien que presume de íntegro estuviese robando a los ciudadanos…

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